martes, 2 de agosto de 2011

CAPÍTULO 17. Un voluntario para ser asesinado.

Es interesante oir el capítulo si no eres sordo. Y leerlo, si no eres ciego.





Los recuerdos de la infancia ilustran, maravillosamente, cómo nuestros primeros años nos preparan para los cambios que viviremos de adultos. Muchas personas parecen sentir que su infancia es difícil, e incluso dolorosa. Cuando se dan cuenta de que elegimos a nuestros padres, hermanos y entorno terrenal, exclaman; «Oh, no; Yo, no! Nunca habría elegido eso para mí". Sin embargo, cuando situamos la infancia de la persona en el contexto del trabajo de su vida, es decir, del plan de su alma para esa vida, ello constituye una preparación perfecta.
Y esto es lo que le ocurrió a, Kía, que se prepara para el principal propósito de su vida; hacer lo correcto, independientemente de las posibles críticas. Durante la sesión, Kía también descubrió que su infancia la preparó para afrontar la muerte de su hijo. Pasemos al relato.

KÍA, UNA ABUELA AMOROSA, y profesora de preescolar, vino a mí, aproximadamente, un año después de la muerte de su hijo, Evan. Evan, taxista de veintiséis años que residía en la zona de la Bahía de Tampa, fue brutalmente asesinado por un desconocido, un pasajero que llevaba en su taxi. Casi inmediatamente después del deceso, Kía sintió la presencia de su hijo a su alrededor, confirmándole que estaba bien. Aunque ella se sentía muy agradecida por estas visitas, no le dejaban satisfecha. Seguía, profundamente, inmersa en el duelo, y tenía dificultades para aceptar la muerte física de su hijo.
Como nos ocurre a todos, los guías de Kía dirigieron buena parte de la experiencia del alma durante su proceso. Los sucesos que su mente superconsciente puso a su disposición para ser revisados, fueron perfectamente seleccionados para sanar sus heridas profundas. Es posible hallar el comienzo del proceso de curación, incluso, en la primera fase de la regresión, cuando el cliente vuelve a los sucesos de su infancia en la vida actual. Lo que primero se vislumbra de la infancia de Kía, a los catorce años, va, directamente, al núcleo de su dolor. Recibe el mensaje de que debe encontrar bienestar en otras personas y en otros lugares, exactamente lo que debemos hacer para sobrevivir a la muerte de un ser querido. Para superar un suceso que nos cambia tanto la vida, tenemos que encontrar consuelo en los aconteceres de cada día. Aquí, al principio mismo del proceso, su alma ya se abre a la curación. Veamos cómo lo relata mi paciente en la conversación que mantenemos.

--; KÍA, a la edad de 14 años, dice; Estoy con mi hermana. Estamos en el bosque, y parece que tallamos algo en la corteza de un árbol. Siento ansiedad.
-; Como terapeuta, le pregunto; ¿Qué hace que sientas ansiedad en este momento?
--; Nuestros padres, han vuelto a discutir.
-; ¿Estáis en el bosque porque vuestros padres están discutiendo, o hay otra razón?
--; Voy al bosque en busca de soledad.
-; ¿Ir al bosque te ayuda a calmarte?
--; Sí.
-; ¿Qué es importante aprender de este momento?
--; Encontrar a alivio en otras personas y lugares.
-; ¿Es éste el momento de tu vida en el que estás aprendiendo a hacer eso? ¿A los catorce años, aprendes a encontrar consuelo, allí donde esté, o es, ésta, una capacidad que ya conoces bien?
--; Ya la estaba aprendiendo.
-; Aprendiendo y practicando, ¿correcto?
--; Sí.

Remontémonos un poco más en el tiempo con Kía, para ver otro ejemplo;
--; KÍA, a los 5 años, cuenta lo siguiente; Estoy en clase, hablando con el profesor.
-; ¿Y cómo te sientes? ¿Feliz, triste, o de otra manera?
--; Hay niños que se saltan las reglas. Yo quiero ver cómo es eso de saltarse las reglas, porque no suelo hacerlo.
-; Bien. ¿Y qué dice la profesora al respecto, sobre saltarse las reglas?
--; Que no hay que saltárselas. Me dice que vaya al rincón para que vea la sensación que eso produce, pero no me he saltado las reglas.
-; ¿Y puedes ver la sensación que te produce eso?
--; Sí. El niño malo se ríe de mí. Me está enfadando, por
que yo no he hecho nada, y él sigue burlándose de mí, y se salta todas las reglas.
-; ¿Qué es importante entender de esta situación?
--; La gente cuenta chismes de ti, aunque hagas las cosas bien.

Más adelante, en la misma sesión, en el proceso de la visualización, descubrimos lo relevante que es este mensaje; los ancianos dicen a Kía, cuál es la misión de su alma, y que la muerte de Evan desempeña un papel importante en el plan de su vida. Le dicen, que tendrá que superar sus miedos, y también el rechazo y las críticas. Aquí, en esta etapa de la experiencia, le dan una vista previa del mensaje central. A la edad de cinco años, Kía ya está empezando a entender que la gente tiene sus propias opiniones, y te juzga aunque no hayas hecho nada malo.
Tal y como nuestra infancia nos prepara para nuestro propósito principal, también nos vamos preparando a lo largo de muchas vidas. Y así como nuestra alma nos muestra aspectos relevantes de nuestra infancia, durante la experiencia también nos muestra fragmentos relevantes de otras vidas. Kía se prepara para afrontar el reto de que asesinen a su hijo durante, al menos, otras tres vidas. Vidas que ella revisa durante nuestra sesión. En primer lugar, Kía revisa la vida pasada en la que es, Sara, mujer que abandonó una vida cómoda y privilegiada en Europa, para emigrar con su marido al Nuevo Mundo. Ya ha comprobado que su vida en las colonias es solitaria, y tiene algunos episodios decepcionantes.

--; KÍA, hablando como SARA, nos dice lo siguiente respecto a esa vida; Estoy cansada. Tengo que hacer muchas cosas que antes no tenía que hacer. Lavar, cocinar, coser, limpiar.
-; ¿Qué otras cosas importantes tienes que entender en este periodo de tu vida, Sara?
--; Echo de menos a mi familia y amigos. Me siento muy sola.
-; Avanza hasta el suceso más importante de esa vida, el suceso más significativo de Sara. ¿Cómo te sientes ahora?
--; Estoy llena de alegría. He aprendido a sacar el máximo partido de lo que tengo, y a sentirme feliz. En la vida, elegimos ser felices, o no serlo.
-; Esto es muy hermoso; la felicidad es nuestra elección, ¿correcto?
--; Sí.
-; Y has hecho esa elección, Sara, ¿la de ser feliz?
--; Sí.
-; ¿Es éste el suceso más significativo de tu vida, el haber hecho la elección de ser feliz?
--; ¡Sí!. Afirma Sara, entusiasmada.

Esto ilustra otro aspecto que solemos ver cuando trabajamos con clientes intuitivos; el suceso más significativo de su vida no es, necesariamente, un acontecimiento externo. Puede ser, como fue hace mucho tiempo para Sara, una elección interna, una ocurrencia interna; la elección de ser feliz, independientemente de las circunstancias.
Este mensaje, y la preparación para el deceso de Evan en su vida actual como Kía, encuentran eco en el tipo de muerte que sufrió Sara. En esa vida anterior, ella muere siendo madre joven que deja atrás cuatro hijos, y a un marido que la quiere mucho. En su lecho de muerte, tiene otra experiencia espiritual, en esta ocasión relacionada con la gente que deja atrás:

--; Estoy muy, muy enferma, y en cama. Estoy agotada y me
siento débil.
-; ¿Qué crees que va a ocurrir?
--; Voy a morir.
-; ¿Qué sientes al respecto?
--; No quiero dejar a mis hijos, y estoy embarazada.
-; Oh, lo siento. ¿Eres consciente del significado de esto, aparte de tu situación de salud?
--; Todos ellos tendrán que elegir ser felices, ¿cierto? La muerte es dura, independientemente de cómo venga, para la gente que queda atrás.

Esto es cierto para todos nosotros.
Podemos elegir ser felices en medio de un atasco de tráfico; cuando no conseguimos el aumento que queríamos, o cuando nos deja nuestro marido. Y esto es, ciertamente, válido para la vida actual de Kía; ella puede elegir ser feliz aunque hayan matado a su único hijo.
Qué curativo es para Kía, recibir este recordatorio vital durante su sesión; elegir ser feliz.
En un momento posterior de la sesión, Kía revisa una vida anterior, en la que es Elizabeth y muere asesinada. Aquí, tiene un punto de vista completamente diferente. La historia comienza con Kía admirando su reflejo en algo pulido;

--; KÍA ELIZABETH; Creo que debo ser mujer orgullosa; disfruto de lo atractiva que creo ser. Tengo el pelo rubio, muy denso, rizado en los extremos; soy esbelta y estoy muy, muy guapa con este hermoso vestido.
-; ¿Dónde estás?
--; Es como un gran castillo vacío, con esta increíble corriente de luz, y sólo, yo, estoy. Hubo una pelea. Yo estaba aquí, en el castillo. (Sorprendida.) ¡Creo que ya estoy muerta!
-; ¿Sabes que estás muerta, o tienes cierta confusión al respecto?
--; Creo que estoy confusa. El castillo está vacío. Debe haber pasado algún tiempo (desde la pelea). Tal vez yo seguí adelante, como si nada hubiera ocurrido, pero ocurrió. Creo que morí como resultado de la lucha, fui violada y apuñalada.
-; Lo siento. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces?
--; Dos, quizá tres años. Ese día, muchos murieron, y los que quedaron, dijeron que el castillo estaba encantado. Había otros (que también murieron), pero yo soy la única que quedó.
-; ¿Qué planes tienes ahora, Elizabeth?
--; Bueno, creo que, tal vez, debería ir hacia esa luz.

Curiosamente, Kía no experimenta inmediatamente el mensaje más profundo que le trae esta vida. Aparecerá cuatro meses y medio más tarde, en un episodio de recuerdo espontáneo. Kía lo escribió todo en aquel momento, y lo ha compartido conmigo con estas palabras;

Sentí, que lo verdaderamente importante de esa vida era el darme cuenta de que la manera de morir es significativa, que aunque había sido violada y asesinada, no había sentido nada, y no tenía cicatrices cuando volví a casa, es decir, (al mundo espiritual). Para mí, fue importante darme cuenta de que esto también es verdad para Evan; que a pesar de lo horrible que había sido su muerte, él no la sintió, y volvió al cielo sin cicatrices, pleno y limpio. No tuvo importancia.

Este hermoso, y significativo mensaje, que vino a Kía meses después de su sesión, ilustra una faceta maravillosa de la experimentación en el estado de entre vidas. Hay algo con respecto al proceso mismo, que abre puertas entre el yo superior, y la personalidad encarnada. Estas puertas tienden a mantenerse abiertas posteriormente, por lo que se puede seguir recibiendo mensajes profundos, durante meses y años. Algunos clientes dicen que, después de su viaje, tienen un nivel mucho más alto de conciencia psíquica o intuitiva. Consecuentemente, se sienten más sintonizados con el propósito de su vida, y tienen claro que sus experiencias son significativas.

Aún en trance, la comprensión de Kía se hace más profunda cuando Elizabeth, la asesinada, va hacia la luz. Al seguir la luz, el alma de Kía Elizabeth entra en el mundo espiritual. Allí, es llevada, a la velocidad del pensamiento, a una sala donde el tiempo (presente, pasado y futuro) está detenido. Entonces, comenta lo siguiente;
--; La sala es redonda, y hay tres personas, ancianos. Veo color púrpura, color púrpura por todas partes.
-; ¿Puedes preguntarles qué es lo importante que Kía debe saber? ¿Por qué es importante para ella estar en esta situación con ellos?
--; El que está en medio, dice que debo dejar de dudar de lo que recibo intuitivamente, aceptarlo como verdad y no permitir que otros menosprecien lo que oigo y lo que veo; aquello que sé, en mi alma, que es real. El de la derecha, dice que aún no he alcanzado mi propósito superior aquí, que, de algún modo, está relacionado con Evan; con el hecho de que Evan me fuera arrebatado.
-; Continúa.
--; Tiene que ver con objetivos espirituales, y con ayudar a otros; con creencias que no son ortodoxas en comparación con aquellas con las que crecí. Esto haría fruncir ceños donde estoy, ya sabes.
Kía rompe a llorar y dice;
--; Han traído a Evan. ¡Puedo abrazarle de verdad! Me siento tan bien. Le he echado tanto de menos. Puedo sentirle, le oigo (en mi vida normal), ¡pero esto es mejor! (Larga pausa y sollozos.) El anciano de la izquierda dice que esto es para que tenga más fuerza y coraje.
-; Es decir, esta visita de Evan te ayudará a tener más fuerza y coraje
--; Sí.
-; ¿Hay algo que Evan quiera decirte?
--; Que me quiere; que me ayuda; que acordamos hacer esto hace mucho tiempo; que es importante. Él sigue aquí, pero esto ya lo sabía. Me muestran cómo se organizó todo esto. Evan entró en el lugar de otro; otra persona iba a morir ese día.
-; ¿Evan tomó su lugar?
--; Sí, porque eso servía para dos propósitos. No era exactamente como lo habíamos hablado antes de encarnar, pero al tomar el lugar del otro, salvó a cinco personas.
-; ¿Aporta eso, equilibrio a la situación? ¿Cuál era el motivo de Evan?
--; Evan tiene sentido del humor. Dice; ¡Los puntos se ganan en el cielo! Tienes que conocerle, es un sabio.
-; ¿Tiene algo más que decir sobre éste, o sobre cualquier otro aspecto de esta vida?
--; Dice que siente haber sido un adolescente tan difícil.
¡Qué tonto!
-; ¿Algo más?
--; Lo de hoy es sólo para que me sienta más segura. (Se ríe.) Evan dice; «Sintoniza la próxima semana, para oír el resto de la aventura.» Ya te he dicho que es un sabio. Y está cantando un anuncio; «Después de estos mensajes, ¡volvemos inmediatamente!»
-; Por tanto, Kía, esta breve visita de Evan es para tener seguridad, y la próxima vez que vengamos a estos planos superiores, habrá más información. ¿Es esto lo que quiere decir?
--; Sí.
-; ¿Sientes que es verdad?
--; Sí.

Este precioso intercambio entre una madre amorosa, y su hijo, es un gran ejemplo de lo reales que son estas interacciones. En un correo electrónico que me escribió años después, Kía expresó que, su encuentro con Evan, de pie ante los ancianos, fue para ella más real que estar en mi consulta. Y continuó diciendo; «Tuve la sensación de un abrazo físico, aunque ambos estábamos en nuestra forma espiritual. El sentimiento de amor que todo lo abarca realmente, no puede expresarse con palabras. Fue dicha, paz, alegría, renovación y comprensión, todo ello en una fracción de segundo. Fue asombroso.»
En la segunda visita de Kía al estado de entre vidas, durante la semana siguiente, volvió a encontrarse frente a los tres ancianos. Les preguntó cuál había sido el verdadero propósito del asesinato de Evan, y por qué había tenido que pasar por ese dolor al perderlo.
--; Ellos dicen que fue un medio para ser más espiritual.
-; Pregunto a Kía; ¿Cuál es tu propósito en el futuro?
--; Nuevas avenidas (de conciencia psíquica) se me abren desde que murió Evan. Los ancianos dicen que debo decir al mundo que la vida no acaba con la muerte. No sólo la vida, sino la personalidad. Que no hay que temer a (la muerte). La gente tiene que saber que no hay arpas y ángeles, es diferente de lo que enseña en las iglesias. No dejamos de existir. Es reconfortante, saber que tú sigues siendo tú. No es un mensaje nuevo, por supuesto, pero muchos siguen sin escucharlo.
-; Y tu desarrollo psíquico, en general, ¿cómo encaja en todo este proceso?
--; El anciano del medio dice que siempre ha estado ahí, pero que nunca lo use y ahora es necesario que lo haga.
-; ¿Diría, ese anciano del medio, que la mayoría, si no todos, tenemos poderes psíquicos latentes, o potenciales?
--; Absolutamente. Es muy cierto. El de la derecha, quiere que sepa que una persona puede marcar la diferencia, y todos tenemos ese poder.
-; ¿Tienen algo más que crean que sería importante, o provechoso, que supieras ahora mismo?
--; El del medio dice que, por duro que sea de reconocer, en realidad, la muerte de Evan ha sido un regalo. Y sin ese regalo, no podría hacer lo que he venido a hacer.
-; ¿Sientes que eso es verdad?
--; Sí, pero sigue sin gustarme.
-; ¿Acaso tiene que gustarnos?
--; No. Estando aquí, con ellos, tiene sentido; pero a veces, estando en el cementerion, no lo tiene.
-; Entiendo la situación. ¿Hay algo que puedan hacer para ayudarte con esto?
--; He de ser más espiritual.

Durante las etapas más dolorosas y duras de nuestra vida, tendemos a cuestionar cuál es el plan para nuestra vida y si, realmente, hay un plan. En esos momentos de dolor, es tan duro dar sentido a los sucesos, encontrar significado dentro de la angustia. Y, sin embargo, suele ser la agonía la que nos impulsa a avanzar hacia el propósito central de nuestra vida. Muchos, al mirar hacia atrás para contemplar los efectos de una tragedia en su vida, concluyen que ninguna otra motivación habría sido suficientemente fuerte para hacerles cambiar; que hacía falta el sufrimiento más extremo para llevarles a cumplir la misión de su alma. Esto, es especialmente cierto para Kía, y para otros que han perdido a la persona que más querían.

Después de su encuentro con los ancianos, Kía se queda a solas con su guía personal, Miguel. Él continúa el proceso de apoyarla en su intento de aceptar lo inaceptable.

-; ¿Qué dice Miguel ahora mismo, cuál es su mensaje más importante para ti?
--; No tengas miedo de lo que va a venir.
-; ¿Entiendes a qué se refiere?
--; Creo que sí.
-; ¿Puedes aclararlo, para que no te quede duda alguna?
--; Se van a producir cambios; cambios de profesión, cambios de aspecto, de prioridades; y, a algunas personas, no les van a gustar; algunos, me van a criticar. Algunos, darán la vuelta y se alejarán, porque eso no encajará con sus creencias y con lo que piensan en esta vida.
-; ¿Y cómo vas a enfrentarte con ello?
--; Sin miedo.

Tres años después, Kía me dice que sintió un entendimiento total cuando estuvo con los ancianos, aunque en ese momento no pudo expresarlo, completamente, con palabras. Indica que, aunque no pudo llevar ese nivel de realización al plano físico, buena parte de ello se quedó con su persona. Explica que, antes de su sesión, se había sentido obligada a visitar la tumba de Evan dos o tres veces por semana. Después de la sesión, sabía que él no estaba en su tumba. Aún la visita, dos o tres veces al mes, para asegurarse de que está en orden, y bien cuidada, pero la calidad de la experiencia es muy diferente, mucho menos dolorosa y más pacífica.

Durante el trabajo que hicimos juntos, Kía fue capaz de encontrar mucha satisfacción y respuestas a las preguntas que la habían acosdo desde la muerte de su hijo. Sus ancianos y su guía, le explicaron, telepáticamente, muchas cosas, siempre en tono bondadoso y amoroso. Pudo sentir el amor y la compasión que dirigían hacia ella. Fue capaz de revisar la vida que había seleccionado, y su plan para ella. Y, lo mejor de todo; fue capaz de visitar, realmente, a Evan en el mundo del espíritu. Todo este proceso le aportó una paz mental que aún continúa, después de tres años.