lunes, 29 de agosto de 2011

ÍNDICE.

MEMORIAS DEL ALMA.  La vida entre vidas.
HISTORIAS DE TRANSFORMACIÓN PERSONAL.
Bajo supervisión del Dr. MICHAEL NEWTON.



ÍNDICE.


DEDICATORIA

Este libro está dedicado a sus 32 autores que practican este difícil arte en el Instituto Newton, por su manera expresiva y sincera de presentar estos relatos. Igualmente debemos un reconocimiento especial a los generosos y desinteresados clientes de la terapia vida, entre, vidas, que nos han dado permiso para contar sus historias personales en beneficio del público, en su amplio sentido.

Introducción y Capítulo 0.




A comienzos del siglo 4 antes de Cristo,'el filósofo griego Yámblico escribió; "Un hombre que pueda abrir su alma queda liberado".


Como consecuencia de las fuerzas de la reencarnación, todos somos producto de nuestras vidas pasadas en la Tierra, así como de las experiencias espirituales de nuestras almas entre las sucesivas vidas. El alma de cada persona de este planeta retiene todas las influencias kármicas anteriores procedentes de múltiples fuentes, y estas fuerzas impactan' en nuestros' sentimientos y conducta actuales. Así, aunque pueda parecer que la gente funciona normalmente por fuera, podemos estar sometidos a tensiones metafísicas profundamente asentadas, ocultas a los ojos de los médicos tradicionales, de los profesionales de la salud, e incluso de nosotros mismos. Hay episodios difíciles de nuestras vidas actuales en los que, no entendemos lo que nos esta impulsando a actuar de manera aparentemente irracional. Habitualmente, las razones subyacentes de estas extrañas sensaciones suelen ser oscuras, pues están muy por debajo de la superficie de nuestra propia conciencia. La mayoría de la gente está dispuesta a hacer cualquier cosa para exponer sus demonios internos, pero, ¿dónde debemos mirar?
Este libro trata sobre el descubrimiento del conocimiento oculto contenido en nuestra mente inconsciente, y de lo terapéutico que ha sido para muchos abrirse a esa información sagrada mediante la hipnosis. Estudiando a los sujetos hipnotizados cuyos casos se retratan aquí, veremos que las revelaciones de encarnaciones pasadas y de la vida después de la muerte han afectado positivamente a sus mentes conscientes, proporcionándoles comprensión de gran variedad de problemas psicológicos. La recuperación de estos recuerdos espirituales ha aportado un mayor significado y poder a sus vidas. Este libro está pensado para inspirar y' traer nueva esperanza a las personas de todas partes que desean ver diseño y orden en su existencia.

Los casos que se ofrecen son de clientes que vinieron a trabajar con un grupo de hipnoterapeutas especializados en practicar regresiones espirituales. Frecuentemente, el cliente típico reserva una cita para explorar estos asuntos relacionados con el propósito de su alma en esta vida. Pero las historias de este libro hablan de conflictos más profundos e inquietantes que requieren soluciones específicas. Los autores de estas conmovedoras historias han empleado con sus sujetos un proceso de hipnoterapia único que requiere un estado de trance profundo que suele durar entre tres y cuatro horas. Cada uno de nuestros autores ha presentado la historia real de uno de sus clientes. Se han usado seudónimos para preservar el anonimato, y se ha contado siempre con el permiso del interesado. Estas historias comienzan presentando el problema declarado, y continúan relatando cómo se descubrió dicho problema y cómo se resolvió mediante la regresión espiritual. Acaban con una comunicación con el cliente posterior a la sesión, en la que se comentan los beneficios de la experiencia. La indagación terapéutica se dirige a examinar la historia de las encarnaciones relevantes del alma, y particularmente a la existencia del alma en el mundo espiritual entre una vida y la siguiente. Allí es donde se formulan las lecciones kármicas para la nueva existencia. Los problemas que el cliente puede tener actualmente en la Tierra se analizan desde la perspectiva humana y espiritual.

Aunque hay multitud de ocasiones en las que la experiencia del facilitador con el mundo espiritual demostrará ser de gran valor para el cliente, me gustaría citar un asunto que me preocupa exponiendo un ejemplo. En raras ocasiones el cliente relata una visión del mundo espiritual que inicialmente le resulta amenazante. En el caso típico, esta declaración inquietante significa una de dos cosas

·         Por una parte, se puede producir una interferencia consciente causada por un condicionamiento previo, como la creencia religiosa en el infierno y en los espíritus malvados, que en realidad no existen en el más allá. Esto tiene que ver con las supersticiones terrenales. Nuestra investigación de miles de casos demuestra claramente que el ámbito ultramundano es un reino de amor, compasión, perdón y justicia.
·         Por otro lado, el asunto puede tener que ver con visualizaciones que simbolizan formas kármicas de la contabilidad cósmica que son significativas para el alma del cliente. Aquí, el terapeuta experimentado y entrenado reconocerá esos escenarios metafóricos que muy bien pueden haber sido diseñados, a menudo, por su guía espiritual y sus maestros en el plano espiritual, para enseñar ciertas lecciones al sujeto. No obstante, el cliente puede sentirse confuso, y ser incapaz de reconocer, lo que realmente son, estas manifestaciones destinadas a enseñarle. En casos así, la interferencia consciente del sujeto puede concretarse en intentos de procesar revelaciones que aún no ha trabajado en la sesión. Aunque en estos casos el hipnoterapeuta puede tener su propio diagnóstico, no se le permite interferir en el proceso de autodescubrimiento del cliente.

Cuando el cliente afronta informaciones confusas, se le reconforta adecuadamente, pero también se le anima a realizar un esfuerzo por contestar a sus propias preguntas basándose en los mensajes espirituales que le llegan durante los estados de trance profundo. Con tiempo, y avanzando a su propio paso, la mayoría de los clientes acaban viendo que su existencia es verdaderamente un ritual de tránsito, una transición hacia la eventual iluminación del alma. Este proceso es emocionante, pero también es trabajo arduo tanto para el facilitador como para el cliente. En cualquier caso, las recompensas de una sola sesión son enormes en términos del autoconocimiento adquirido, y de las revelaciones personales sobre el plan divino.

Dicho esto, explicaré cómo fue que descubrí el mundo del espíritu en el ejercicio de mi profesión de hipnoterapeuta.

En mis conferencias, escritos y programas de radio suelo explicar al público que originalmente me resistí al movimiento Nueva Era. Por mi formación, yo era un terapeuta tradicional especializado en hipnoterapia. Inicialmente, mi aproximación a los problemas de los clientes que requerían un cambio de conducta no era particularmente metafísica. Este punto de vista empezó a cambiar después mi descubrimiento inicial de las vidas pasadas, seguido algún tiempo después, en 1968, por mi primer caso de vida, entre, vidas que se describe más adelante. No obstante, necesité años de investigación antes de tener suficientes datos para trazar los mapas del mundo espiritual y desarrollar una tecnología secuencial para plantear preguntas. En 1980 me di cuenta de que debía prepararme para escribir un libro sobre mis hallazgos, y empecé a llevar registros más detallados. Muchos de los casos de mis libros son de las décadas de los ochenta y noventa. Asimismo, mi nivel de habilidad como hipnoterapeuta VEV y mi conocimiento del mundo espiritual era mucho mayor en esas décadas que en los años anteriores.

Al igual que ocurre con tantos otros sucesos significativos a lo largo de los años, las primeras revelaciones sobre la vida espiritual parecieron llamar a mi puerta de manera accidental. Ahora me doy cuenta de que no hay accidentes en el esquema de las cosas, especialmente en lo relativo a los grandes acontecimientos; esto es algo que también han llegado a entender las personas cuyos casos se describen aquí. Mi simple y breve caso no es tan complejo como otros sobre los que estás a punto de leer. Pero, como fue mi primer caso VEV siempre estará en mi memoria, pues marcó el comienzo de mi vivencia consciente del propósito de mi vida; crear y ofrecer un sistema de creencias espirituales personal y novedoso que no necesita de instituciones ni intermediarios. El título que he dado a la historia siguiente es;

Capítulo 0. Los amigos ausentes.

Una mujer de mediana edad llamada, Una, vino a verme con un problema que se centraba en su sentimiento de aislamiento y en una especie de disociación con la humanidad. Esta dama me contó que sentía un terrible anhelo de estar con sus «viejos amigos», a los que no podía definir claramente. «Una» mencionó que tenía algunas imágenes de ellos en sueños, pero, en aquella etapa de mi carrera, no comprendí todas las implicaciones de esa afirmación. En nuestro primer encuentro, mientras anotaba el historial, noté que si bien, Una, estaba triste, y le faltaba energía y motivación, no estaba sufriendo una enfermedad mental, ni estaba tomando medicación antidepresiva. Mi evaluación fue que a pesar de sentirse crónicamente solitaria, no era antisocial, e incluso aparecieron pruebas de que estaba vinculada con la gente de su vida. Después de mantener nuevas conversaciones con, Una, determiné que estaba manifiestamente deprimida por lo que ella declaraba que era «la ausencia de una conexión significativa con cualquiera que reconozca mi identidad real como persona». Vi que estaba apenada, pero podía funcionar bien en la vida cotidiana, en el día a día. Sin embargo, había un aspecto de su estado que clínicamente resultaba bastante vago.

Durante las primeras etapas de su sesión le pregunté; «¿Son esos amigos ausentes personas que conociste en algún momento de tu vida adulta?», Una, respondió que no. Entonces empezamos con la hipnosis, y en un estado alfa superficial le pregunté; «¿Echas de menos a tus amigos de la niñez que ya no están contigo?» Una vez más, su respuesta fue, no. A medida que llevaba a, Una, a los niveles medios y superiores del estado alfa, empezamos a explorar su vida pasada más reciente, e incluso un par de vidas anteriores.

Empezaron a surgir unos pocos amigos que le eran muy queridos, aunque, Una, no visualizó que estas almas estuvieran conectadas porque aún no estaba mentalmente en el mundo espiritual. No obstante, a medida que avanzaba la sesión, ella se iba sintiendo cada vez más contenta. Entonces me dijo que quería ver a todos sus amigos juntos, interactuando con ella, y por eso se sentía tan aislada y solitaria en su vida actual. En ese momento pensé que aquel experimento era bastante extraño.

Debido a mi inexperiencia en asuntos espirituales, me sentía algo frustrado. Y lo que es más importante, no me di plena cuenta de que esta mujer altamente receptiva estaba llevando su trance a un estado theta más profundo para ayudarse y ayudarme. No sabía que, Una, se me estaba adelantando, y que estaba pasando de un estado subconsciente a lo que actualmente llamamos un estado mental superconsciente, que permite al sujeto hipnotizado alcanzar el mundo espiritual entre vidas.

Finalmente, asombrado, le pregunté; «¿Ha habido alguna ocasión en tu existencia en la que no te sentiste solitaria porque estabas
con tu grupo de amigos?» De repente profirió un grito de excitación y dijo que sí. Le ordené inmediatamente; «¡Vete allí!» En aquel momento no me di cuenta de que había usado la palabra «clave»; grupo. Para alguien que está en hipnosis profunda y visualizando el más allá, esto significa un grupo de almas conectadas que están particularmente activas y unidas en la vida, entre, vidas, y que a menudo encarnan conjuntamente. Estaba llorando de felicidad, y con los ojos aún cerrados apuntaba a las paredes de mi oficina;
- ahora les veo, dijo.
Le pregunté dónde. Ella respondió;
- En mi casa.
Mi confusa respuesta fue;
- ¿Quieres decir en tu casa en una de tus vidas pasadas?.
- No, no. Respondió, Una, ansiosamente. Estoy en el medio, acaso ¿no lo ve?. Estoy en el mundo espiritual. Éste es mi verdadero hogar, y todo mi grupo del alma está aquí. Y añadió con lágrimas;
- Les echaba tanto de menos.

Yo estaba asombrado por lo que nos había ocurrido a ambos, y aún no entendía plenamente lo que habíamos descubierto juntos. Continuando con el cuestionamiento, me enteré de que en la vida actual de, Una, no había ninguna pareja del alma ni ninguna alma acompañante que le diera apoyo porque había dependido demasiado de ellas durante sus últimas encarnaciones en la Tierra. Tenía que aprender una lección kármica relacionada con un contrato espiritual anterior para su vida actual. Al no estar físicamente con, Una, en esta vida, los miembros de su grupo de almas le daban espacio para crecer y fortalecerse con los desafíos de la soledad. Cuando entendió que la actual situación de su vida se debía a un acuerdo avanzado y compartido con su grupo del alma ysus consejeros espirituales, Una, empezó a relajarse, y su pena disminuyó.
A lo largo del año siguiente, Una, contactó regularmente conmigo, poniéndome al corriente de su progreso. Decía que ahora la vida había adquirido otro significado, y que la estaba viviendo al máximo porque por fin había comprendido su propósito, que implicaba la necesidad de mostrar coraje e independencia cuando tenía que tomar sus propias decisiones. Se había sentido reconfortada al saber que los compañeros de su alma inmortal la estaban esperando al otro lado. La nueva sensación de plenitud de Una, producto de sus primeras lecciones VEV le hicieron darse cuenta de que la vida no está gobernada por el hado, o por el determinismo, sino por el libre albedrío. Esto no significa que yo ofrezca el caso de, Una, como una panacea para resolver otros casos de depresión; más bien propongo que se nos está mostrando otra vía para explorar una mente atribulada.

   Me gustaría mencionar la última carta de Una, enviada años después de la sesión y poco antes de su muerte;
  
   Michael, ya no soy un ser solitario dentro de mí. En lugar de existir únicamente en mi mundo privado como antes, ahora coexisto fácilmente con los demás, porque estoy sintonizada con el hecho de que todos vivimos en un mundo compartido, en el que ninguno de nosotros está limitado por fronteras. Me descubro animando a las personas que se sienten desgraciadas a aceptar la vida y quiénes son, y a disfrutar de lo que es bueno y deseable en nuestro mundo. Gracias por este regalo.
  
  La sesión con, Una, me hizo sentir escalofríos por sus profundas implicaciones. Cuando se fue, pasé un tiempo notable volviendo a escuchar la grabación. Su caso marcó el comienzo de mi investigación de la vida en el más allá, o vida interna, como algunos llaman al mundo espiritual. Ahora estaba en un territorio sin cartografiar. En aquel tiempo no pude encontrar libros que expusieran la metodología de la regresión espiritual. Tanto entonces como muchos años después, la sabiduría convencional entre los investigadores de vidas pasadas es que el recuerdo de la vida, entre, vidas sólo es un limbo gris, estéril y sin importancia. Quizá esta actitud se debía a la influencia de millones de adherentes a un concepto filosófico oriental que dice que el ser humano tiene un alma que transmigra de vida en vida, pero no es permanente y carece de la esencia espiritual que le daría una identidad personal eterna.
   En cuanto a mí, sentí el impulso de descubrir todo lo posible sobre nuestra vida después de la muerte por medio del recuerdo espiritual. Esta tarea me llevó años de estudio sereno mientras trabajaba
con sujetos hipnotizados, diseñando una metodología que incluía una estrategia para entrar y salir de la vida en el más allá. Mientras dibujaba el mapa del mundo espiritual a partir de muchas historias de casos, una magnífica verdad se hizo evidente para mí. Descubrí que la mente de cada persona contiene la respuesta al misterio de su vida.
   Finalmente, en 1994, la editorial Llewellyn publicó mi primer trabajo, La vida entre vidas”, al que siguió “Destino de las almas”, en 2000. Estos dos libros proporcionan una base para entender la vida en el mundo espiritual y la reencarnación. En 2004, un tercer libro, sobre la técnica de hipnoterapia regresiva, ofreció al profesional de la hipnosis una guía funcional y pormenorizada de la metodología de regresión espiritual. Este texto, que contiene y representa treinta y cinco años de investigación, muestra a los lectores interesados cómo se obtuvo la información de esta obra, detallando los procesos hipnóticos empleados en todos los casos que aquí se presentan.
Me gustaría comentar algo más sobre estos libros y su conexión con las notas al final de cada capítulo. En la colección de casos que se describen, los autores pueden aludir brevemente a ciertos aspectos de la metodología VEV relacionada con su caso, pero no podrían describirla completamente sin romper el ritmo de sus breves historias. En los casos en los que he sentido que una información más detallada proporcionaría al lector curioso una mayor comprensión de un aspecto particular de la vida después de la muerte, he ofrecido notas con más comentarios y referencias a mis libros, detallando los números de página de algunos temas específicos.
Aunque es un campo muy influyente y enérgico, la hipnoterapia vida, entre, vidas es aún relativamente nueva. Los autores de este libro dan fe de que cuando sus sujetos hipnotizados descubren que tienen un propósito definido en la vida y no pierden su dimensión personal con la muerte física, esto les produce una alegría arrolladora. Cada autor ha elegido el caso que mejor refleja un tema particular que es de especial interés para él. Como editores, hemos intentado seleccionar historias que presentan una variedad de situaciones personales para que el lector pueda identificarse con ellas con más amplitud. Tenemos la esperanza y la expectativa de que estas historias que hablan de la iluminación espiritual del alma son exponentes de una terapia que algún día los terapeutas tradicionales practicarán de manera generalizada. Confío en que disfrutes con estos casos, y deseo fervientemente que te hagan tomar conciencia de lo que es posible en tu propia vida.

CAPÍTULO 32. Encontrar a Laura: recuperar una Identidad perdida.




En la mayoría de los casos, los recuerdos de vidas anteriores están ocultos en lo profundo del subconsciente. Sin embargo, con un facilitador hábil que sepa emplear el trance hipnótico, los recuerdos, previamente difusos y ocultos, pueden cristalizar y resurgir, aportando comprensión y sabiduría a la vida actual.
Mucha gente viaja de una vida a otra sin conocimiento consciente de la vida anterior, ni de la persona que fueron. Y, sin embargo, vivirnos vidas plenas y completas sin ese conocimiento.
Pero ahora, imagina que estás en esta vida, y que has cambiado de una identidad a otra y no puedes recordar, conscientemente, quien eras ni cómo viviste la primera parte de tu existencia. Este capítulo describe esta experiencia increíble, y cómo la regresión a vidas pasadas, y a la vida entre vidas, ayudó a una joven.

ÉSTA ES LA EXTRAORDINARIA historia de Laura, que a los diecisiete años de edad se encontró deambulando por las calles de Toronto, sin saber quién era, ni cómo había llegado allí. Por fortuna, una señora de Quebéc que esperaba en una parada de autobús, vio a Laura sola, y llorando. La mujer le preguntó si podía ayudarla, y al escuchar su historia, se la llevó a casa para ofrecerle un té, darle algo de comer, y llamar a la policía para ver si había habido algún accidente, o denuncia de desaparición.
Pero nada había, nadie interesaba por Laura.
Esta mujer maravillosa, dio a Laura un hogar temporal, en el que pudo quedar unos meses, viviendo con una identidad asumida, y temerosa de su pasado. Se preguntaba, quién había sido, y qué cosas terribles debía haber hecho para que quedaran, completamente, bloqueadas en su conciencia. Revisaba diariamente los diarios, en busca de algún informe de personas perdidas, pero nadie era compatible con su descripción. Desde ese tiempo, hasta que vino a verme, más de cuarenta años después, Laura desconoció, completamente, su verdadera identidad.
A los pocos meses de haber empezado su nueva y misteriosa vida, Laura conoció al que sería su marido, llamado, Don. Ella era profesora de bailes de salón y él, un nuevo alumno. Sintieron una conexión instantánea, como si se conocieran de otra vida.
A lo largo de décadas de matrimonio, Don fue sólido como una roca, siempre dispuesto a ayudarla a encontrar su verdadera identidad. Exploraron todos los medios de identificar a las personas, incluyendo las huellas dactilares, la policía local, la policía montada del Canadá, detectives, abogados e internet. «Al menos, sé que no estaba fichada como criminal», decía en broma. Pero no podían ir más allá de las fronteras de Canadá, pues Laura no tenía documentación ni historial médico.
La pareja compró una casa en las afueras, bailaron por la noche en los clubes locales, y dedicaron los fines de semana y las vacaciones, a viajar en canoa, y a acampar en lugares salvajes, oyendo el aullido de los lobos.
Durante más de una década, vivieron el estilo de vida de autosuficiencia en medio hostil; se construyeron su propia casa en una zona boscosa, a 5 kilómetros del vecino más cercano; enlataban verduras en una cocina de leña; pescaban percas, y cazaban conejos. A menudo, esquiaban hasta casa con un par de conejos para echar al puchero. Juntos, vivieron una vida feliz y satisfactoria durante treinta y cinco años.
Finalmente, Don, confió el secreto a un amigo abogado, quien sugirió la regresión hipnótica. Por miedo a lo que podría descubrir, Laura esperó otros nueve años antes de considerar la posibilidad de someterse a hipnoterapia. Fue cuando un amigo quiropráctico, les habló de una conferencia que yo había dado sobre la terapia de regresión a vidas pasadas. Don, me llamó inmediatamente.
Laura tenía sesenta años cuando vino a verme por primera vez. Laura y Don, vinieron a mi consulta para tener un primer encuentro y una primera sesión de terapia. En sus propias palabras, ella quería saber; «¿Quién soy, y de dónde vengo?»
Le preocupaba lo que podría haber hecho y quería saber si tenía familia, o si había hecho daño a alguien. También consideraba significativo que le diera mucho miedo montar en coche.
Le dije que no podía prometerle nada, pero que en el pasado había ayudado a gente a recuperar recuerdos perdidos. En cualquier caso, no podíamos empezar inmediatamente. Ella tenía tendencia a sufrir ataques epilépticos ocasionales e hipertensión, de modo que le sugerí que obtuviéramos permiso por escrito de su médico, antes de intentar la hipnosis. Aunque no hubo hipnosis formal, en aquella primera reunión le di un disco compacto para reducir la hipertensión, pues pensé que le permitiría relajarse con el sonido de mi voz.
Dos semanas después, Laura vino a la clínica con la carta de su médico, dispuesta a experimentar la regresión a vidas pasadas. Tal vez de esa manera averiguaría más sobre sí misma, y si había conocido a Don en una vida anterior. Parecía una buena idea, porque en el «camino de vuelta», podríamos explorar la entrada en esta vida y, tal vez, obtener algunas claves con respecto a su infancia. Pero, aunque experimentó dos vidas muy detalladas, no obtuvo información sobre su vida actual.
Un mes después, Laura vino a mi consulta, preocupada y atemorizada. Tenía programados un angiograma y un ecocardiograma, y temía que pudiera morir sin saber quién era. Le dije que era demasiado pronto para su muerte; «Te queda mucho baile que enseñar», y ella estuvo de acuerdo. Facilité una sesión regular de hipnosis, usando técnicas de curación mente cuerpo, y de proyección al futuro, para que pudiera experimentarse a sí misma celebrando la Navidad. Volví a conectarla con sus guías, y les pedí que estuvieran con ella durante el proceso.
Laura no volvió a mi clínica hasta un año después. Resultó que había necesitado una operación a corazón abierto. Me dijo; «Ahora estoy preparada para buscar».
Pedí, y obtuvo, permiso para intentar, «algo diferente». Facilité su regreso directo, al útero, y después, más allá, a la vida entre vidas, donde, literalmente se quedó a las puertas; «Parece niebla blanca, pero amistosa, no atemorizante, y hay gente que se mueve en la niebla que viene hacia mí. Siento este amor abrumador, y es extraño lo ligera y libre que me siento».
Había cuatro seres; «Puedo verlos y sentirlos, me rodean con un sentimiento que es difícil de explicar. Tienen unos colores preciosos, dorados y rosas. Hay un color que nunca he visto antes, no sé cómo llamarlo. Siento que vibro, estoy vibrando, y me doy cuenta de que soy como ellos. ¡Soy libre!».
Laura empezó a reírse, y parecía muy animada que temí que pudiera salirse del estado hipnótico, pero la risa se convirtió en suaves lágrimas mientras repetía; «Es todo tan hermoso, tan delicado y precioso».
Fue una sesión muy profunda y emocional para Laura. Liberada de su cuerpo físico, se dio cuenta de que era algo más. No quería alejarse de aquel espacio y de aquel grupo, y se quedó mucho tiempo en la puerta, con los que habían salido a recibirle, que parecían ser tanto su grupo como, «los ancianos sabios», tal como los llamaba. Cuando les preguntamos cuál era el propósito de la lucha de Laura en esta vida, descubrió que había elegido esta vida para aprender paciencia y a perdonar; tenía el fuerte impulso de unir a los padres que sentían temor al averiguar que la madre quedaba embarazada.
A medida que íbamos profundizando, quedó muy claro que su grupo tenía la intención de darle la pacífica conexión del alma que ella había perdido a lo largo de los años, y consideraba que todo lo demás era secundario, o que no era importante en ese momento. Cada vez que intentábamos avanzar, se nos decía, «todavía no». No obtendríamos más información del grupo sobre su vida actual; les interesaba más, dejar que ella reconectara con su verdadero yo. Tanto es así que, cuando después de un rato preguntamos si ya era hora de pasar a otra etapa de la vida entre vidas, se nos dijo; «Por ahora, tu aprendizaje está completo».
Me preocupaba el hecho de que, aunque Laura había tenido esta intensa experiencia, aún no hubiera recibido la información que necesitaba. Conforme volvíamos, lentamente, de la vida entre vidas, para entrar en el útero, se produjo un tirón repentino a medida que su vibración descendía, y se encontró en el momento de su concepción. En ese momento, oyó una pelea y sintió una energía de discordia y desavenencia. La belleza y la paz de su cara y de su aura habían desaparecido al instante, y su energía se fracturó, mientras se observaba y se sentía desarrollarse creciendo hacia el nacimiento, recordando las primeras etapas de su vida actual.
Aquellos primeros años pasaron sin grandes acontecimientos. Estaban ella y su madre, y a la edad de dos años, recordaba a una hermanita. «Yo soy la niña mayor. Tengo una hermanita».
A los diez años, Laura recordaba a un hermano pequeño, y «vivimos en un lugar llamado Georgia. Sé el nombre de mi padre, pero no le conozco».
En este punto, Laura se sintió muy excitada, y salió del trance. Le sugerí que se relajara, que volviera al estado hipnótico y continuara el viaje para poder averiguar más; y eso es lo que hizo.
Al llegar a los catorce años, Laura tuvo una reacción muy fuerte, y se puso a llorar y a temblar; «No me gusta tener catorce años, no quiero tener catorce». Le hice caso, y retrocedimos un año.
La Laura de trece años dijo que se habían trasladado a la ciudad de Detroit, (en el estado norteamericano de Míchigan), y que estaba «en casa con mamá, mi hermana y mi hermano. Teníamos que irnos. Ella ha encontrado un trabajo. Está tan cansada. Mamá está preocupada. Necesitamos más dinero. Ojalá tuviera la edad suficiente para poder ayudarla. Lo único que comemos es alubias y patatas. Estoy tan cansada».
Una vez más, traté de avanzar, pero me rechazó. La Laura de catorce años, no quería recordar.
Después de una suave curación por parte de sus guías, Laura emergió de la hipnosis muy animada, saltó de la silla y corrió a la recepción; «Don, ¡ya sé el nombre de mi padre!». Ambos estaban muy contentos. Después de un abrazo rápido, corrieron hacia la puerta para llegar a casa y entrar en internet.
Antes, Don, había buscado habitualmente, en internet, claves sobre la identidad de Laura. Miraba cada semana las páginas web de personas desaparecidas, para ver si se habían, «colgado», nuevas fotografías y descripciones, con la esperanza de encontrar algo de cuando Laura era niña. Ahora que tenía los nombres, podía empezar a buscar en portales de genealogía.
En uno de ellos encontró a un, Barry Harold Watson, nacido en una pequeña ciudad de Georgia. Este Barry Harold Watson, tenía hijos con los mismos nombres de pila que Laura había recordado. No siguió buscando. Encontró el obituario de Barry Watson, en el que venían los mismos nombres de sus hijos. Excitado pero, cauto, quería estar seguro de que era la familia correcta.
Se concentró en el hermano, pues pensó que las hermanas se habrían casado y adoptado otros apellidos. Repasó en las listas de teléfonos los, Barry Watson, de Estados Unidos, y empezó a hacer llamadas telefónicas, pero no tuvo suerte. Finalmente, intentó otra vía, y colgó una nota en una página de internet.
Inesperadamente, y para alegría de Don y Laura, un mes después, se colgó una respuesta; «¡Hola!, yo soy la hermana que Laura está buscando. Mi número de teléfono es.»
Para ellos fue muy conmovedor saber que un miembro de la familia había estado buscando a Laura. Después de muchos años de preocuparse, especular y preguntarse, Laura se había reunido con su yo perdido y con su familia perdida. Fue un momento maravilloso.
Después de la excitación de las primeras llamadas telefónicas, las pruebas de ADN demostraron que mi cliente había encontrado a su hermana y a su familia.
Laura sabe, perfectamente, que quiere permanecer en el ahora. No quiere sumergirse en los años perdidos, sino seguir disfrutando de lo que ha descubierto ahora, y en el futuro. El misterio no es un problema para Laura. Su vida se ha transformado positivamente. Ahora tiene un pasaporte, una familia y una identidad, y es ciudadana de Canadá y Estados Unidos. Ha viajado a Estados Unidos para conocer a su familia, (¡tiene seis hermanos!). También puede viajar a Europa y a donde le plazca. Se siente tan agradecida que, ada vez que consigue otra documentación, como la ciudadanía norteamericana, los papeles de inmigración canadienses, o un visado para viajar, me telefonea llena de alegría para decirme, «gracias».
Aunque facilito regularmente sesiones de vidas pasadas o de vida entre vidas, ésta siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Es un testimonio del poder del amor; desde la bondadosa mujer extraña, que dio un hogar a Laura cuando tenía diecisiete años y estaba perdida, hasta la dedicación y el apoyo de su marido, Don, y la inexorable lealtad de su hermana, que en más de cuarenta años nunca dejó de buscar a su hermana mayor.

CAPÍTULO 31. Una relación, con un compañero del alma, que vuelve a estar en orden.




Cássi, es mujer casada, de treinta y seis años, sin hijos. Vino a una sesión para obtener más claridad y comprensión sobre su vida personal y profesional. Cássi explicó que estuvo casada con su pareja del alma, Santiago, durante tres años y medio y, aunque sabía que él era la persona adecuada para ella, con él tenían problemas de convivencia. La historia siguiente contiene muchos detalles personales necesarios para entender el impacto que la sesión tuvo en la vida de Cássi.

CÁSSI CONTÓ QUE, varios meses después de su primer encuentro, Santiago y ella se trasladaron, de una gran ciudad, a un entorno rural, en el que se casaron un año después. Como al principio no tenían trabajo ni amigos locales, surgieron problemas en torno a la soledad de Santiago. Al principio, pasaba, cada día, varias horas en el ordenador, intercambiando correos electrónicos con usuarios de los llamados, chats, mientras Cássi, estudiaba. Finalmente, él conoció a una mujer por internet. Cássi se enteró de este encuentro cuando, cinco meses después del traslado, encontró en la basura un documento de ordenador en el estaba impreso la conversación mantenida. Dicha conversación implicaba que no sólo se habían conocido en persona, sino que habían tenido un encuentro sexual. Cuando pidió explicaciones a Santiago, Cássi vió la culpa en sus ojos, pero él negó que hubiera ocurrido algo.
Anteriormente, Cássi había mantenido una relación con un hombre que la engañaba, y como mujer fuerte e inteligente que era, hizo voto de que eso nunca más le volvería a ocurrir. De niña, una pariente cercana había reforzado en ella la idea de que no se podía confiar en los hombres, y ello le provocaba una situación difícil en sus relaciones con aquéllos. Sentía, de veras, que Santiago era su pareja del alma; sin embargo, el miedo a que pudiera volver a engañarla no se disipaba.
En este tiempo, las relaciones sexuales de Cássi y Santiago se fueron espaciando. Como ambos trabajaban, ignoraron este aspecto de su matrimonio, aunque seguían siendo pareja cariñosa que siempre se besaba, abrazaba, reía, y Cássi sintió que esto era más importante que el coito mismo.
Cássi, también me contó que, una vez al mes, Santiago iba a casa de un amigo, y se emborrachaba. A ella no le gustaba, pero sentía que se mostraría demasiado exigente si le imponía condiciones. Después de algunas de estas juergas, ella le preguntaba si era infeliz con su vida, en algún aspecto, pues sentía que, beber de aquella manera, significaba que el bebedor escapaba de la realidad. Él decía que era feliz, y que nada le preocupaba.
Cássi había resuelto la mayoría de sus problemas infantiles, pero Santiago, no. Su infancia había sido muy traumática y difícil, y cuando surgían problemas, él los evitaba por miedo a lo que pudiera descubrir.
Había dicho anteriormente, que si Cássi no estuviera en su vida, no le merecería la pena vivir, y amenazó con suicidarse, algo que Cássi se tomó en serio.
Santiago era el primer hombre al que quería de verdad. Fue amor a primera vista; cuando le miró por primera vez a los ojos, tuvo que dar un paso atrás. Nadie le había abierto el corazón como él, ni hecho reír hasta llorar, ni le había ofrecido la libertad de expresarse plenamente. Pero, en los momentos de tranquilidad, la vida de Cássi, era un torbellino. Dudaba de quién era, de lo que creía saber, de su relación; en resumen, de todo. La vergüenza de creer que no era «suficiente para él», la culpa, por no creer a Santiago cuando le decía que cambiaría, la desconfianza hacia cualquier cosa que él dijera, y la turbación de «pasar por tonta», todo esto, era demasiado real para ella. Muchas veces, pensaba que lo más fácil sería dejarle y encontrar a otro, pero entonces, oía una voz que le decía; «Pero tú sabes que él es el hombre para ti».

A Cássi, le llegó el momento de hacer su sesión de regresión. Es persona muy quinestésica, sensible y emocional. Llegó a la sesión muy animada, con ganas de ver qué descubría. El viaje a su vida pasada, más reciente, fue una experiencia breve y emocional; la conciencia de su alma, experimentó la encarnación en un feto masculino, de nombre Tom, que fue abortado a las veintiséis semanas de gestación. Su madre se llamaba Yói, persona que, en su vida actual, es la abuela materna de Cássi.
Tom, es decir, Cássi en su vida inmediatamente anterior, se había unido al feto abortado para ayudar al crecimiento espiritual de Yói, quien entonces era una joven. Tom explicó lo siguiente; «Esto, es algo que el alma de Yói me había pedido, para aprender cómo es perder a un hijo.» Aunque él sabía que eso era lo que quería Yói, fue una experiencia muy triste; Tom expresó lo profundo que era el amor por su madre, y necesitó unos momentos para reconfortarla. Después de esa breve vida pasada como feto, su alma fue recibida por su guía, y las emociones que surgieron fueron abrumadoras. Cássi, se sentó allí, con la mano en el corazón; ríos de lágrimas corrían por sus mejillas a causa del amor que sentía al ser abrazada por su guía. Varias veces me dijo que esperara, o me silenció expeditivamente, cuando pregunté qué ocurría. Era evidente que, Cássi, quería disfrutar de ese momento, de modo que lo permití. A veces, ponía mi brazo sobre ella para darle seguridad, y pude sentir esos intensos momentos de amor.

Después del recibimiento de su guía, se presentó el alma de Santiago. Él es su principal compañero del alma, y ella describió que su actual vida era una, «vida de celebración», en la que los cuatro miembros de su grupo de almas, van a juntarse en una misma familia humana. Una de estas almas es la de Yói, -es decir, la madre de Tom, ahora abuela materna de Cássi-, y la otra, es la del sobrino de Cássi, llamado ,Chas, con quien tiene intensa afinidad.

Yói, recordemos que es su abuela materna, murió cuando Cássi era niña, y el alma de Cássi recibió la confirmación de que el alma de Yói iba a volver. En esta ocasión, como hija de Cássi y Santiago. Parte de la, «recompensa», que recibiría Cássi por haberse prestado a ocupar el cuerpo del no nato que fue Tom, era que, finalmente, encarnaría todo el grupo de almas como un grupo familiar humano. La última vez que todos habían encarnado en la misma familia se remontaba muy atrás en el tiempo. Aunque eran compañeros del alma, las de Cássi y Santiago, en ninguna vida reciente habían estado juntas porque su crecimiento espiritual exigía que trabajasen distintas áreas. Su amor espiritual compartido, no obstante, permanecía constante.
El alma de Cássi tuvo una reunión muy emocional con los tres miembros de su grupo de almas, y reiteró que, la actual encarnación de Santiago y Cássi, era una celebración por sus anteriores vidas de duro trabajo individual. Explicó que, tanto Santiago como Cássi, habían tenido comienzos difíciles en sus vidas actuales, para darles las habilidades y experiencias que necesitaban pero que, una vez que ese aprendizaje se hubiera completado, todo iría bien.
Realizamos varias paradas en el mundo espiritual, una de ellas en un lugar parecido a un laboratorio, donde el alma de Cássi trabajaba con la energía. El trabajo energético exigía combinar la energía emocional para la curación, utilizando una especie de ecuación; «La combinación de amor y risa, sana a la mayoría de la gente, pero distintos tipos de amor y cualidades de humor proporcionan distintos resultados curativos.» Esto encajaba, perfectamente, con la personalidad actual de Cássi, y también, con el hecho de que su grupo tuviera tanto que ver con la diversión, la risa y el placer, en los distintos proyectos que desarrollaban en aquel laboratorio.
En el reino espiritual, el alma de Cássi experimentó el lugar donde se seleccionan la próxima vida y cuerpo, e hizo dos visitas a su Consejo de Ancianos. Cada visita al consejo, nos permitió explorar las razones a las que respondían algunas líneas de desarrollo en su vida actual. Durante la terapia del ahora, el consejo aseguró a Cássi que estaba haciendo las cosas bien, que todo era como debía ser, y que lo único que necesitaba era amor y confianza. Cuando le pregunté si alguien del consejo exhibía algún objeto significativo, ella dijo que uno de los miembros llevaba puesto un medallón en el se veía a un puma rugiendo y sacando las uñas. Cuando le pregunté qué significaba, contestó; «Representa coraje; tengo que ser dura, tengo que ser fuerte y estar dispuesta a luchar si fuera necesario; a luchar por quien soy». Este símbolo del puma, ha inspirado y representado al alma de Cássi durante una serie de encarnaciones en la que ha tenido que luchar para defender, tanto su persona como sus creencias.

En el lugar donde se seleccionan las vidas y el cuerpo futuro, el alma de Cássi dijo que eligió el cuerpo de Cássi, con su potente intelecto y elevado estado emocional, para aprender a equilibrar cuerpo y mente. Éste era el cuerpo de mayor tamaño que había elegido hasta ahora, y lo hizo para mantenerse bien enraizada en el mundo físico, mientras aprendía a equilibrar sus emociones e intelecto. Finalmente, mi cliente entendió la razón por la que experimentaba esos extremos de calma y sobreexcitación.

Cássi, salió de la sesión muy recargada, llena de vida, amor, positividad, y de ese conocimiento maravilloso que acompaña a la verdad del alma en la experiencia . Cuando le miré a los ojos, vi que tenía una verdadera sensación de paz y calma, una experiencia que, según dijo, no había sentido antes.

Evidentemente, su alma decidió que, una vez que Cássi había experimentado la regresión, era hora ya de realizar un cambio rápido en su vida, principalmente, a nivel personal, cambio del que me habló cuatro meses después de la sesión. Desde que había confirmado que Santiago era su pareja del alma, que su relación, «tenía que ser», y que ésta, era una «vida de celebración», se relajó, y empezó a confiar más. Soltó el pasado, las cosas que él había hecho, y empezó a mirar hacia delante, hacia el futuro. Todo parecía perfecto, pero había más aprendizaje esperándola, y todo ello iba a ser posible por haber experimentado la perspectiva de su alma.

Dos meses y medio después de la sesión, Cássi descubrió más aparentes infidelidades de Santiago y, una vez más, tuvo que bregar con la adicción al alcohol de aquél. En esta ocasión, su reacción fue retirarse, tranquilamente, de la situación y del entorno que compartían. Aunque seguía preocupándole la posibilidad de que se suicidara, sentía una intensa sensación de calma y comodidad, y estaba segura de que, «todo es como es». Cuando le surgían pensamientos de ser demasiado cruel, los reemplazaba por una sensación de calma interna, y una profunda confianza en el proceso. A esto le acompañaba una sensación de estabilidad, y se le recordaba, constantemente, que había elegido este cuerpo, en concreto, para realizar, exactamente, ese papel. Rechazó un intento inicial de reconciliación por parte de Santiago, y eso le sorprendió, porque descubrió que podía hacerlo en paz y con amor, sin ira ni dolor. Parecía una intervención directa de su alma.

En cualquier caso, Cássi sentía cierta confusión porque en su experiencia de regresión, se le había dicho que ésta era una vida de celebración para ellos y, de momento, no tenía nada de eso! Se había quitado el anillo de casada, y había dejado de incluir a Santiago en sus planes de futuro.

Después de algún tiempo, Cássi se sintió suficientemente fuerte como para escribir una carta detallada a Santiago, animándole a explorar su infancia, y estableciendo unos límites estrictos para su relación. Ella expresó que, si él no quería afrontar sus problemas, y prefería seguir igual, estaba bien; pero entonces, no podría mantener esa relación con ella.

Se encontraron y hablaron sobre los límites que Cássi quería imponer en la relación, y Santiago añadió sus propios límites. Quería afrontar el hecho de que había sufrido abusos sexuales de niño, y dejar de emborracharse compulsivamente. Cuando Cássi expresó su miedo a que él intentara matarse cuando le abandonó, él describió que casi había muerto. La noche que intentó la reconciliación, él estaba en la ciudad con sus familiares, que tienen problemas de adicción. Como no quería seguir allí, porque eso formaba parte de una vida que ya no quería, se fue sin tener adonde ir. Era una noche de tormenta, y aparcó bajo un árbol. Poco después, miró hacia arriba, y vio el árbol tambaleándose. Su instinto le llevó a mover el coche. Mirando por el retrovisor, vio caer el árbol.

Con la mayor comprensión que le había dado su visita al reino espiritual, Cássi sintió que esto demostraba que Santiago, y su alma, habían elegido; había tenido la posibilidad de quedarse allí, y morir, o de moverse y seguir viviendo. Había elegido vivir, y a eso le acompañaba la elección de sanar sus traumas del pasado. Cássi sintió que el suicidio ya no era una opción para él; si hubiera querido acabar con su vida, ya lo habría hecho. Ella expresó su creencia de que ésa era la opción que él había elegido, y que si no trabajaba sus asuntos ahora, en otra vida futura volvería a tener problemas con el suicidio.

Cássi, también se dio cuenta de que, aunque se suponía que ésta era su vida de celebración, siempre interviene el libre albedrío. Santiago podía elegir entre afrontar sus problemas del pasado, o no hacerlo. Si elegía no hacer el trabajo que le conduciría al periodo de celebración, Cássi sabía que tenía que encontrar a otra persona con la que compartir su vida. Y también sabía, intuitivamente, que si no estaban juntos, su futura hija, es decir, la compañera de su grupo de almas, llamada Yói, no nacería de ninguno de ellos; Yói, sólo vendría a una vida de celebración en la que estuvieran juntos. Su alma aseguró a, Cássi, que todo estaría bien, que en último término, ambos estarían bien, independientemente de sus elecciones. El medallón con el puma se convirtió en un maravilloso recordatorio de que debía ser dura, fuerte y fiel a sí misma.

Cássi, dedicó tiempo a meditar, a conectar con su alma y confiar en las respuestas que había recibido. Reconoció, que todo encajaba perfectamente en el tiempo; estaban contemplando la posibilidad de iniciar una familia, y éste era un problema que tenía que resolverse antes de traer un hijo al mundo. Además, ella sabía que estos problemas habían surgido ahora porque Santiago se sentía seguro con ella. Hasta que se encontraron, él no había conocido la seguridad o el amor, y la relación con ella le había dado la oportunidad de analizar su confusión con la sexualidad. Los sentimientos que surgían cuando tenían momentos íntimos, (es decir, el placer del orgasmo vinculado con la culpabilidad y la vergüenza que sintió cuando sufrió abusos), le habían llevado, inconscientemente, a evitar la intimidad.

La comunicación directa con su alma, dio a Cássi una sensación de profunda calma y comodidad, y un profundo conocimiento de que todo era como era por una razón. Le ayudó a tomar distancia de su dolor humano, y a flotar por encima de él, mientras continuaba mirando al mundo con sus propios ojos, y se mantenía enraizada. Le sorprendía su confianza y su fuerza interna en un momento que, para la mayoría de la gente, habría sido devastador. Si todo esto hubiera ocurrido antes de su experiencia de regresión, Cássi creía que habría dejado a Santiago, se habría ido a otro lugar y habría comenzado de nuevo; definitivamente, una opción más fácil. La duda, la desconfianza y el dolor habrían superado cualquier esperanza de futuro. No obstante, el descubrimiento de que ésta era su vida de celebración, y el acceso directo a su alma, dieron a, Cássi, la fuerza para superar sus frágiles emociones humanas con tanto amor y tanta calma. Verdaderamente, fue una bendición.

Santiago ha vuelto con Cássi, mientras se somete a una terapia con especialistas en abuso sexual. Su relación continúa creciendo, lentamente, y Cássi está viendo emerger, progresivamente, al hombre que es Santiago. Su celebración ha empezado.

CAPÍTULO 30. Sólo tengo un par de preguntas.




ÉLSI IBA PARA LA CINCUENTENA. Estaba casada y tenía dos hijos. Era ejecutiva muy valorada en una empresa multinacional ubicada en una pequeña ciudad, a dos horas de distancia de Kuala Lumpur, y parecía haber conseguido en su vida, muchas cosas que otros envidiarían. Había leído todos los libros del doctor Newton, y «sólo tenía un par de preguntas» sobre la regresión espiritual, que esperaba que yo pudiera responder.
Cuando hablamos, me dijo que. Últimamente, se había sentido bastante deprimida. Además, siempre sintió que le faltaba una parte de sí misma. Por su trabajo, tuvo ocasión de viajar mucho, con el privilegio de contar con los servicios de un par de terapeutas de vidas pasadas, en el extranjero. Por desgracia, las sesiones no parecieron ser de mucha ayuda, de modo que acudí o a mí, y al proceso de regresión espiritual.
Inicialmente, estuvimos unos meses intercambiando correos electrónicos. Una mañana de septiembre, tras una conversación telefónica, por fin la conocí personalmente. Mi primera impresión fue que parecía una ejecutiva exigente, directa, y con confianza en sí misma, y que estaba dispuesta a remover el cielo y la tierra para encontrar respuestas. Los primeros treinta minutos me interrogó, y en ellos, expliqué detalladamente el proceso de la vida entre vidas, y el trabajo del doctor Niúton. ÉLSI aclaró todas sus dudas y cuestiones, y al tiempo que le describía algunos de los descubrimientos de mis clientes, le aseguré que tenía experiencia en la terapia.
Había una serie de preguntas que le inquietaban, y esperaba encontrar las respuestas en este proceso. Buscaba aclarar su misión en la vida. Tenía pensamientos de muerte, y se preguntaba si eso significaba que pronto le llegaría el momento. También, le intrigaba averiguar por qué en los últimos años se había sentido tan atraída por los temas metafísicos. Había comprado y leído muchos libros sobre la energía curativa, reiki, regresión a vidas pasadas, y no entendía la causa de ese interés.
Aunque estaba felizmente casada, había tomado conciencia de ciertos sentimientos curiosos, y aparentemente poco ortodoxos, hacia uno de sus profesores de metafísica, y anhelaba averiguar la fuente de dichos sentimientos. Y, de vez en cuando, desde el fallecimiento de su querida madre cuando ella tenía diez años, había tenido la sensación de que su presencia le acompañaba y protegía. En ocasiones, esta conciencia se había extendido a sus sueños. ÉLSI estaba confusa; ¿Significaban estas experiencias que su madre estaba presente, o sólo eran producto de su fantasía? Se preguntaba cómo podría sintonizar mejor con su ser espiritual, y quería descubrir las identidades de su pareja del alma, y de su guía espiritual.
Dirigí la sesión tal como sugiere el doctor Niúton, empezando con la recuperación de recuerdos infantiles felices o neutrales, fluyendo, de este modo, de manera natural, en la regresión hacia las primeras experiencias de la vida actual, antes de volver al útero materno. En esos periodos, nada espectacular ocurrió, pero resultaba muy positivo observar que ÉLSI tenía gran habilidad para recuperar sus primeros recuerdos.
Comentó, que el tránsito por su vida pasada, más reciente, estuvo «lleno de baches», lo que parecía significar una existencia llena de retos. Se vio a sí misma coo viajero solitario, llamado Kamál, que vivía en un país de Oriente Medio. Kamál, iba al campo en busca de hierbas medicinales. Durante esa vida, fue robado, golpeado e, incluso, torturado, y, en ciertos momentos, esta alma parecía atraída por la reexperimentación de sucesos traumáticos.
Aparte de las lecciones kármicas aquí contenidas, un aspecto clave de nuestro trabajo es entrar en el mundo espiritual desde una escena de muerte de una vida anterior. Esto nos permite transitar, de manera natural, hacia nuestro destino en la vida entre vidas . El último día de la vida de Kamál, justo antes de morir, dijo que tenía tres «discípulos» leales junto a su lecho. No eran parientes cosanguíneos; estas tres personas admiraban su devoción por las hierbas medicinales, y habían estudiado, pacientemente con él, durante mucho tiempo. Él murió de viejo, sin lamentos; sentía que había realizado su misión en esa vida, y estaba preparado para «ir a casa». Pasemos a lo que nos comentó de esa vida.

-; Le pregunto a Kamál, ¿cómo sabes que éste es el día de tu muerte?
--; Y empieza a responder lo siguiente; Siento que me duele el cuerpo, y mi mente está muy cansada. Los tres están de pie, a mi lado. No dicen nada, pero la expresión de sus rostros indica que debo estar muy enfermo.
-; ¿Qué ocurre a continuación?
--; ¡Oh!, ¿por qué floto en el aire? ¿Por qué lloran tanto? Ah, ¡estoy muerto! Pero me siento tan ligero flotando. Me siento libre.
-; ¿Hay algo que desees hacer ahora? ¿Puedes comunicar con alguno de ellos?
--; No, sé que he hecho lo que tenía que hacer en esta vida. No tengo lamentos. Y sí, he olvidado decirles que hay un librito que he escrito y que contiene las investigaciones de toda mi vida. Creo que el libro se lo deberían dar al más joven de los tres, para que difunda mis enseñanzas cuando me vaya. Es en el que más confío.
-; ¿Cómo piensas hacer eso?
--; Hoy entraré en sus sueños, y se lo diré. Se sentirá tan triste y cansado después de mi muerte; sé que ése es el momento más adecuado para conectar con él.

Animo a mi cliente a hacerlo, y le digo que me informe cuando lo haya conseguido. Estuvo en silencio durante un minuto, o dos y, mientras esperaba su señal para continuar, ella cambió la posición de su cuerpo y dijo; “¡Ya he acabado!”.

La sesión continúa:

-; Pregunto. ¿Notas alguna sensación ahora?
--; (Duda un rato.) Oh, ahora floto, cada vez más alto. Floto fuera de mi casa, subo más alto; puedo ver mi casa debajo, mi ciudad, mi región, mi país; la Tierra parece estar debajo de mí, y ahora sigo ascendiendo hacia el cielo. Estoy dentro de la galaxia, y las estrellas me rodean. Espera, me guía cierta energía, me siento muy bien. Nunca me he sentido tan bien en mi vida. Es como ir a casa. Parece que no tengo cuerpo físico, pero la luz describe la forma de mi cuerpo. Soy transparente, y me siento ligero.
En este momento, ÉLSI parece muy emocionada; las lágrimas fluyen de sus ojos.
-; ¿Qué percibes?
--; Parece que me he detenido. Las estrellas me rodean por todas partes; estrellas preciosas, temblorosas, llenas de colores, bailando por todas partes. Extraño; tengo la sensación de haber estado aquí antes. Ahora la danza se detiene, y seis, -no, cinco-, estrellas, que parecen ser las más brillantes, vienen hacia mí. Todas parecen darme la bienvenida y animarme. Ahora, la que está a mi derecha; (Nota; suponiendo la esfera de un reloj, estaría situada las 3 en punto), esa estrella se acerca a saludarme. No oigo palabras, pero sé que la estrella me dice; Bienvenido a casa, amigo mío. Es como un mensaje, que pasa por mi mente.
-; Para continuar con nuestra exploración juntos, ¿puedes decirme por qué nombre te conocen en ese lugar?
--; Creo que es un sonido. Suena como, “Jum míi”. Sí, el nombre de mi alma es, “Jum míi”.
-; Bien, “Jum míi”. Me alegra saberlo. Ahora, me pregunto si puedes ayudarme a asistir a ÉLSI, para que encuentre respuestas a una serie de preguntas que le inquietan desde hacer tiempo.
--; Claro, ¡me alegro de hacerlo! Ahora, la estrella más brillante me lleva a traspasar la puerta. Siento que floto, o vuelo, en el aire. Este viaje parece tan ligero y fácil. El viaje es, simplemente, asombroso, porque no peso.
-; ¿Qué aspecto tienes en ese estado? ¿Tienes cuerpo, color o raza?
--; No, no tengo cuerpo; todo lo que siento a mi alrededor es luz y energía.
-; ¿Adónde vas ahora?
--; No lo sé.
-; Por favor, dime si lo tienes delante de ti ahora mismo.
--; La luz me lleva a un espacio. Este espacio se parece a una sala enorme, sin límites aparentes, tan sólo una pared que parece expandirse según me acerco a ella. Aquí siento calidez, y una sensación de pertenencia. Noto una luz intensa, que viene hacia mí, mientras la luz que me guía se retira hacia atrás. Estoy rodeado por luces de distintos colores. Me dan la bienvenida. Somos de la misma categoría; es mi grupo.
-; ¿Sientes, o percibes ahí, alguien a quien conozcas?
--; Déjame pensar. Bueno, la luz situada a las 11, está tan llena de amor, amor desinteresado. Ahora viene hacia mí, y me envuelve con su color. La siento tan familiar.
-; Mira a través, y más allá, de la luz. ¿Te recuerda a alguien?
--; Oh, ¡es mi madre! (Con emoción.) ¡Te he echado tanto de menos! ¿Por qué me dejaste tan de repente, cuando aún no era capaz de apreciar plenamente tu amor? (Aquí, la cliente registra la respuesta de su madre, quien dice que “Simplemente, me había llegado la hora de volver a casa. Tienes que aprender a estar sola, todo esto está en el plan. No obstante, todo este tiempo he estado a tu lado, protegiéndote desde donde estoy. De hecho, y para que veas que es cierto, no ¿has notado que acaricio tu pelo por la noche?)
--; Yo pensaba, todo este tiempo, que eran alucinaciones. De modo que nunca me dejaste, mamá. Me siento mucho mejor sabiendo que siempre estás conmigo.
-; Pregunto a mi cliente lo siguiente; “Jum míi”, ¿puedes ayudar a ÉLSI a entender por qué suele tener esos sentimientos, aparentemente inusuales, hacia su profesor de metafísica?
Aquí, la voz de mi cliente cambia notablemente, asumiendo un ritmo más calmado y firme, y responde.
--; ÉLSI debe ser consciente de que ese hombre es de su grupo de almas. Su papel consiste en ayudarle a entender mejor su desarrollo espiritual. No es coincidencia que, después de encontrarse con ese profesor, ÉLSI haya estado más sintonizada con las enseñanzas del tipo de la Nueva Era. Ella debe concentrarse en sintetizar las energías de ambos. Se complementarán mutuamente en su búsqueda conjunta de una comprensión superior.
Aquí ÉLSI murmura para sí misma; es mi pareja del alma.»
-; ÉLSI también quiere saber quién es su guía espiritual. “Jum míi”, ¿podría ser la primera luz que ha venido a recibirte ahora mismo?
--; El guía espiritual no tiene forma física. Está representado por los sentimientos viscerales e instintivos que he estado experimentando todo este tiempo.
-; Muy bien. Sigamos.
--; Estoy empezando a salir de este espacio, y me estoy orientan
do en otra dirección. La luz me guía. Ahora nos detenemos frente a
una extraña estructura con una gran puerta de color verde y un arco
elevado sobre ella. La luz que me guía me está introduciendo.
-; ¿Qué pasa a continuación? Por favor, dímelo.
--; Puedo ver una mesa redonda con algunas manchas de luz de
trás de ella.
-; ¿Cuántas manchas de luz percibes?
--; Déjame ver. Hay cinco..., la mayoría son luces azules y púrpuras.

“Jum míi”, el alma de ÉLSI, me describe los tonos de color de lo que claramente es el Consejo de Ancianos sentado en semicírculo a su alrededor. Teniendo en cuenta su naturaleza de guías y consejeros, continúo haciendo preguntas para que “Jum míi”/ÉLSI pueda sacar el máximo provecho de este encuentro.
-; “Jum míi”, ¿puedo saber por qué te han guiado a este lugar? ¿Es el día de un gran aprendizaje, o de algún tipo de juicio?
--; Estoy aquí para comunicar con estas cinco almas, quienes son responsables de guiar mi evolución como alma. Están aquí para proporcionar respuestas, no para juzgarme; eso lo sé. He pasado por este mismo proceso muchas veces antes, y no siento ansiedad alguna por estar ante ellos. De hecho, estoy totalmente calmada.
-; Eso está bien, “Jum míi”. ÉLSI me ha pedido que averigüe las respuestas de las siguientes preguntas:
Primera, ¿Cuál es su misión en su vida actual?
Segunda, ¿Cómo puede sintonizarse más con su yo espiritual?
Tercera, Recientemente ha sentido la presencia de la muerte. ¿Significa eso que ha llegado su hora?
¿Podrías trasladar estas preguntas al consejo?
--; Para responder a la primera pregunta, un anciano se pone de pie y envía el siguiente mensaje a mi mente:
«Con amor, ayuda y humildad en el aprendizaje, te convertirás en una sanadora. Pon cuidado en cualquier cosa que hagas ahora mismo. Estamos siempre aquí para proporcionarte los recursos que necesitas, a fin de alcanzar tus objetivos en la vida".

Para la segunda pregunta, la respuesta es; «Sé humilde, y busca tu aprendizaje como si fueras una niña pequeña. Confía en que la niña, o en la pequeña voz que hay dentro de ti; ella te guiará hacia una mayor sintonía con el reino espiritual".
Un tercer anciano, que se presenta como la imponente figura de una diosa, responde a la tercera pregunta. Dice que, «no hay muerte, excepto en el nivel consciente. La muerte es la transición entre el nivel consciente, y el inconsciente. Como almas, no morimos, tan solo abandonamos la forma corporal. En realidad, los pensamientos de muerte son nuestra percepción de la energía terrenal. Mantente en paz con tu entorno, ÉLSI, y serás feliz».

Dos meses después de la sesión, ÉLSI me telefoneó para darme las gracias por la ayuda que le había prestado, y su voz sonaba muy diferente.

Ahora, es muy feliz y está en paz consigo misma. Ha comenzado un curso de medicina energética, y ha hecho voto de usar lo que aprenda para ayudar a otros. Incluso comenta que siente como si siempre hubiera estado destinada a aprender este trabajo, porque lo comprende mucho mejor que cualquier otro alumno de su grupo de estudio.
Ahora puede afrontar a su profesor de metafísica con comprensión más clara. Sabe que es su pareja del alma, y que se necesitan, mutuamente, para ver la luz mayor.
Y tal vez lo más importante es que ya no sueña con su madre. Su experiencia le ha reconfortado y aclarado su entendimiento. Recuerda, claramente, los mensajes del alma de su madre, y también los del miembro del consejo que le animó a entender que la muerte es una percepción consciente, y que la naturaleza del alma es eterna.

CAPÍTULO 29. Sé, que voy a ir al infierno.



El estudio de este caso ilustra, cómo una enseñanza religiosa puede afectar a nuestras creencias sobre la vida y la muerte. Lo que se nos enseña de niños nos acompañará en la adultez. Las creencias basadas en el miedo pueden convertirse en pesada carga debilitante. Mi cliente, Éimi, soportó una carga de condena a lo largo de su vida, lo que la afectó seriamente. El miedo al infierno es común entre personas educadas en algunas confesiones religiosas, e incluso entre las que no la han recibido. Como mostrará este caso, el infierno es una construcción de las enseñanzas terrenales, no una experiencia propia del mundo espiritual.

ÉIMI HABLABA CON VOZ SUAVE cuando se sentó, por primera vez, en mi consulta. «Sé que voy a ir al infierno”. Me sorprendió escuchar esta declaración pero, a pesar de ella, Éimi no tenía objetivos específicos para su sesión de regresión, sólo curiosidad por lo que podría descubrir. Su inminente condena al infierno le parecía tan evidente, que me di cuenta de que ya se había rendido a su destino. Éimi dijo que, en lo profundo de su corazón, sabía que viviría eternamente en el infierno.

Desde su infancia, la familia de Éimi acudía a una pequeña iglesia fundamentalista cristiana. Éimi ahora tenía veintiséis años, y su familia y su ministro la habían convencido de que iría al infierno por su conducta. Mientras me explicaba cosas sobre su vida religiosa, admitió que aún no había sido bautizada en su propia iglesia porque había fracasado como cristiana, y no era merecedora del bautismo. Éimi continuó explicando que, el día de su boda, su propio ministro se negó a casarla. Tuvo que acudir a uno de otra iglesia. Cuando le pedí que me ampliara la información, dijo que no es cristiana porque no se bautizo. No tenía esperanza alguna de satisfacer las exigencias de su iglesia y ministro, en el futuro.

Esta joven continuó describiendo la pesada carga de culpa, vergüenza y responsabilidad que llevaba consigo, con estas palabras;
“Vivo en agonía por un par de personas, que han ido al infierno por mi culpa. Me siento culpable, porque no les leí la Biblia, y no hice algo para llevarles a Cristo, antes de morir. Siempre me han dicho que es mi deber hablar a la gente de la Biblia, y enseñarles. Estás obligada a hacerlo por los demás”.

Cuando le pedí que me lo explicara, dijo;
“En una ocasión, el ministro me usó como ejemplo en nuestra iglesia. Habló de mí ante todos los demás feligreses. Cuando tenía catorce años, mi prima y yo pasábamos tiempo con un chico. Era interesante, tenía veintitrés años y una motocicleta, de modo que nos gustaba estar con él. Murió de repente. El ministro contó a la congregación que yo debería haber dedicado el tiempo a hablarle de Cristo y leerle la Biblia. Dijo, que sólo tenemos una ocasión en la vida de hacer las cosas bien. No tenemos una segunda oportunidad. Salí corriendo de la iglesia, llorando. Sabía, que era culpa mía que este amigo no fuera al cielo, porque no me tomé el tiempo necesario para hablarle de Jesús”.

En casa, la madre de Éimi apoyaba el punto de vista del ministro, y reforzaba esta carga debilitante de vergüenza y culpa por causar la condena eterna de otra alma. No había manera de que Éimi pudiera resolver, o reparar, su error. Le habían dicho que sólo tenía una oportunidad de hacerlo bien, y había fracasado completamente. Continuó explicando, que no sólo había fallado a aquel hombre, sino a todas las personas que había conocido en su vida, pues no las había llevado a Jesús. Esta niña de catorce años, llevó esa responsabilidad durante los siguientes doce años de su vida.

Cuando empezó la sesión, mi cliente fue al recuerdo de estar en el útero de su madre. A medida que profundizaba en la hipnosis, parecía dudar y tener miedo. Hablaba con voz de niña. Tenía poca conciencia de poder elegir un cuerpo, o un plan de vida. «No me gusta la sensación de mi cuerpo”, dijo. Cuando le pregunté por su compatibilidad con este cuerpo y cerebro, replicó; «Creo que también está enfadada con él. Está luchando contra él”. No era consciente de otra cosa, en el útero materno.

Éimi, continuó remontándose en sus recuerdos de vidas pasadas, pero le resultaba difícil reexperimentar. De repente, tenía doce años, un vestido de harapos marrones, pelo sucio, y estaba muriéndose de hambre, sola, en un pantano, a las afueras de un pueblo norteamericano.
Había sido expulsada del mismo. Me dijo; “Siento que no puedo volver a la ciudad. Aquí, me muero de hambre. Estoy sola. Esta vida es dura y solitaria, y no hay gente buena. No me gusta esa ciudad, allí no hay nada bueno. No siento nada bueno. No siento que hayan hecho algo por mí. Puedo irme”.

Pasamos a su experiencia de muerte. Durante la transición de la muerte, contó lo siguiente; «Estoy en el cielo, pero miro a mi cuerpo. Sigo sola, pero miro hacia abajo. Estoy en los árboles. Enfadada. Sigo enfadada».
-; Le pregunto; ¿Qué piensas de tu muerte?
--; Responde; Bueno, hace que me sienta enfadada.
Éimi sintió más incertidumbre y dudas. La transición al mundo del espíritu le parecía algo nuevo. La animé a registrar cualquier cosa que le viniera a la conciencia. Y continuó diciéndome;
--; Al alejarme, todo quedó negro. Hay algo blanco y trémulo. Es muy blanco. Baila, y se me aproxima. Está lejos, no puedo distinguir. Parece que tiene alas. Siento como si me absorbieran. Podría resistirme, pero no sé a dónde ir. La luz blanca me rodea y, después, se retira. Es una persona. Me empujan al espacio exterior. (Larga pausa.) No puedo ir más lejos.

Después de largo silencio, Éimi se dio cuenta de que no podía ir más lejos. Tenía que volver, y visitar su vida anterior. Se resistía, y estaba enfadada. Le ayudé a superar su resistencia. Mientras volvía a mantenerse, silenciosamente, suspendida sobre su cuerpo de doce años, dijo;
--; Creo que necesito perdonar a la gente. No sé por qué. Nada les he hecho. Simplemente, eran gente cruel y desagradable. No puedo perdonarles. (Larga pausa.) Esto es una lección. Aprendo lo destructivas que pueden ser la crueldad y la falta de amor. Ya no necesito mirar a mi cuerpo.

Éimi sintió sensación de libertad y se alejó, inmediatamente, de la Tierra, camino del mundo del espíritu;
--; Mi guía me rodea y llena de amor y alegría.
Liberada de los malos tiempos, descubre con rapidez a su grupo de almas. Su hermano en la vida actual, aparece como luz blanca, con tonos azules. No llega a reconocer a los demás, que siguen siendo blancos como ella. Cuando le pregunto por su grupo, dice:
--; Tenemos los mismos problemas con la gente y el perdón. Ellos hacen, aproximadamente, lo mismo que yo. Creo que nos queda largo recorrido por delante. Siento cierta alegría, pero parece que tenemos que aprender más. Son divertidos. Hacemos el payaso. Mi grupo vuela por el espacio. No estamos en la Tierra, sino en nuestros bosques. Es como volver a estar vivos. Hay cuatro luces blancas, y se ríen. No sé quiénes son.

Le pregunté si el grupo tenía algún objetivo. Ella respondió rápidamente; «el grande». Parecía pensar que, con eso, lo decía todo. Cuando le pedí que me aclarara aquello, Éimi dijo;
--; Todo tiene que ver con el amor, con la gente, y con que te guste la gente. No conseguimos grandes progresos en este objetivo. Siento que no puedo ir más lejos. No puedo avanzar más con mi guía, porque no estoy preparada para ello. Parece que hay algo más grande. Cada vez que abandono las luces de mi grupo, estoy en el espacio. Siento el tirón de volver al grupo. Soy feliz allí. Son personas familiares.

La voz de Éimi se hizo más clara y confiada con respecto a los asuntos de su vida actual, y así lo contó:
--; Tengo que trabajar en ello. Paso momentos duros, pero no más de lo que puedo soportar. No me gustan los humanos. Me gustaría quedarme donde estoy. No, no recuerdo las elecciones. Y tampoco recuerdo haber deseado estos momentos duros en la Tierra. Estoy tratando de aceptar a las mujeres, intentando ser justa y hacer las cosas bien. Siempre he sido mujer.
-; Le pregunto a Éimi; ¿Estás viviendo, esta vida, de acuerdo con tus objetivos?
--; No hago suficientes cosas con la gente. Tengo que involucrarme más con ellos. Tiendo a aislarme.
-; ¿Qué debes hacer?
--; Lo que más temo. Se supone que tengo que abrir los brazos a la gente, abrazarles e implicarme con ellos. Debo aprender a amar, y a comprender a la gente.
-; ¿Cuál es el propósito de la vida que vives actualmente?
--; Aprender a querer a todos. Soy muy amorosa, pero reprimida. Tengo que aceptar, y querer más a todos.
-; Consulta con tu guía para ver cómo conseguir eso.
--; El corazón. Sólo el corazón.

-; ¿Cómo encajan la iglesia, o la religión, en este propósito de vida, si es que lo hacen?
--; Sí encajan. No la religión, sino la iglesia de Dios. Dios encaja. El creador, todo por razones que no llego a entender. El creador de la Tierra y de los seres humanos, de modo que todo tiene que ver con el amor, eso es lo único que llego a entender.
-; Quiero que consultes sobre la existencia del infierno.
--; (Larga pausa.) Siento escalofríos, y vislumbro rostros. (Larga pausa). Pero creo que son almas atormentadas. (Pausa, aún más larga). Pero ahora creo que se lo hacen a sí mismas, el infierno es su propia creación. Mi guía me muestra que es oscuro y frío.
-; ¿Qué tienes que saber sobre el infierno?
--; (Larga pausa.) Que es su propia creación. Como en mi caso. No estoy atascada. Es su propia creación. Es una falta de entendimiento. Simplemente no entienden la simplicidad. ¡No la entienden! ¡Se supone que tienen que buscar respuestas!
-; ¿Cómo de avanzada estás, con respecto a ellos?
--; Estoy lejos de ellos.
-; ¿Y cómo te sientes con todo lo que has aprendido?
--; Me siento bien. No puedo explicarlo. Suelo decir que estoy atascada, pero no lo estoy. Se trata de entender, pero me cuesta verlo. Es perfecto, y hay más. No puedo explicarlo.
-; ¿Hay algo más que tu guía quiere que sepas?
--; Amor, amor, y amor. Eso es todo lo que hay.

Han pasado cinco años. Ahora, Éimi tiene treinta y uno. En una conversación conmigo, recuerda su experiencia de una vida anterior, a finales del siglo 18, en la que murió de hambre cuando casi era niña.
--; Estuvo mal. Todo el mundo me atormentaba. En esta vida, siguen ocurriéndome cosas similares.
-; ¿Qué es lo que más te gustó de la experiencia de regresión?
--; Lo que más me gustó, fue ver a la otra gente allí. Vi lo suficiente como para hacerme creyente. Hay una razón por la que estamos aquí. Ahora tengo paz mental. Las ideas sobre el cielo y el infierno confunden a la gente. Es un alivio saber que hay más de una oportunidad de hacer las cosas bien.
-; ¿Qué pensaste al escuchar la grabación de tu sesión de vida entre vidas?
--; Había olvidado, que buena parte de esta experiencia transcurre entre las vidas que vivimos aquí, en la Tierra, y que también se puede ver a la gente entre vidas. Por ejemplo, durante la experiencia, estuve con mi hermano pequeño. Él sigue vivo, y está conmigo en esta vida, pero recuerdo haber leído en el libro del doctor Niúton, "La vida entre vidas", que sólo una parte de nuestra energía está aquí, en esta vida, y que la otra permanece en el mundo espiritual. Me siento más cerca de él que de cualquier otra persona. Él es el único al que reconocí durante la experiencia. Me molesta que ni siquiera viera a mi marido.
-; ¿Qué impacto tuvo la experiencia en tu vida, si es que tuvo alguno?
--; Me aligeró, e hizo que las cosas tuvieran sentido. Me gustó, y me hizo ver la razón por la que todos estamos aquí.
-; ¿Qué dirías ahora del infierno?
--; Vi a gente sufriente y angustiada. Estaban en un lugar oscuro, y hacía frío. Sus rostros iban apareciendo ante mí, pero no reconocí a nadie. Tuve la impresión de que podrían haber seguido la luz. No había nadie que les atormentara. Simplemente, no seguían la luz. Más que nada, parecían perdidos. Trataban de ver la luz. No sabían. Vi un lugar oscuro, frío, negro. Cuando me di cuenta de que estaba en medio de ese lugar oscuro, di un paso atrás. No reconocí los rostros. Simplemente, seguí adelante, y salí de allí, hacia la luz y la calidez. Ahora me doy cuenta de que las expresiones de sus caras no eran de agonía o dolor. Simplemente estaban confusos y perdidos. No sabían dónde estaban, ni qué hacer.
-; Cuando la gente lea tu historia, ¿qué quieres que entiendan de tu experiencia?
--; Tengo la impresión de que es muy simple. Hay tanta lucha, muerte y sentimientos de culpa por los que han muerto. Tú eliges. Todo es muy elemental. Me siento mejor con todo.
-; ¿Tienes algo más que decir, en lo que concierne a tu experiencia?
--; Fue muy positiva. Se llevó la culpabilidad y alivió mi conciencia. Sigo creyendo en Jesucristo, pero no en el infierno. Ahora, creo que tenemos más de una oportunidad para aprender y mejorar. Tenemos más de una oportunidad.

Esta joven había sido condicionada para vivir, toda su vida, esperando lo inevitable; una vida terrorífica e infernal después de la muerte. A pesar de esta programación, Éimi descubrió otra cosa. Hubo un guía amoroso que le reconfortó, y su grupo de almas buscaba diversión, y le dio apoyo. Experimentó el perdón y, después, se liberó de la angustia. No encontró un infierno en el que las almas estén condenadas a la agonía y castigo eternos, sino un lugar donde algunas almas confusas realizan sus elecciones. Descubrió la diversión, la normalidad y la comprensión, y también que tenemos más de una oportunidad de aprender y mejorar.

CAPÍTULO 28. Estoy en casa.




Arrojadas al frío exterior, desnudas y solas. Algunas almas tienen esta sensación de abandono, al entrar en el plano terrenal desde el hogar comunitario del reino espiritual. Sin embargo, su exilio es voluntario, pues las almas llegan a darse cuenta de que tienen que aventurarse en el mundo físico para encontrar el alimento que les aporte sustento y crecimiento.
El mundo presenta muchos desafíos. En el caso de Mónica, las fogosas emociones humanas fueron como animales salvajes que casi le devuelven al cálido abrazo del espíritu, antes de que acabaran sus pruebas.

UNA MAÑANA NUBLADA de abril, Mónica me envió este correo electrónico. “Tengo un historial de depresión clínica, con dos intentos de suicidio fracasados por sobredosis de drogas. He recibido tratamientos psiquiátricos en los que se administró, Prozac. He asistido a terapia psicológica. También, he participado en grupos de autoayuda y leído muchos libros sobre ese tema. Estas experiencias me han enseñado a sobrevivir, pero no a disfrutar de la vida. Mis pensamientos y sentimientos depresivos se resumen mejor, diciendo que, «hecho de menos mi hogar». Añoro mi hogar etéreo y cósmico. Puedes imaginar lo contenta que me sentí cuando leí sobre el «hogar», en los libros de Michael Newton. Ya es hora de que tenga mi propia revelación de la vida entre vidas. Quiero evitar el siguiente episodio de depresión clínica que ya pende sobre mi cabeza”.

Mónica, se hundía en la oscuridad y trataba, desesperadamente, alcanzar el rayo dorado de la experiencia trascendente. Me sentí seriamente preocupado por la gravedad de su situación y, sin embargo, sentí instintivamente que seríamos guiados.
Hablamos por teléfono, y Mónica me dijo que sí, que echaba de menos el mundo del espíritu, pero que sus dos intentos de suicidio habían sido provocados por sus turbulentas relaciones con los hombres. Cuando establecimos una fecha para nuestro encuentro, de su voz surgió una nota de esperanza. Pronto me envió otra carta confirmando que había empezado a realizar la tarea asignada para la sesión, que su breve lista de preguntas no era tan breve y que, al final, decidió llevar todas las preguntas, y mantener una actitud abierta.

Nuestra sesión progresó con delicadeza. Aunque el alma de Mónica pudo haber sentido alguna renuencia a encarnar, no podía ocultar cierta curiosidad y excitación juvenil ante la perspectiva de un nuevo cuerpo y aventura. Pasemos a la sesión.

-; En primer lugar, le pregunto; ¿Qué sientes ahí, en el útero de tu madre?
--; Bienestar, estoy muy segura.
-; ¿Cuándo te uniste, por primera vez, al feto?
--; Momentos después de la concepción. Necesitaba verificar qué ocurría realmente. Puedo ver las células dividiéndose. Estoy satisfecha.
-; ¡Vaya! A medida que tu cuerpo se desarrolla, -a medida que pasa el tiempo-, ¿vas entrando y saliendo, o te quedas permanentemente en el cuerpo?
--; No vuelvo hasta el comienzo del segundo trimestre.
-; Y cuando lo haces, ¿qué te encuentras?
--; Puedo sentir la redondez de mis dedos, el apego a la madre, el cordón umbilical. Empiezo a chuparme el pulgar. Eso me conforta, y da seguridad.
-; ¿Siente tu alma, que este cuerpo es el adecuado para ella, o no?
--; Sí, es adecuado. Tendrá movimientos fluidos, como la libertad de mi alma.
-; ¿Ésa es la razón por la que has elegido este cuerpo, o hay otras razones?
--; Necesito un cuerpo femenino, para tener hijos y casarme con Tomás. Además, siendo mujer me sentiré vulnerable.

Mónica conectó con la conciencia de su alma en la parte de la sesión relacionada con el útero, hablando de los acuerdos de su alma como esposa y madre, y de la necesidad de ser vulnerable en su actual encarnación. La parte siguiente de la sesión, nos llevó a la experiencia de una vida pasada, que introdujo otra serie de lecciones emocionales. La mente de Mónica se orientó, no hacia su vida pasada más inmediata, sino hacia una muy anterior, en la que era una joven que formaba parte de una banda de cazadores nómadas que acechaban a sus presas en lo alto de los Alpes.
-; ¿Estás sentada, de pie o tumbada, en esta vida que exploramos?
--; Estoy de rodillas.
-; ¿Sola, o con alguien?
--; Estoy con Jomor, que está muriendo.
-; ¿Qué ocurre?
--; No sé qué le ha ocurrido. Le han herido, tiene una punzada, ¿quizá de un cuchillo? No sé qué hacer por él.
-; Tú estás de rodillas ¿Dónde está él?
--; En el suelo, tumbado de lado.
-; ¿Dónde tiene la herida? ¿Lo sabes?
--; Al principio no puedo verla, hay mucha sangre. Creo que, en un costado.
-; ¿Estás en una ciudad o fuera, en el campo?
--; Estamos en lo alto de las montañas. Hace frío, pero ahora no nieva. Hay una extensión de tierra despejada. Árboles y rocas están cubiertos de nieve.
-; ¿Puedes ver el rostro de Jomor?
--; Le hago rodar sobre su espalda y le veo. Está angustiado, siente dolor. Ahora puedo ver que tiene la herida en el costado derecho, en las costillas. Se muere, y lo sabe. No es capaz de hablar, tiene demasiada sangre en la boca. Puedo ver que muere. He llegado demasiado tarde.
-; ¿Cuál era tu relación con Jomor?
--; No soy su hermana, pero le quiero como una hermana. Nos ayudaba a reírnos de la existencia.
-; De acuerdo, deja que eso se difumine, y vayamos al último día de tu propia existencia, en esa vida. Ve allí, al último día. Describe lo que te pasa.
--; Estoy en medio de una tormenta. Perdida. Mi gente no puede encontrarme y yo no puedo encontrarles. Frío, he ido más allá del frío; he sentido mucho dolor, pero ahora, ya no siento nada. Estoy muy cansada, me voy a dormir. Sé que no despertaré. He dejado de luchar.
-; ¿Qué edad tienes en ese último día de tu vida?
--; Veintiún años. Soy una mujer joven.
-; ¿Qué piensas de esta vida que acabas de vivir?
--; Era curioso depender de la tierra y de los animales. Por supuesto, no había experimentado eso jamás; vivir como los animales, entenderlos.
-; Es hora de ir al momento justo tras la muerte. Puedes elevarte por encima de tu cuerpo, y puedes seguir hablándome. Siente que te expandes hacia los niveles más elevados. ¿Dónde estás, con relación a tu cuerpo?
--; Estoy muy cerca de mi guía. Aún puedo ver mi cuerpo. Lamento que ya sea hora de dejarlo. Pasan seis semanas antes de que lo encuentren y lo lleven de vuelta al poblado. Ha pasado mucho tiempo, pero la nieve lo ha preservado. Algunos animales han mordisqueado mi pierna.
-; ¿Hay algún ritual para el enterramiento?
--; Me envuelven en piezas de cuero, y queman mi cuerpo. Mi guía y yo lo observamos.
-; ¿Comunica tu guía contigo, mientras observáis eso?
--; No. Estamos en actitud de reverencia silenciosa. Dejamos mi cuerpo quemándose.

En esta vida pasada, después de perderse en una tormenta, Mónica se fue a dormir para escapar del dolor de la existencia. Sin embargo, durante la sesión, fue importante recordarle la tristeza que sintió al dejar su cuerpo, joven y saludable, en lo mejor de la vida.
Pronto, su espíritu guía le habló, contándole cuándo y por qué, había actuado en esa vida anterior, para estimularle a sentir ciertas emociones.
-; Le pregunto a Mónica; ¿Hay algún momento en el que tu guía comunica contigo? ¿Qué ocurre entre vosotros?
--; Él me asegura que, Jomor, está bien. Ha llegado a casa.
-; Háblame de tu guía.
--; Le llamo, Zion. Es alto, tiene expresión severa y una postura, también, severa. Lleva túnica negra, con capucha.
-; ¿Qué te dice? ¿Qué dice de tu progreso espiritual?
--; Me pregunta que qué pienso de mi progreso, y siento cierta indiferencia hacia ese tema. No me importa si he progresado o no, por eso se muestra severo conmigo. No he hecho las cosas tan bien como podría haberlas hecho, pero yo creo que él debería estar contento de que accediera a nacer. Incluso se muestra severo con esta respuesta mía. Piensa, que debería tomarme todo esto más en serio.
-; ¿Qué siente con respecto a tu actuación en esa vida?
--; Dice que, ciertamente, he aprendido cómo viven los animales, pero que he hecho muy poco por entender los sentimientos de la gente de mi poblado. Sólo me he sentido verdaderamente preocupada por la muerte de Jomor. Hubo otras muertes. Por ejemplo, la de mis padres. Nada sentí, cuando murieron. Él me pregunta por qué mi respuesta es tan displicente. Le digo que porque ya sé que ellos tienen que ir a casa. Pero él quiere que sienta más compasión.
-; ¿Te da algún consejo, con respecto a esto?
--; Sí. Él me manipuló, para que encontrara a Jomor, y me pregunta; «¿Qué sentiste cuando encontraste a Jomor?» Me sentí triste cuando le encontré, me sentí mal al ver su sangre, sentí tristeza de que su vida hubiera acabado, de que ya no pudiera cazar. Fue un momento de compasión. Y esto es lo que Zion quiere de mí, ese sentimiento.
-; ¿Te dice algo más, con respecto a eso?
--; Entro en un curso de estudio de las emociones, de los sentimientos. Paso mucho tiempo observando a la gente, observando a mis semejantes.
-; ¿Quieres decir, observando a la gente de la Tierra?
--; No. Observando a mis iguales, en el mundo espiritual. Viendo cuándo se ríen, o la frustración cuando alguien se esfuerza por entender un nuevo concepto. Se me concede mucho tiempo para observar y aprender a identificar los sentimientos a simple vista.
-; ¿De modo que, este curso de estudio, ocurre en el reino espiritual?
--; Sí.
-; ¿Te ayuda tu guía, Zion, a realizar este curso, o hay otros instructores?
--; Hay otra gente. Son ayudantes, o tutores. Me dicen; «Mira, y ve. Ve por qué él está frustrado, ¿ves lo que quiere conseguir, puedes ver por qué no puede alcanzar su objetivo? ¿Ves por qué tienes que saber esto?»
-; Dime, Mónica; ¿Por qué tienes que saber esto?
--; Zion me dice que no puedes ser un sanador si no puedes identificar las cosas que producen dolor.

En el estado de pura energía, evidentemente, las almas no tienen sistema nervioso central como cuando toman un cuerpo humano, pero son capaces de estudiar, bien por sí mismas o en aulas, la complejidad de las reacciones humanas ante los estímulos que les producen amor, odio, miedo, enfado y, así, sucesivamente. Las almas adquieren esta sensibilidad durante sus encarnaciones, y se llevan esta experiencia al mundo espiritual de entre vidas. Podemos describir este proceso, como una conciencia empática hacia la capacidad humana de sentir y, también, hacia el significado de esas emociones como reacciones a los sucesos.
Aquí, surge con claridad la necesidad de Mónica de entender la importancia de las emociones humanas. En su vida de cazadora tribal, en los Alpes, se mostró indiferente, incluso insensible, aunque su guía empezó a inducirle sentimientos. Seguidamente, estando en espíritu, entre una vida y otra, se dedica a estudiar las emociones. Finalmente, en la vida presente, elige un cuerpo mucho más sensible y vulnerable.
En su vida actual, camina sobre la cuerda floja. Necesita sentir, pero las intensas disputas emocionales de sus relaciones románticas, la desequilibran, y amenazan con llevarla al precipicio. La pena de haber acabado su matrimonio con Tomás, y una reciente y tempestuosa relación con un hombre llamado Jeremías, han sido particularmente difíciles. Esto es lo que escribió sobre esta última relación tormentosa:

“Sé, que el amor es eterno. En el caso de Jeremías, él me sonríe; yo sé quién es, y le quiero fogosamente, con ferocidad. Pero, de algún modo, mi relación con él ha estado llena de dolor, enfados y frustraciones. Volvemos a la relación hasta que los sentimientos heridos, y la ira, nos llevan a abandonarla de nuevo”.

En el encuentro del grupo de almas, conocemos que las lecciones que tiene que aprender Mónica están relacionadas con las almas de sus dos grandes amores. También, descubrimos la razón última por la que se dedica a estudiar las emociones. Oigamos la conversación;

-; Has mencionado a tu grupo del alma; ¿te gustaría conectar con ellos?
--; Está a poca distancia, lo puedo ver desde aquí.
-; Descríbeme el lugar.
--; Es circular. Es como energía luz, es una cúpula. Esta forma proporciona unos límites.
-; Ve allí, ahora. Ahora mismo ¿Ocurre algo significativo entre tu grupo, y tú?
--; Sí. Jeremías, quien fue Jomor en la vida de cazadora), Tomás y yo, los tres, estudiamos las emociones. En nuestra próxima visita a la Tierra, en esta visita, en esta encarnación, nos dedicaremos a ellas.
-; ¿Se trata de un plan que tenéis los tres? ¿Tiene algún objetivo estos estudios?
--; Compasión. Los estudios guardan relación con la compasión.
-; De modo que, los tres, vais a venir y aprender sobre las emociones, vivirlas, estudiarlas y sumergiros en ellas.
--; Sí. ¡Vamos a provocárnoslas, mutuamente! Vamos a expresarlas, darles voz, ponerlas sobre la mesa.
-; ¿Cuál es tu principal aspiración?
--; Cuidar de los que vuelven de la Tierra.
-; Puedo ver por qué. la compasión podría ser importante.

Los dolores y penas de los actuales enredos románticos de Mónica, no son casuales. Sus sufrimientos no son el resultado del mal karma, ni son castigo de creador vengativo. Estas circunstancias han sido elegidas por ella misma, y planeadas de acuerdo con otros dos queridos compañeros de su grupo de almas formando, todo ello, parte de un gran estudio sobre las emociones humanas. Los tres han acordado encarnar e interactuar para explorar la intensidad de los sentimientos humanos. En cuanto a Mónica, esta experiencia servirá para fomentar en ella, empatía y compasión, lo que le preparará para su trabajo futuro como cuidadora de almas que vuelven de la Tierra.
Las piezas del rompecabezas encajan; el paisaje empieza a tomar forma. Mónica comprende, con más profundidad, su lección emocional, a medida que su guía espiritual le lleva a presencia del Consejo de Ancianos.

-; Le pregunto; Dime, ¿a dónde a vas con tu guía?
--; A un sitio. Es muy parecido a un templo. Veo que avanzamos por un corredor abovedado; los ancianos están sentados, justo delante mío, en una hilera, en sillas parecidas a tronos. Son siete.
-; Bien. ¿Qué posición adoptas, con respecto a los sabios?
--; Estoy de pie, en el centro. Quiero ponerme detrás de mi guía, Zion; no quiero permanecer frente a ellos. Zion está cerca, pero yo quiero estar detrás de él, como un niño que se esconde detrás de su protector.
-; ¿Sientes algún tipo de sentimiento, o emanación, procedente de los miembros del Consejo, que te haga sentirte así?
--; Sí. Y es muy extraño. Se muestran indiferentes. En realidad, no es indiferencia, no es aceptación, no es insatisfacción. Lo cierto es, que no sé lo que esperan de mí.
-; ¿Te exponen alguna crítica, o te dan ánimos?
--; Me hacen entender mi rebeldía, y mis sentimientos de decepción y duda, cuando estoy frente a ellos. Esto, en sí mismo, es un mensaje para mí.
-; ¿Cómo lo descifras? ¿Qué significa ese mensaje para ti?
--; Significa, que no debes reprender a alguien para que aprenda algo. Los ancianos no riñen. Más bien, me hacen entender, y soy capaz de comprender la lección, y ver la necesidad de progresar.
-; ¿Qué mensaje te comunican, que pueda resultarte útil en tu vida actual?
--; Hoy he aprendido compasión, pero tengo que aprender a perdonar.
-; De modo que, la compasión, es más de una vida anterior, pero el perdón, ¿es la lección de esta vida?
--; Sí.
-; ¿Qué es el verdadero perdón?
--; Es comprender que cada criatura tiene su propio método de aprendizaje y producción, y que tiene derecho a cometer errores, como yo. El proceso de aprendizaje no es perfecto, y tengo que entender esto para no recordar siempre a la gente por el dolor que imagino que me causaron en el pasado.
-; Dices: «El dolor que imaginas que te han causado». De modo que; ¿ese dolor es algo que creas tú misma?
--; A veces. Las almas no siempre están alineadas con su propósito. Pero tienes elección.
-; ¿Puedes elegir protegerte del dolor?
--; Bueno. Puedes, pero entonces no te beneficias, plenamente, de la lección. ¡No tienes un dolor imaginario que perdonar!
-; Parece una especie de juego.
--; Lo es. Se trata de parámetros que establecemos para aprender.

A este respecto de lo que comenta Mónica, durante un trance de regresión, un amigo sabio me dijo en una ocasión, que la Tierra es laboratorio de pruebas, mientras que el mundo del espíritu lo es de descanso. En el mundo del espíritu aprendes, enseñas, reevalúas, pero después tienes que poner a prueba todo lo que has aprendido. Te vas poniendo a prueba viviendo diferentes vidas para ver si, realmente, has integrado lo aprendido; para ver si ello se ha convertido en parte de tu esencia. Es como cuando sufres un daño, ¿surge el perdón de lo profundo de ti? ¿Te surge de lo profundo, mostrar compasión? ¿Puedes ofrecer amor incondicional, es decir, sin exigencias? Todas estas cosas se ponen a prueba en la vida. Es como separar el grano de la paja.

La sesión de Mónica se iba relajando.
-; Me gustaría, Mónica, plantear al consejo algunas de las preguntas que has traído para esta sesión. ¿Qué es lo que tenías que conseguir con tu última relación de amor posesivo?
--; Más ocasiones de perdonar.
-; ¿Qué lección tienes que aprender, en esta encarnación, con la interacción con Jeremías?
--; ¡Uf! Hay cosas que siento que no he de perdonar. ¡Es como llevar los zapatos en el pie equivocado! Jeremías es compañero del alma, muy cercano pero no mi principal pareja. Pero está muy cerca.
-; ¿Hay alguna sugerencia del Consejo, o de tu guía Zion, respecto a lo que puedes hacer en tu vida actual, para progresar?
--; Se me han dado oídos para oír, para escuchar, para prestar atención.
-; ¿Hay algo que puedas hacer?
--; Seré guiada en mis acciones, tal y como he sido guiada hasta ti.

Cuando la sesión acababa, a Mónica se le concedió un regalo de despedida.

-; Le pido a Mónica lo siguiente. Echa una última mirada a tu alrededor, para ver si hay algo que no hemos tenido en cuenta.
--; Estoy recibiendo un ajuste de energía para sentir menos añoranza por mi hogar. Me están alineando, para que eso no me afecte tanto.
-; ¿Quién hace eso?
--; Dos sanadores. No me son extraños, pero no siento que sean tan íntimos como mi grupo de almas. Esto se me ofrece para animarme a progresar hacia el tipo de trabajo al que aspiro.
-; ¿Qué sensación te produce?
--; Lo siento en mi plexo solar, aquí mismo. La añoranza del hogar es un deseo extremo de estar en casa. Es una sensación del tipo, «He tenido un día duro en el trabajo, quiero ir a casa y meterme en la cama”. Sólo que, en realidad, no puedo ir a casa y meterme en la cama; ir, desde la Tierra, hasta mi hogar espiritual.
-; ¿Qué tiene esto que ver con los intentos de suicidio?
--; La naturaleza de este espíritu, es preferir su casa.
-; De modo que te hacen algo, ¿cómo te sientes?
--; Puedo ver que están movilizando la energía de mi aura. Mezclan un color rosa con mi blanco y azul claro, creando un tono lavanda pálido. A medida que lo hacen, puedo ver que se reduce mi añoranza por el hogar.
-; ¡Qué bendición! Relájate, respira, tómate todo el tiempo que necesites. Y avísame cuando, realmente, estés preparada para pasar a otra cosa.
--; ¡Estoy preparada!

Tres años después de la sesión, Mónica aún sigue con nosotros, viviendo, trabajando, creciendo. A veces, tiene que afrontar momentos duros, pero ya no se siente fría, desnuda, sola. Está emocionada, porque va a ser abuela. Continúa escuchando y practicando el perdón, lo mejor que sabe. Aquí, escribe algo sobre los entendimientos incorporados en su experiencia.

“Creo que podrías llamar, a la desesperación que me hizo intentar suicidarme dos veces, «añoranza del hogar»; me sentía enferma y necesitaba ir a casa. Pero mi sesión  me ha mostrado que estoy en casa. La Tierra es real, pero sólo es una extensión del aula celestial. No hay ni aprobado ni suspenso; simplemente, se trata de tener la experiencia.
La vida ya no me resulta agobiante. De hecho, ya no tengo pensamientos suicidas. Ahora, pienso que podría ser más sabio vivir hasta los noventa años, para vivir dos vidas en una.