viernes, 29 de julio de 2011

CAPÍTULO 3. Cuando los niños enseñan desde la tumba.

Es interesante oir el capítulo si no eres sordo. Y leerlo, si no eres ciego.




CUANDO SALUDÉ A CANDACE, en el recibidor del edificio donde tengo mi consulta, sonrió y me dio la mano. Me llegó de ella una sensación de fuerza serena y determinación que, inmediatamente, captó mi atención. Sus hermosos ojos color avellana me miraron a través de un velo de tristeza que su sonrisa no podía ocultar del todo.
Al caminar hacia mi despacho, Candace no perdió tiempo con comentarios banales. Había venido porque quería comprensión y alivio tras la muerte de sus dos nietos en un accidente de tráfico ocurrido cuatro meses antes. Un tercer nieto
había sobrevivido. Cuando fallecieron, Daniel tenía diez años y Emma siete. Candace era una abuela abnegada que se sintió perdida cuando se fueron sus nietos. Echaba de menos abrazarlos, jugar con ellos y tocarlos.
Daniel tenía el pelo corto y rubio, sonrisa cálida, y ojos afectuosos. Como la mayoría de los muchachos de su edad, practicaba deporte, y su fuerte complexión atlética le permitía destacar entre ellos. Candace Daniel, habían tenido una relación particularmente cercana. Ella le describía como el tipo de niño que podía sentir si estabas triste, y buscaba formas de hacerte sonreír. Con un alma amorosa y sensible, Daniel era mucho más sabio de lo que se podría esperar de sus diez años en este planeta.
Emma era lo contrario de Daniel, en muchos sentidos. Su largo pelo negro delineaba los pálidos y breves rasgos de su rostro, y su cuerpo era fino y menudo en comparación con el de Daniel. Tenía un brillo travieso en los ojos y, a veces, parecía un duendecillo. Cuando le pillaban pegando a su hermano mayor, se reía, y decía que había sido un accidente. Se reía mucho, pero en ella había algo inconsolablemente triste, que pareció empeorar a medida que se acercaba la hora de su muerte. La expresión de Candace no podía ocultar el dolor que sentía, al compartir conmigo, cuánto disfrutaba pasando tiempo con ellos; andando en bicicleta, nadando, visitando el zoo o viendo películas. En realidad, no importaba lo que hicieran, siempre que lo hicieran juntos. A medida que Candace hablaba, sus ojos me fueron absorbiendo. Eran los ojos de un alma vieja que posee profundidad y sabiduría. Lidiaba con su pena, mostrando una pesadez evidente, que su espíritu guerrero llevaba con gracia. Quería entender y aprender de ello, no dejarse consumir por la profunda tristeza que le llevaba a tomarse un vaso de vino con más frecuencia de la aconsejable. Ella sabía que esa no era la respuesta. Lo más duro venía por la noche; al llegar la oscuridad, el dolor empeoraba.
Empezamos la regresión a una vida anterior como preparación para la sesión que haríamos dentro de unos pocos días. Candace regresó fácilmente a su vida anterior en la que había sido un cazador indio con un hermoso pelo negro; sólo vestía pieles de cuero, y una cinta, donde llevaba sus flechas. En esa vida, Candace había sido un hombre llamado, Sequana, que significa, "bendito".
Sequana, pasaba los días y las noches en el bosque en una época "anterior a las máquinas, los barcos y la gente blanca". Tenía el don de acercarse mucho a los animales sin ser visto. Y comentó; "No como animales, más bien camino con ellos, y me acerco a la cierva para ver su belleza. Conseguir comida es fácil, la hay por todas partes; hojas, bayas, agua, frutos en los árboles, peces...; los osos nos indican dónde hay miel".
Prefería recluirse en su cueva, y su medicina era vivir lejos de la tribu, entre los animales del bosque.
"Mis profesores son los espíritus", explicó. "Yo camino. Siento los árboles, las plantas; hablamos. Siento a los animales, hablamos. Transformo mi ser para convertirme en ellos y, así, aprender sus secretos, para aprender su medicina".
El viaje nos llevó, rápidamente, a una época anterior en la vida de Sequana. "Ahora soy mayor, pero no muy viejo; mi pelo ya no es tan negro, mi cuerpo ya no es tan fuerte. Tengo la magia y la medicina. Me encanta el calor del fuego, sentarme junto a él, y oler el humo. Las mujeres han venido a mí, por mi fuerza, para que les dé hijos, pero no para quedarse; mis hijos son preciosos, deseados, pero yo me quedo solo".
Al reflexionar, Sequana admitió que su gran error fue quedarse solo, porque su aprendizaje no tenía continuidad en el tiempo, no tenía a quién transmitírselo. Las mujeres de la tribu venían a Seduana cuando le necesitaban para curarse o preñarse, pero no había otra relación entre ellos.
Muchos individuos, a los que Sequana reconocía, también habían tenido papeles significativos en la vida actual de Candace. Su padre, Jenaqua, que tenía una energía enorme, había sido el líder de la tribu. Jenaqua enseñó a Sequana, y a su hermano gemelo, a trabajar con la energía, y ser portadores de ella para la
tribu. Ahora está encarnado, y es el padre de Candace. Su espíritu viene a ella para darle la mano y reconfortarla.
El hermano gemelo de Sequana, sólo unos minutos mayor que él, le ayuda a vincularse con la gente, y comparte sus poderes. De niños, jugaron juntos con los espíritus de la naturaleza, el sol, la luna y las nubes. A él le gusta estar con gente, mientras que Sequana prefiere la soledad.
Este hermano gemelo también cumple un papel en la vida actual de Candace, pues le ofrece amor, fuerza y apoyo. Él le ayuda a contener la energía familiar durante esta época trágica y difícil. Descubrimos que, "contener la energía", es una habilidad que posee Candace, y ahora es importante que recurra a ella.
Sequana es muy mayor, y su vida está llegando a su fin.
"Necesito descansar; me resulta más difícil respirar. Todos se han ido. Ahora es mi turno". Sequana muere, y descubre su a espíritu de pie, al lado de su cuerpo. "Simplemente, sacudo mi cuerpo físico. Vuelvo a sentir mi fuerza. Sé adónde voy".
Al pasar al mundo de los espíritus, Sequana, -que es Candace en su vida pasada más inmediata-, es acogido por sus seres queridos, tanto (humanos como animales). Está envuelto en una luz azul, "que irradia desde el corazón de la oscuridad central; esta luz es profunda, de un color intenso, como una gema que se vuelve más y más brillante; se mueve y tiene sonido, textura y peso. Es como luz sólida". "El espíritu se quita de encima todas las partes pegajosas", rejuveneciendo de la pesadez del cuerpo físico.
Esa vida, en la que fue indio, dio a Sequana la oportunidad de recuperarse, por así decirlo, porque le permitió crecer espiritualmente, teniendo satisfechas sus necesidades de supervivencia básicas. En esa vida, sintió la tierra y conoció sus almas, sintió la alegría del calor del sol, y la frescura de la lluvia, el equilibrio. Pertenencia a la tierra le permitió conocer las plantas y las medicinas para más adelante, cuando fuera sanador.
"Tengo una lista de cosas que necesito ser; esto ha sido un aprendizaje para mis próximas vidas. He elegido estar solo en este ciclo, pero estoy aprendiendo que no todas las posibilidades son la elección correcta. La próxima vez lo haré de otra manera".
La vuelta a esa vida, dio a Candace acceso a un depósito de fuerza latente que le era muy necesario para seguir adelante en esta época crucial. Después de la muerte de sus nietos, era esencial que encontrara el equilibrio que tan
desesperadamente necesitaba. La claridad, y la unidad de propósito impedirían que sus energías se disipasen.
Antes de cerrar la sesión, sus guías dijeron a Candace que tenía demasiada energía en su cuerpo, y que tenía que utilizarla de mejor manera. Por eso, le costaba dormir. Se le dijo que usara el tiempo de sueño y que eliminara el
vino. Recurrir al vino le alejaba del propósito que tenía la experimentación de este suceso. Se le recordó la importancia de estar plenamente en su cuerpo, en el espíritu y en la energía de todo lo que está vivo; debía entrar, completamente, en ello y experimentarlo en su totalidad.
Ese día, Candace tenía mucho que digerir. Al salir de mi consulta, noté que su presencia era más ligera. Tenía una actitud introspectiva y relajada, después de aquella sesión tan intensa. Volvería a verla dentro de unos pocos días para la sesión de vida-entre-vidas.
Cuando Candace volvió para la sesión, no perdimos el tiempo. Regresó fácilmente a su niñez y al útero. Usando sus palabras, describió el útero como "una especie de sala de espera; siento partes de mí deslizándose hacia los bordes, estoy cabeza abajo, y puedo oír el latido del corazón de mi madre, que es como un pulso, y luego se extiende y fluye. "Me uní al feto a los siete meses, y estoy acostumbrándome a estar en un cuerpo. Me quedo dentro, pero algunas veces salgo, y miro alrededor. Mis emociones controlan este cerebro. Este cuerpo es femenino. Me gusta encarnarme como hombre, pero tengo que intentar ser más suave, y, sin embargo, fuerte. En mi vida actual, sabía que iba a ser otro tipo de mujer. Ésta es muy atrevida, necesito las emociones; los obstáculos hacen difícil seguir el curso, aquí no hay nada fácil".
Al pasar al mundo de los espíritus, después de su última vida, mi cliente informa que; "Hay enormes columnas de luz. Yo soy una de estas columnas que no parecen tener límites. Tengo una conciencia separada, pero no un ser separado. Ahora, que me fundo con esta luz y me uno con ella, soy esta luz".
Es saludada por sus espíritus guía, Grabriele y Miguel, quienes llaman a mi cliente, Íla. Éste es el nombre inmortal del alma de Candace. Gabriele es de color oro puro, rodeada de púrpuras vivos, que pulsan y fluyen con amor puro. Miguel, su guía más experimentado, es de un violeta profundo, mostrando un contraste entre la luz y la solidez. Íla, se describe como con un tono azulado, no tan intenso como el de Miguel.
Íla, va a un templo enorme, con el suelo de piedra; después, entra en una gran biblioteca que tiene muchos niveles. Me dice que tiene que registrar su presencia aquí, antes de empezar la revisión de las experiencias significativas de sus vidas pasadas. Cuando se detiene a hacer esto, explica;
"Lo que construimos en la tierra es una pálida imitación de lo que recordamos de aquí. Pongo todas las piezas en la gran carpeta".
Comienza la revisión. Sus guías resaltan el valor de pasar tiempo, no sólo en contacto con la tierra, sino interactuando con los demás. Parece que, Íla, ha experimentado otras vidas pasadas en las que también vivió el aislamiento y la tendencia a buscar la soledad. Íla, explica que, "aunque en esas vidas conocía las plantas, árboles, animales y pájaros, tenía que aprender sobre los individuos, sus nombres, y empezar a mantener relación con ellos".
Se le indica que, aunque le gustan las vidas que ha dedicado a la tierra, no va lo suficientemente lento como para tomar nota de las personas y los detalles. Los detalles, son necesarios para conectar con los demás y conocerlos. Los detalles nos permiten acceder a las personas. Cada cuerpo tiene su historia y su ego; "esto es algo que aún estoy aprendiendo", comenta Íla; "sólo estoy depositando la información que he aprendido (en la biblioteca, para un momento futuro). Cuando me lleno con los detalles de mis otras vidas, me recargo. En algunos cuerpos es más difícil mantener la identidad del alma, y otras vidas terrenales se me hacen más fáciles cuando consigo relajarme un poco". Íla, la explica que, en sus vidas anteriores, no había llevado mucha energía a sus cuerpos, pero en este caso llevó casi toda su energía, sabiendo lo que le esperaba.
Después de acabar la revisión en la biblioteca espiritual, Íla atraviesa el patio hasta un gran vórtice de energía, donde su grupo de almas está reunido. Y explica; "Todos están reunidos. Como yo soy la mayor de nuestra familia de almas, cuando vengo a casa todos nos expandimos". Al entrar en la energía, reconoce a varios miembros de su familia. "Hay líneas de conexión con el alma grupal que salen de cada uno de nosotros hacia los demás; a veces las líneas se iluminan, y otras, no".
Entonces, pido a Íla que encuentre la línea que le conduce a sus nietos, Daniel y Emma. Ella la encuentra, y ellos se presentan; primero lo hace Emma, seguido de Daniel.
Emma, no tiene mucho que decir. Se nos dice que Emma no forma parte del grupo principal de almas de Candace, y que no es un alma compañera, como Daniel, sino que viene de un grupo vecino. Ésta es la razón por la que la línea con ella no está tan iluminada como la de su hermano. Íla amaba a Emma, pero su conexión con Daniel era mucho más fuerte. Seguidamente, aparece Daniel. Su energía es grande y amorosa. Abraza a Íla con su presencia. Daniel informa a Candace de que no quería herirle con su partida, y que le gusta saber lo importante que es para ella. Ella se siente reconfortada sabiendo que él es feliz en su hogar eterno. Él también está aprendiendo, y se están haciendo planes para su próxima vida. Como almas, tanto Daniel como Emma se ofrecieron, voluntarios, antes de su última encarnación para enseñar una lección a todos los miembros de la familia, mediante su muerte a una edad temprana.
Estas dos almas, encarnaron en sus cuerpos humanos sabiendo que había muchas posibilidades de que tuvieran muertes violentas en su infancia. Candace, también se unió con esta misma familia humana para experimentar esa pena. Ahora,
está superando sus tendencias kármicas hacia la soledad y el aislamiento de sus vidas pasadas, (como en el caso de Sequana, del que se puede decir que devaluó la vida familiar en favor de la absorción de conocimientos). Candace, debe ser fuerte en esta vida, para ayudar a su familia a unirse, y a trabajar las emociones provocadas por la pérdida de los niños.
Después de haber vivido aislada una serie de vidas, (por elección, o por las circunstancias), la partida de los niños enseña a Candace a salir de su soledad y a poner en práctica las habilidades desarrolladas en vidas anteriores, que le ayudan a unificar su familia. Una tragedia puede unir, o puede dividir. Ella puede usar lo aprendido para ayudar a curar a su familia. Conservando la memoria de los niños, por medio de historias e imágenes, puede enseñar a sus familiares que está bien sentir la pérdida, pero sabiendo que, algún día, todos volverán a reunirse.
Los niños son nuestra esperanza de futuro. Cuando una vida se acaba tan repentinamente, las personas que aman al niño sufren un fuerte impacto. Los que quedan atrás, tienen la oportunidad de crecer espiritualmente. A pesar de sus
pequeños cuerpos, los niños son grandes sanadores. El cuerpo terrenal de Daniel era el de un niño, pero su cuerpo espiritual ya no está limitado por su cuerpo físico. Es un alma muy grande y poderosa. Candace, ya creía que somos eternos, pero perder a sus dos nietos ha puesto a prueba sus creencias. Ahora, al experimentar la gran energía de Daniel, sabe que su espíritu, (y el de Emma), siguen adelante. Daniel está enseñando a Candace a mantener su corazón abierto. La vida tiene que seguir, y ella debe ser fuerte para la nieta que le queda, la hermana que sobrevivió, que ahora es cuando más la necesita.
El efecto de este intercambio de energía curativa entre Candace y sus seres queridos, era visible en su rostro. Palpable y transformador, llenó la habitación. Sus propiedades curativas restauraron el corazón doliente de mi
paciente. Su rostro, se iluminó a medida que algunas lágrimas de alegría empezaban a rodar por sus mejillas.
Tocado por todo lo que había visto, mis ojos también se llenaron de lágrimas. La regresión espiritual nos ayuda mucho a comprender el karma de nuestras vidas.
Curiosamente, en esa sesión no dedicamos mucho tiempo a hablar con los dos nietos. El intenso intercambio continuó por un rato, y su vibración amorosa fue aliviando la pesadez de Candace. Esto resultó más beneficioso de lo que ninguna palabra pudiera serlo jamás. Sus guías le aconsejaron que se tomara tiempo para sentarse tranquilamente. y "seguir la respiración hasta ese espacio
tranquilo, visualizar las luces que vienen, borrando la oscuridad y aliviando el dolor".
Seguidamente, llegó el momento de que Íla se presentara ante el Consejo de Ancianos. Estos seres, enormes y luminosos, lo saben todo. "Ellos son los que me enviaron a la encarnación", me informa. "Son los "portadores de luz", y están aquí para traer iluminación". Son siete.
Tras escalar una montaña, fue llevada a un hermoso edificio de cristal, rodeado por un profundo estanque de agua verde esmeralda. Íla atravesó las puertas y llegó donde elconsejo esperaba su llegada. Se presentó ante ellos, que
elogiaron su progreso en medio de las dificultades de su vida actual. Comentaron que esta lección de la tristeza le estaba reteniendo, y le dijeron que tenía que ir más allá de esa emoción, para entender el verdadero significado de la defunción de los niños. Esto la ayudaría, y también a su familia.
Los ancianos aseguraron a Íla que, a veces, es comprensible sentir desesperación, pero que tenía que superarla. El trabajo con la energía, y la conexión con la luz, la elevarían, y también a las personas que le rodeaban, haciendo que las cosas fueran de otra manera. Le enseñaron que la meditación, y estar en el tiempo de sueño, alimentan el alma. Se necesita un equilibrio entre el trabajo y la emoción. Debía aprender a no perderse en el trabajo ni en la emoción, para poder seguir su camino. Esto también formaba parte de las lecciones que Candace tenía que aprender.
Alana, una miembro del consejo que ha estado con Íla durante muchas vidas, informó a Candace de que la partida de Daniel y Emma contenía distintas lecciones para cada miembro de la familia. El papel de Candace consiste en ser la portadora de luz y la confortadora. La pérdida que la familia ha experimentado, producirá más profundidad en sus relaciones; es una especie de curso de aprendizaje
acelerado sobre las personas y sus personalidades. Las cualidades de delicadeza y bondad que Íla desarrolló en las vidas que experimentó en la naturaleza, y con los animales, ahora cobran auténtico significado.
Candace, tiene que ofrecer a la familia recordatorios de los niños, para mostrarles que, aunque ya no están en un cuerpo, en realidad no se han ido. Tal y como el espíritu de su padre puede venir a ella, ellos también lo hacen. El espíritu de Daniel viene, con frecuencia, para ayudarles a crecer con su muerte y la de Emma.
Al concluir la sesión, Candace tiene un camino abierto para volver al mundo espiritual y visitar el consejo cuando lo necesite. Ellos le dicen que recuerde que puede venir y que, ahora, puede hacerlo por sí misma.

Nuestra sesión acabó aquí. Candace salió de la elasticidad intemporal del estado de  entre vidas, hacia el final de la tarde. Lo que a ella le habían parecido unos pocos minutos, habían sido muchas horas, puesto que aquella mañana habíamos empezado pronto. Me sentí honrado por haber participado en una experiencia tan increíble. Algo había cambiad,o tanto para ella como para mí, y sólo el tiempo revelaría el contenido de ese cambio.

Durante los meses que siguieron a la sesión, la tensión producida por el continuo dolor de la pérdida, se fue aliviando. Cuando me encontré con ella, para escribir esta historia, tenía buen aspecto. Sonreía, y estaba feliz, y sus ojos ya no tenían la tristeza de la primera vez que nos vimos. Y compartió conmigo esto; "Cuando murieron los niños, me sentí perdida, incapaz de conectar con mi centro, con mi alma, con mi corazón; incapaz de entender el universo. La regresión restableció esa conexión. Sentí alegría, momentánea y pasajera, y volví a sentir paz y alegría después de la sesión. No es que tuviera que recordar que nuestra existencia es eterna, pero necesitaba sentirla y experimentarla, atravesar el velo de dolor que mantenía mi alma apartada de mí".
Candace había tenido contacto con los espíritus de sus nietos desde que murieron, incluso antes de la sesión. Ella explicó que, ahora, la diferencia es que "continuamos con nuestra relación de una manera mejor. Mi comprensión de la naturaleza eterna de nuestra relación ha reducido el dolor de estar sin ellos". Es capaz de curarse por medio del dolor, en lugar de sentirse limitada por él. Y ahora, sus meditaciones son más profundas; le resulta más fácil entrar en ellas y quedarse allí.
También comentó, que las fotografías de Daniel y Emma durante los últimos meses de sus vidas mostraban "una mirada lejana en sus ojos. Es como si supieran que pronto tendrían que decir adiós".
Su corazón aún se está curando, pero ahora ella puede acceder a ese lugar de su alma donde el dolor se comprende y modifica, donde comienza la curación. "Sé, que volveremos a danzar juntos", dice. "Esto hace que la tragedia sea más oportable".

jueves, 28 de julio de 2011

CAPÍTULO 14. La mujer que susurraba al tiempo atmosférico

Es interesante oir el capítulo si no eres sordo. Y leerlo, si no eres ciego.




La historia de Eléin ilustra la eficacia de la hipnoterapia para ayudar al cliente a adquirir claridad y dirección en sus relaciones, tanto en lo que se refiere a problemas que necesitan resolución, como respecto al propósito que vino a cumplir en esta vida.

Eléin tiene dos hijos, y es profesional del mundo empresarial; hizo terapia de pareja antes de venir a mi consulta para realizar la regresión  Tenía muchos problemas en su matrimonio, y se sentía debilitada, en sus palabras: «Había entregado mi poder, hasta el punto, de no cuidar ni de mi, ni de disfrutar de la vida».
Después de la sesión, le hice dos entrevistas, una transcurrido un año, y otra, después de dos, para determinar los beneficios a largo plazo de la terapia. Lo que sigue es un resumen corregido de esas entrevistas. El camino de Eléin ha empezado a seguir una dirección intrigante hacia una modalidad, muy inusual, de servicio a la humanidad y a nuestro entorno.

EN MI PAPEL DE PSICOTERAPEUTA HOLÍSTICO, familiar y matrimonial, suelo trabajar con gente que quiere entender el propósito de su alma, su propósito dentro de su grupo de almas, y las lecciones relacionales que han de aprender en esta encarnación. Las miro todas, desde la perspectiva del alma. ¿Qué contratos se han hecho antes de esta vida? ¿Qué tiene que enseñarnos cada relación, y cada situación de vida? ¿Qué pautas persisten de encarnaciones previas, que aún afectan a nuestras relaciones?
He descubierto, que la regresión facilita una comprensión más profunda de cómo podemos limpiar las barreras inconscientes que nos impiden crear una vida alegre e inspirada como almas. Cuando tomamos conciencia de los contratos como alma, con las personas de nuestra vida actual, con los que hemos conocido en otras vidas, y con los miembros de nuestro grupo de almas, podemos salir del papel de víctimas y darnos cuenta de que hemos elegido nuestras experiencias para aprender.
Durante la sesión de Eléin, ella regresó, fácilmente, a algunos de sus recuerdos infantiles felices y, después, a la comodidad del útero materno, anticipando, ansiosamente, su nacimiento a esta vida. Cuando le llevé a hacer la transición de esta vida a la inmediatamente anterior, Eléin recordó una vida significativa como madre afroamericana, que trabajaba en una fábrica de curtidos:

Me sorprendió encontrarme como mujer, criada en un entorno humilde de la ciudad de Nueva York. Era muy pobre, y tenía unos hijos preciosos. En esa vida, me pegaron porque era negra. Recibí los golpes en la parte izquierda de mi cuerpo. Curiosamente, todas las dolencias que me han acosado en mi vida actual han sido en el lado izquierdo; un brazo y una pierna rotos, me tuvieron que dar puntos en el lado izquierdo, por el nacimiento de mis hijos, una anestesia epidural que funcionó sobre mi lado derecho, pero no sobre el izquierdo, y lesiones en el lado izquierdo por el ataque de un perro. Cuando corría, arrastraba la pierna izquierda. Estoy tratando de equilibrar eso, permitiéndome valorar la mitad izquierda de mi cuerpo, tanto como la derecha.

Resulta revelador indicar que, el lado izquierdo del cuerpo, se considera el femenino, y que en muchas de sus vidas pasadas, Eléin fue una mujer en un papel subordinado. Por ejemplo, en otra regresión a una vida anterior, Eléin descubrió que era una niña pequeña en China, y que le inmovilizaron dentro de una caja para impedirle moverse, mientras le ataban los pies para que perdiera la sensación de libertad. Hasta el día de hoy, Eléin ha sentido claustrofobia en los lugares cerrados. Durante la sesión, reconoció que su ex marido, a quien describe con poder sobre ella en esta y otras vidas, era el mismo que le ató los pies, y era quien le ataba los pies en su pueblo, durante la encarnación china. Su actual pareja del alma fue un amigo, en esa encarnación china, que le desataba los pies, y la llevaba a pasear cargándola sobre su espalda. Eléin continuó el relato de esta manera:

En mi vida actual he sido atlética, y he mostrado mi aspecto, predominantemente masculino. En el mundo empresarial se me consideraba una persona con una mentalidad muy fuerte. Esa fuerza no se acepta, fácilmente, en una mujer. De modo que estoy equilibrando estos aspectos con mi papel de madre. Enseño a mis hijos que las mujeres pueden ser fuertes, no sólo emocionalmente, sino también físicamente.
En mi vida afroamericana morí de un fallo pulmonar; había trabajado para un fabricante de guantes, y respiraba los productos químicos que usábamos para teñir la piel. Recuerdo, que durante mi muerte me costaba mucho respirar.

Acompañé a Eléin en la escena de su muerte, y en su transición al mundo del espíritu, donde fue cálidamente acogida por sus guías:

El estado intermedio era este asombroso lugar de amor, energía y aceptación. Mis guías espirituales no tenían forma humana. Eran más como seres de luz, de modo que, cuando necesitaba reconocerlos, me mostraban distintas partes de una forma humana, o símbolos para poder identificarlos. Yo estaba de pie, en el centro, y todo el mundo se movía a mi alrededor. Se sentían muy felices de tenerme allí. Me di cuenta de que nunca estoy sola, y que el amor que estos espíritus compartían por mí, era incondicional. Todo el rato estuve derramando lágrimas de alegría.

Eléin fue acogida con celebraciones por su grupo de almas, es decir, las personas importantes en su vida. Su compañero primario, en su vida actual, le saludó llevó a la biblioteca, en donde se le mostró una información importante sobre el propósito de su vida. Pasemos a un extracto de la conversación que mantuvimos en la regresión.

-; ELÉIN comenta; Un individuo de mi grupo de almas, a quien después reconocí como mi compañero primario, me llevó ante un libro, en una parte de una inmensa biblioteca. Aunque no me sentía intimidada, no sabía qué quería de mí. Se me dijo que tenía que seguir aprendiendo. Las cuatro palabras del libro, -conciencia, disciplina, educación y fortaleza-, se han convertido en recordatorios muy importantes desde entonces, y me han guiado con respecto a lo que tengo que desarrollar en la vida. Se me revelaron más cosas sobre el significado de esas palabras durante el encuentro con el Consejo de Ancianos.
--; ¿A quién más reconociste en tu grupo de almas?
-; Estaba mi abuelo fallecido. De niña, empecé a ver auras, y él no sólo me ayudó a sentirme entendida, sino que me aceptó a pesar de ser una niña dispersa y salvaje. Reconocí a mi padre, (que está vivo actualmente), a una de mis hermanas, un profesor del instituto que se suicidó, y una mujer llamada, Malena. Actualmente, Malena no está encarnada, pero siempre ha sido una figura omnisciente y maternal en mi vida. La he conocido en mi corazón, y la he sentido a mi alrededor desde que era pequeña.
Fue genial reconocer al alma que mejor me entendía, la más nutricia. Él es mi actual compañero en esta vida. Me di cuenta de que tengo que alimentar mi relación con él, y que mi destino es estar con él.
--; ¿Cómo se desplegó ese destino para ti?
-; Finalmente tuve el valor de hacer lo que mi alma sabía que era mejor para mí. Entendí, que mi matrimonio se había acabado, pero no abandoné a mi marido inmediatamente, porque sentía que era mi deber informarle de mi creciente conciencia del mundo espiritual. Tuvimos conversaciones sobre eso, y me di cuenta de que él, simplemente, hacía los movimientos de escuchar pero, en el fondo, no respetaba mi camino espiritual. Me resultó difícil decirle; «Ahora me tengo que ir”. Al principio se enfadó pero, finalmente, pude seguir adelante. Él también ha seguido con su vida, y se ha vuelto a casar. Compartimos la paternidad de nuestras hijas.

La relación de Eléin con su marido se basaba en lo material. Una vez más, ella se dio cuenta de que estaba en un papel subordinado, y se había perdido. No se sentía apoyada ni comprendida, en su crecimiento espiritual, o en su pasión por la vida. Elaíne, finalmente, confrontó su miedo a irse. Sabía que, en esta vida, tenía que dejar atrás el papel de víctima emocionalmente abusada.

--; ¿Qué más aprendiste en esa relación, Eléin?
-; Mantenerme fiel a mí misma. Tuve que aprender coraje y fortaleza. Tengo que mantenerme equilibrada y enfocada en mi relación con mi ex marido, y no entregarle mi poder. En la sesión,  también aprendí que debo abrazar la experiencia humana como algo imperfecto. Esto es algo importante para mí. No soy una perfeccionista, pero suelo ser dura conmigo misma. Siempre tenía que ser la número uno en las carreras, siempre tenía que ser la mejor, pero en la sesión aprendí que la imperfección es perfección.

Mientras continuaba su sesión, Eléin tuvo un encuentro con el Consejo de Ancianos, donde le dieron más instrucciones sobre el propósito de su vida.

--; ¿Cómo fue tu encuentro con el consejo?
-; Fue ligero. Estaba de pie, en una habitación con el suelo de mármol y una mesa semicircular, y había tres seres de luz de colores índigo y dorado. Su mensaje fue que me aligerara; «Tienes mucho trabajo que hacer, pero puedes disfrutar haciéndolo”. Repitieron la importancia de desarrollar la conciencia, disciplina, educación y  fortaleza, porque estas son las cualidades que tengo que cultivar en mi vida actual, para realizar mi propósito.
Parte de ese propósito es recordar mi plenitud como ser espiritual, y expresar ese conocimiento en el trabajo de mi vida. Hay algo significativo que tengo que aprender a hacer para ayudar a la salud y a la conciencia de la Tierra, un propósito relacionado con el clima y los cambios geológicos. Cuando estoy en un estado meditativo, me sintonizo más con las pautas climáticas y la actividad sísmica. Sé qué tiempo va a hacer con anterioridad. Sentí un terremoto que iba a suceder en Japón hace un par de semanas.

El propósito relacionado con el tiempo meteorológico, quedó mucho más claro para ellos muchos meses después de la sesión, como explica a continuación:

-; La regresión me enseñó que tengo que hacerme más consciente de mi guía interna, a través de la cual puedo recibir instrucción, (educación), para desarrollar mi talento. Asimismo, me he dado cuenta de que tengo que desarrollar mi fuerza, (fortaleza), y disciplina, para mantenerme enfocada en mi camino espiritual.
Mi encuentro con el Consejo de Ancianos, y toda la experiencia  me ha dado confianza para avanzar y hacer cambios importantes en mi vida. Después de abandonar un matrimonio emocionalmente abusivo, en el que mis intereses espirituales fueron ridiculizados, me encontré con mi pareja del alma, y él apoya todos los niveles de mi ser. Soy más feliz de lo que nunca he sido, y estoy desarrollando mis talentos para poder servir a este planeta.

Aproximadamente un año después de la sesión, hablé con Eléin para averiguar cómo había cambiado su vida. Se había beneficiado mucho de la experiencia. Le había dado comprensión y coraje, para ser fiel a sí misma. Guiada por el recuerdo del propósito de su alma, pudo dejar una relación que no funcionaba para estar con su pareja del alma. Éste fue un paso importante; ser capaz de ser ella misma en una relación amorosa, que fomenta su crecimiento. Rompió una pauta de subordinación que se había repetido durante muchas encarnaciones, y se valoró lo suficiente como para seguir la guía de su alma y el propósito de su vida.

Eléin, y su nueva pareja, eran felices y muy compatibles el uno con el otro. Compartían el propósito común de servir a los demás. Sus hijos se benefician de contemplar una relación amorosa, respetuosa y bien equilibrada. Estaban negociando los retos de una familia combinada, con amor y madurez. Eléin había conseguido confiar en sí misma, y estaba más en contacto con sus capacidades intuitivas. Continuó aplicando la conciencia, disciplina, educación y fortaleza, a todas las áreas de su vida. Dos años después de la sesión, volví a contactar con Eléin para descubrir los nuevos avances que se habían producido en su vida.
Ahora, está felizmente casada con su pareja del alma. Su familia combinada, estaba haciendo los reajustes que acompañan la transición a una nueva constelación familiar. Su actual marido, ha hecho su propio trabajo,  y ha descubierto las pautas y las lecciones que trajo a esta vida.
Eléin, continúa creciendo en sus objetivos y estudios espirituales. Compartió conmigo una historia increíble, sobre cómo se despliega el propósito de su vida, queno es otro que ayudar a facilitar la curación del planeta, y a encontrar el equilibrio entre las necesidades de la humanidad y su entorno terrenal. De esta forma me lo contó:

Mi marido y yo sentimos que debíamos viajar a Perú, porque allí encontraríamos a gente que teníamos que conocer. Como uno de nuestros vuelos se canceló, tuvimos que hacer un viaje de casi siete horas en taxi, por los Andes, hasta nuestro destino, cerca del lago Titicaca. A la una de la mañana, elegimos al azar un hotel donde alojarnos. Para nuestra sorpresa, estaba a sólo una manzana de distancia de la casa del autor de un libro que habíamos leído recientemente. El autor también dirigía un negocio turístico en el lugar. Cuando le fuimos a visitar, su sobrino nos ofreció un viaje a medida, por las islas sagradas del lago Titicaca. Cuando le contamos nuestra historia e intereses, él se ofreció a llevarnos a lugares poco conocidos, y a realizar algunos rituales espirituales que, normalmente, no se comparten con los turistas.
Una de las islas a las que nos llevó tiene dos templos, uno para la Madre Tierra, y otro para el Padre Tierra. Hizo los preparativos para que nos quedáramos con una familia indígena en la isla. Nuestra anfitriona, nos contó un poco de su vida, y lo difícil que estaba siendo. Estábamos allí en noviembre, y no había llovido desde junio. La gente estaba muy preocupada por la sequía. Hicimos un ritual, para pedir permiso a fin de ir a la cima de la isla, situada a más de cuatro mil metros de altura. En lo alto de aquel lugar sagrado, hay un templo circular hecho de rocas. Nuestro guía compartió una preciosa ceremonia en su lengua nativa y, después, dijo; «Tenemos unos quince minutos para hacer lo que sintáis que tengáis que hacer, porque ya oscurece”. Sabiendo, intuitivamente, dónde ir, caminé hasta un risco que se elevaba sobre el lago, y medité con la intención de llevar lluvia a aquel suelo yermo. Con los ojos abiertos, vi ante mí una rejilla. Mi cuerpo se puso a temblar, sintiendo un intenso calor y energía. Empecé a dudar de mí misma; ¿Quién era yo para pensar que podía traer la lluvia a aquel lugar que no la había tenido durante cinco meses? Pero entonces, sentí que no estaba sola. Había otras energías facilitando el proceso, y tuve que ponerme de pie, rápidamente. Justo detrás de mí, sentí una fuente de amor y aceptación extraordinariamente fuerte. Me quedé otros cinco minutos y, después, sentí que el trabajo se había completado.Al dar el primer paso camino abajo, cayó la primera gota. Llovió durante todo el día y toda la noche. Nuestra anfitriona estaba encantada y muy agradecida, y nos decía; «¡Ahora tenéis que quedaros!».

La aparente capacidad de Eléin de manipular las condiciones meteorológicas, coincide con muchas tradiciones chamánicas y de los nativos americanos, quienes reconocen la existencia de gente que es capaz de provocar la lluvia. Aunque puede ser una coincidencia el que lloviera después de aquella experiencia, y puede que haya otras explicaciones que desconocemos, para Eléin fue la poderosa validación de que estaba en el camino correcto. Su confianza en sus capacidades ha crecido mucho, después de esta sorprendente demostración. Eléin está comprometida con el propósito de su vida; ayudar al planeta en los asuntos relacionados con el tiempo meteorológico.

La historia de Eléin demuestra lo que puede ocurrir cuando una persona está preparada para cambiar su vida, y recuperar su verdadera identidad. Su sesión le ayudó a saber que, en realidad, nunca está sola. La última vez que vi a Eléin y a su marido, estaban radiantes y felices de llevar a cabo su propósito compartido de servicio. Tengo ganas de saber más de sus logros y progresos.

miércoles, 27 de julio de 2011

CAPÍTULO 13. El renacimiento de un místico.

Es interesante oir el capítulo si no eres sordo. Y leerlo, si no eres ciego.


 Por Stephen Poplin.

La mayoría, si no todas, de las sesiones de regresión al período de vidas entre vidas que tienen éxito, crean conexiones inspiradoras con nuestra alma y, también, con el mundo espiritual. Aunque, relativamente, pocas florecen al punto de convertirse en experiencias místicas clásicas, -tal y  como las describen los adeptos, santos, psíquicos y místicos-, la siguiente historia ilustra que ésto puede ocurrir, y ocurre. Pasemos al relato.
    
CUANDO ERA ARTISTA, mi cliente, Anne, probablemente tenía muchos momentos inspirados mientras dibujaba y pintaba. No obstante, había abandonado la inseguridad económica del mundo del artista por un trabajo lucrativo, pero exigente, en una gran empresa. Ahora, la suya era una existencia de proyectos en equipo, largas horas y plazos de entrega; algo muy alejado del ambiente típico de poetas y musas.

Era un placer trabajar con Anne; en parte, porque estaba motivada y era proactiva. Le interesaba la astrología y se sentía atraída por lo que ella denominaba, «el arte celestial», que influye en nuestro planeta. Empezamos nuestra primera sesión de regresión espiritual hace unos cuatro años y, a lo largo de nuestra asociación, siempre le ha interesado entender mejor, y completar, el propósito de su vida. Quería saber más sobre sí misma, y cómo desempeñar los distintos papeles que todos, en mayor o menor medida, solemos cumplir; es decir, compañera de trabajo, pareja, amiga, inversora y propietaria de una vivienda. Le interesaba especialmente construir un puente de vuelta a su trabajo como artista visual.

Anne, anotó sus percepciones y recuerdos de nuestras sesiones hipnóticas, que presento aquí con alguna pequeña corrección. Nótense los detalles que una artista visual apreciaría:

La sesión de regresión se produjo en mi casa; yo estaba tumbada en una camilla con una manta, y Stephen me acompañaba sentado en una silla adyacente. Me llevó a lo largo de los primeros pasos de la relajación, respiración y en el conteo retrógrado. Tal como me sugirió, sentí que yo, Anne, (o más precisamente, la mente analítica consciente), se hacía a un lado, desde donde podía observar sin interferir el procedimiento.
Stephen planteaba preguntas y hacía comentarios para dirigir la sesión. No mencionaré todos ellos. Más bien, me enfocaré en los sucesos que se produjeron durante el viaje.

Lo primero que veo es un ojo gigante. Sé que es dios. A continuación, como si hubiera dado un paso atrás para ver todo su ser, lo veo como un dios de Miguel Ángel, el Padre, con pelo largo, blanco y flotante, barba y una túnica blancas. Es como si estuviéramos en las nubes, mirando un paisaje de montañas. Él está apuntando, y yo entiendo que me está indicando adónde ir. Miro hacia abajo, y veo que calzo zapatos exquisitamente lujosos, hechos de material suave y sedoso, con bordados de flores y piedras preciosas incrustadas. Visto túnica de estilo renacentista, y estoy sentada en el patio interior, y jardín, de una casa aristocrática. Al principio, me siento como la hija querida de esta casa, una mujer joven, pero después, mi percepción cambia, y mi hija, una niña pequeña, está allí conmigo. Entiendo que aquel lugar es el hogar de mi matrimonio. Hay mucha felicidad y belleza. Amo a mi niña pequeña; ella es adorable, traviesa, tiene unos cinco años y corre por el jardín, jugando. Tiene una hermosa cabeza cubierta por cabello, moreno y rizado y, por eso, la llamo, «mi pequeña tormenta».

En su vida actual, Anne, no tiene hijos, pero esto no le apena. He notado que muchas almas avanzadas, que tuvieron hijos en sus vidas pasadas, o bien muestran neutralidad hacia este deseo en su vida actual, o se abren a que el Hado les de un hijo. Suelen ser muy buenos tíos, tías, y padrinos. Por supuesto, muchas almas avanzadas pueden elegir tener hijos, lo que es un honor, y responde a un contrato espiritual).

Mientras Anne continúa con su narración, nótese la sorprendente toma de conciencia sobre quién, o qué, es en esta escena. Oigamos lo que dice:

La escena cambia, y parece que estoy en lo alto de la torre de un castillo, como en el balcón de un torreón. Estoy mirando hacia abajo, y allí veo a una mujer joven, de pelo negro, que sale cabalgando hacia lo lejos. Me siento muy triste de verla partir. Después, me doy cuenta de que soy la misma mujer que antes, pero ahora estoy muerta, y mi espíritu está mirando a la mujer joven, que es mi niña, que ahora ha crecido. He muerto durante una guerra o invasión. La mujer que cabalga ha hecho el voto de vengar mi muerte, y está yendo hacia una batalla.

Anne se sintió agradablemente sorprendida al saber que esta hija, de pelo oscuro es, actualmente, compañera de trabajo y amiga llamada, Sarah. Habían hecho chistes de que, probablemente, se encontraron en vidas pasadas, ¡y ciertamente, lo hicieron!

La presencia de otras personas en nuestra vida, proporciona un enfoque rico y significativo en las sesiones, pero aquí quiero presentar la colorista vida anterior de, Anne, sus recuerdos de la vida-entre-vidas, y cómo integró estas experiencias para percibir su vida actual de una manera profunda y expandida. Conforme, Anne, continúa el viaje de su alma, la antigua idea de que conseguiremos nuestra recompensa en el cielo se hace más clara, pero no en el sentido tradicional. Ahora, acompañamos a esta alma hacia arriba, a su hogar en el espíritu, y nos lo cuenta así:

Desde allí, desde el vórtice, llego a un lugar que sé, inmediatamente, que es mi casa. Cuando Stephen me pregunta, le digo que es el lugar de la perla, el lugar al que voy cuando practico mi arte, y de nuevo vuelvo a llorar, diciéndole a Stephen que siento mucha añoranza por volver allí.
No soy yo, Anne, quien experimenta y dice esto; ahora es otro ser, quien conoce, íntimamente, el lugar que llamo, la perla. Este sitio es muy hermoso; todo parece estar hecho de cristal, luz y tonos perlados radiantes y, al mismo tiempo, es informe. Cerca, un poco por debajo de mí, hay un grupo de gente sentada. Todos brillan y están hechos de luz, y sé que, todos ellos, son artistas de un tipo u otro; son escritores, poetas, pintores, bailarines, actores, etcétera. Más lejos, puedo ver formas resplandecientes de personas que vienen y van, como si ellos, al igual que yo, se marcharan o volvieran a aquí. Algunos parecen reyes y reinas, pero sé que son actores, llevando sus trajes en obras de teatro de Calderón de la Barca. Cuando miro al grupo de personas sentados más cerca de mí, me sorprende ver a mi amiga, Sarah, mirándome. Lo que veo no es, exactamente, la Sarah humana que conozco; es el aspecto más elevado y puro de su ser; y me conmueve enormemente comprobar lo hermosa que es.
Stephen pregunta por el lugar de la perla y su gente, y yo le digo que somos un ser esférico. Cuando digo esto, veo el lugar de la perla como a distancia; es una esfera hecha de la unión de todos los espíritus. En el lugar de la perla, aunque tenemos nuestros espíritus individuales, estamos unidos, y somos parte de una esfera brillante. Le cuento esto a Stephen de una manera muy directa, como un ser que, simplemente, lo sabe.
Después, veo al dios del comienzo del viaje, mirándonos hacia abajo. Le digo a Stephen que ese dios no es del lugar de la perla, no es como nosotros. Nosotros somos como los saltamontes de la fábula de las hormigas y los saltamontes; nos encanta jugar, reír y hacer cosas muy hermosas; y, aquí, a diferencia de la fábula, no hay castigo. Digo a Stephen que dios nos creó porque le hacemos feliz. Él tiene muchas responsabilidades, y viene aquí a aliviarse. Entonces, veo mi canal abriéndose en el cristal, y empiezo a caminar a través de él. Stephen me pregunta qué significa esto, y le digo que todos tenemos un lugar como éste, al que vamos solos. El canal se abre, dando lugar a una especie de ruedo o valle, rodeado a ambos lados por acantilados de cristal de roca. Unas veces, parecen como cristales, y otras, como piedras. Yo estoy en el centro, sosteniendo un cristal de roca en la mano. Le digo a Stephen que, aquí, es donde venimos a aprender muchas cosas y, después, cuando estamos completamente listos, nos trasladamos al vientre de una mujer. Puedo ver, o sé, que, desde arriba, el canal y el ruedo se parecen a un útero y a un canal vaginal.

A partir de la descripción de, Anne, podemos darnos cuenta lo conmovida que se encuentra. Tenía lágrimas en los ojos, y un sonrisa beatífica en los labios. Estaba en éxtasis. En este lugar, intermedio entre la Tierra y la esfera de la perla cósmica, ella imaginó que yo toqué su mano, pero yo tuve la sensación de que se trataba de una asociación y de un toque de
una vida muy anterior. Y continúa su relato:

Me siento hechizada por el lugar, y me deslizo pacíficamente hacia allí. Como Stephen cree que podría quedarme dormida, levanta mi brazo. En cuanto lo hace, me convierte en el padre Guillermo, caminando un sendero de montaña con un bastón de apoyo, dentro de un paisaje que se abre en la parte posterior del lugar de la perla. Estoy vestida de monje, y siento las sandalias en mis pies cubiertas de polvo, por haber caminado muchos kilómetros. En este punto, debo estar en trance profundo, porque el padre Guillermo está más vívidamente presente en mi cuerpo que cualquier otra cosa que haya ocurrido antes. Mi voz cambia, y la voz Guillermo habla a través mío, conversando con Stephen. El padre Guillermo vive cerca de Siena, en Italia; es monje eremita y vive en una pequeña cabaña del bosque. La gente del lugar le lleva comida. Tiene muchos manuscritos en la cabaña; lee algunos y otros los escribe. Es hombre mayor, y está muy cansado. Cuenta que ha renunciado a todos lo placeres del amor, la familia y los amigos, para servir a Dios. También, que ha aprendido muchos idiomas, estudiado muchas disciplinas y viajado para extender las enseñanzas de Dios. Stephen pregunta por las enseñanzas del padre Guillermo, interesándose de si su Dios es el de los católicos. El padre Guillermo se ríen y le dice que Dios es amor a la gente, y que él sólo es un instrumento a través del cual ese amor puede fluir. Siento, que el padre Guillermo es un alma muy sabia y compasiva, de corazón y  motivos, puros. Stephen le pregunta si lamenta haber dejado atrás a sus familiares y amigos, y la posibilidad de casarse. Él sonríe suavemente y apunta hacia arriba, diciendo; ¿qué mayor amor puede haber? Esto lo dice refiriéndose al amor de Dios. Y continúa con un, “Además, tengo el pájaro que me hace compañía”.
Ahora puedo ver la rama de un árbol por la ventana de la cabaña y, posado en ella, hay un pájaro color arco iris, que canta hermosas melodías para el padre Guillermo. El pájaro se transforma en una imagen de Cristo, llevando túnicas azules y blancas, y apuntando hacia el Sagrado Corazón llameante. El padre Guillermo, ha aceptado circunstancias muy duras con alegría, para seguir el camino de servir a su dios. No obstante, puedo sentir que está muy cansado.
Stephen pregunta cómo acaba esta vida, y veo al padre emprender uno de sus viajes por el bosque. Por primera vez, en lugar de seguir adelante se detiene a descansar, junto a un arroyo, para disfrutar de la paz y la belleza que le rodean. Y muere, pacíficamente, sentado junto al arroyo, inclinado levemente sobre la hierba.
Stephen me pregunta qué significado tiene la vida del padre Guillermo para mí, y yo vuelvo a llorar, diciendo, “no puede ser así, fue demasiado duro, demasiado duro”. Y, entonces, vea a Dios, al regresar al lugar de la perla, que me toma en sus brazos diciendo; “Todo está bien, no tienes que ser un padre esta vez; vas a ser un hijo, el pájaro que canta las canciones del Corazón Sagrado”.

Ésta, fue una experiencia tan hermosa e intensa, que sentí una inmensa gratitud por haber sido testigo de este viaje. En mi tiempo, en la Tierra, habían transcurrido muchas horas, pero sabía que para, Anne, en aquel esto de dicha, la sesión no le había resultado larga en absoluto. Ella estaba fuera del tiempo, en un hermoso lugar de serenidad. Sin duda, una de las ventajas de llamar a casa es permitir al viajero flotar en éxtasis y saborear los múltiples recuerdos y sentimientos durante todo el tiempo que pueda. Anne, estaba llena de corazón y espíritu y vi, que estos grandes sentimientos podían continuar. Había llegado la hora de irme, pero aún no era el momento de que bajara el telón y acabara la obra de teatro. Rehice el escenario, sugiriendo a, Anne, que siguiera tumbada mientras yo me ausentaba en silencio. Mi cliente sigue el relato de esta forma:

Entonces, Stephen, me preparó para acabar la sesión. Hablamos un poco y, después, se fue. Pero, después de esta notable experiencia, quedé en estado de conciencia expandida por varios días. Durante la sesión de la noche, volví a experimentar, entre otras cosas, al dios que me reconfortaba, y observé que me llevaba en un ascensor, descendiendo hasta el nivel de piso al que accedí. Entonces, le pregunté; ¿Que se supone que tengo que hacer ahora? Dios me da dos maletas; tomo una en cada mano, y él dice; “Tienes, todo lo que necesitas, en tus dos manos”.

Anne, no sabía que las maletas eran algo más que símbolos. A lo largo de los meses siguientes, oyó una llamada interna para trasladarse al sur, un lugar más cálido que le hubiera gustado al padre Guillermo.

Anne, metafóricamente, flotó en el aire durante días. Su alma había despertado o, tal vez, con más precisión, ahora tenía un acceso más claro a la consciencia cotidiana. Nótese, en lo que nos cuenta a continuación, que mi cliente se vincula, proactívamente, con sus recuerdos y revelaciones cuando va concluyendo su narración de hechos:

Ocurrieron cosas memorables. Aunque sabía que podía retornar a la realidad llamada, normal, continué permitiendo que la experiencia me empapara. Era como si se hubiera abierto una cortina que revelara otra realidad, literalmente, la experiencia tangible de una realidad espiritual, y yo quería quedarme en su flujo. Un par de días después, visité la consulta de Stephen, para hacer otra sesión, en parte para ayudarme a procesar las cosas tan notables que me habían ocurrido. Tomé el metro, y después caminé varios bloques de casas. Durante todo ese tiempo, era como si flotara en otra realidad mística. Era capaz de cruzar calles llenas de tráfico sin mirar a coches y semáforos, y eso que yo suelo ser muy cauta. Mientras caminaba, mucha gente giraba la cabeza para sonreírme, como si sintieran la presencia en la que estaba inmersa. Después de hablar con Stephen, hicimos otra sesión de regresión. En esta ocasión yo era un pájaro blanco, que volaba hacia el sur, a una isla en medio del océano. Encuentro una montaña en la isla, y el dios de la sesión anterior está en su cima, esperándome. Me siento en sus brazos, como un niño con su padre, sintiendo la belleza del amor divino. Seguidamente, como un pájaro blanco, vuelvo a volar hacia el norte. Veo debajo de mí a los Estados Unidos de Norteamérica, específicamente la zona de Florida, y veo que el pájaro se posa allí. Aunque en el pasado pensé en trasladarme a Florida, ahora entiendo, plenamente, que es el lugar en donde debo que estar.
Tendría que escribir mucho más, para describir completamente el significado de estas sesiones y los sucesos que les siguieron, pero fueron como el cuadro de pintura de Caraváchio titulado, “La conversión de San Pablo”, en el que, después de tener una experiencia de Dios, San Pablo cae, literalmente, del caballo. Desde entonces, mi vida ha sido un intento de integrar esta experiencia. Las lecturas subsiguientes me han confirmado que lo que ocurrió fue como una primera etapa del despertar, o una llamada al camino místico.

Anne, se trasladó a un clima más cálido, comprando un apartamento cerca del mar, en Florida. Encontró muchas maneras de relajarse y disfrutar de la vida, y se compró un cachorrito para acompañarla en sus paseos por la playa. Desde la sesión, ha hecho cambios profundos en su relación con su cuerpo y su salud. Me enteré de los cambios positivos, por su correspondencia posterior, en la que me contaba lo siguiente:

Soy consciente de que quiero que mi cuerpo sea más fuerte para este tipo de experiencias espirituales; que esté más abierto a ellas. La oración, las meditaciones y la autohipnosis, me han ayudado a abandonar, finalmente, el hábito de fumar y, lo que es más importante, a renunciar, completamente, al deseo de hacerlo. También, soy más consciente de que mi alimento está compuesto por formas de vida, y de que quiero comer con placer, sin duda, pero también con agradecimiento y moderación. Asimismo, trato de ser consciente de mis energías y hábitos negativos, y quiero transformarlos en prácticas más positivas, de una manera delicada, perdonándome a mí misma.

Me impresionaron, de manera especial, los grandes cambios que se produjeron en la vida profesional de Anne. Está planeando seguir trabajando, a tiempo parcial, en la empresa, pero ya ha reducido sus posesiones y las presiones a las que se veía sometida. Su nueva actitud en el trabajo es asombrosa. Ahora, sus actividades están acompañadas por la simplicidad y la serenidad.

Sabía que nuestras sesiones espirituales, especialmente las sesiones de integración de la experiencia, habían sido muy valiosas para ella, pero cuando le pedí que compartiera algo más de su viaje para este libro, me sentí muy conmovido y humilde al enterarme de hasta qué punto le habían afectado positivamente. Tengo la sensación de que ella siempre había estado preparada y dispuesta; ahora había llegado el momento, y yo tenía las herramientas adecuadas. El resto, fue magia y gracia divina.

Anne está buscando maneras de ayudar a los demás, dentro y fuera de su lugar de trabajo, y de volver a expresarse artísticamente; bien a través de la pintura, o cantando la canción del pájaro sagrado. Ella se ha sintonizado, y la mística ha vuelto a nacer. La artista ha vuelto a contactar, conscientemente, con la musa.

Tres años y medio después de nuestra primera sesión de hipnosis, Anne compartió conmigo lo siguiente:

Mi vida diaria ha cambiado drásticamente. Aunque volví poco a poco a un estado menos elevado, seguía notando la llamada de lo divino y sentí, y continúo sintiendo, el amor indescriptible que aprecié en todos los seres vivos. Me esfuerzo por sintonizar todas mis acciones con el reino espiritual, acercarme todo lo posible al perfecto amor y unión que me fueron revelados. En la terminología clásica usada por los místicos, ahora estoy recorriendo la vía unitiva, de unidad con Dios. Ahora, contemplo mi deseo de volver al arte como algo que haría para servir al reino mayor del espíritu.
Antes, caminaba el mundo del plano terrenal. Ahora, estoy aprendiendo a vivir y a caminar, conscientemente, entre dos mundos; el del plano terrenal y el de los diferentes aspectos del plano espiritual. Me interesan todas las tradiciones y prácticas espirituales, y estudio temas por los que antes no sentía interés especial, tales como chamanismo, budismo, taoísmo, misticismo cristiano, desarrollo psíquico, tarot, hipnosis transpersonal, etcétera. En todo lo que hago, trato de ser un canal para el amor divino procedente del plano espiritual.
Mientras reflexiono sobre todos estos cambios, tengo que decir que la apertura a lo divino, a través de la sesión de regresión, probablemente ha sido el suceso más importante de mi vida.

martes, 26 de julio de 2011

CAPÍTULO 12. Lo pequeño es hermoso.

Es interesante oir el capítulo si no eres sordo. Y leerlo, si no eres ciego.





En la regresión al útero, llevar al cliente a un momento anterior a su nacimiento en esta vida, es una de las fascinantes etapas del proceso. Allí, puede volver a familiarizarse con la conciencia de su alma, a veces por primera vez desde su nacimiento, y recordar cómo pensaba como alma se adaptaba para vivir la existencia humana. Las almas experimentadas, a menudo adquieren profunda comprensión que después se expande durante su visita al período de la vida entre vidas. La historia siguiente describe la experiencia regresiva de una de estas almas. Pasemos a la historia.

ERA UNA ALEGRÍA CONOCERLA y trabajar con Yésica. Estaba claro que lo único que quería era descubrir todo lo posible en su sesión de regresión. Antes de llegar a esta experiencia, ya había realizado una serie de cambios importantes en su vida, incluyendo un valiente movimiento en su carrera profesional, que la alejó del exigente entorno empresarial corporativo, y la llevó a desarrollar su propio negocio como entrenador personal, o “coach”. Era mujer inteligente, inquisitiva, y amante de la diversión, con una energía refrescante, y sed de conocimiento aparentemente insaciable. Yésica, sólo medía metro y medio de altura, y tenía apariencia ultrafemenina, pero su presencia en la sala parecía enorme. Estaba casada con Sam, y era madre, tanto biológica como adoptiva, de cinco hijos. Con su marido, compartía un profundo amor por el mundo natural, y le encantaban los animales, particularmente perros y caballos. El matrimonio tiene la intensa sensación de ser compañeros primarios, es decir, pareja del alma. Yésica, y todos los miembros de su familia, o sea,  padres, un hermano y tres hermanas, han demostrado tener personalidades fuertes, pero el intenso interés de Yésica por todo lo espiritual es único, dentro de su grupo familiar.

Yésica alcanzó rápidamente el profundo nivel de trance, y accedió, fácilmente, a algunos recuerdos felices de su primera infancia. Aunque tuvo sus problemas en la niñez, los años de desarrollo personal siguientes han hecho que, ahora, su visión de las dificultades sea clara y sin complicaciones. Después, regresó a su estancia en el útero materno, poco antes de nacer. Su primera reacción fue de sorpresa, por ser capaz de oír el latido del corazón de su madre, que le sonaba, «extraño». Pronto, la fuerza de las emociones de su madre se hizo abrumadora, y aquí tuvimos el primer indicio del deseo de este alma compasiva, de ayudar y sanar a los demás. Con lágrimas en los ojos, me cuenta que su madre necesitaba una gran cantidad de amor y apoyo, y ella se lo proporcionaba enviándole curación, en forma de una luz dorada, explicando lo siguiente; «Sólo lo pienso, y ella se siente reconfortada”.

También descubre, que no habría emprendido su viaje a la iluminación espiritual con ninguno de sus hermanos. Y después se da cuenta de esto: "En esta vida, mi cuerpo va a ser pequeño. En otras vidas he sido más alta, más dominante, generalmente un líder. Va a ser interesante trabajar en este cuerpo, porque sé muchas cosas. Mi cuerpo pequeño significa que tendré que adaptarme, y dirigir, desde otra perspectiva. Tendré que mostrar a la gente lo que sé, para que escuchen el contenido y no sean, principalmente, conscientes de mi presencia física. Cuando eres pequeña, tienes que hacer que se sienta tu presencia de otra manera. Este cuerpo es, exactamente, lo que necesito ahora; es burbujeante, entrañable, y muy divertido”. Yésica, finaliza diciendo; “Esta vez, me llevará mucho tiempo entender cuál es mi papel, y elegí este reto existencial porque pensé que sería divertido”.

Esto se confirma cuando conozco su experiencia de vida; por ejemplo, ella emprendió su gran cambio profesional al principio de la cuarentena. Después, vinieron otras revelaciones importantes. La entrada en este cuerpo, su integración con el cerebro y sus circuitos, no sólo fue, «simple y excitante», según sus palabras, sino que, «pudo ver el gran potencial de esta combinación particular». Cuando le pregunté cuál era la naturaleza de ese potencial, me respondió, instantáneamente; «Soy profesora, y esto me ofrece oportunidades completamente nuevas para enseñar”.

Dedicaré muy poco tiempo a la regresión de Yésica a una vida pasada; sólo quiero describir que fue una experiencia que le ayudó a sentirse segura. Su última vida pasada, demostró ser tranquila y descansada. Sabía que muchas de sus vidas anteriores habían sido difíciles y llenas de retos, -en grandes cuerpos dominantes, e incluían retos tanto físicos como mentales-; pero este ciclo particular le proporcionó la comprensión vital; «de que la vida no tiene por qué ser una lucha”. Su alma dejó su cuerpo sin esfuerzo ni lamentos, y su sentimiento principal era el de, «venir a casa cuando dijo, ya estoy aquí otra vez». Yésica se encontró con su guía, que había aparecido en muchos sueños, en repetidas encarnaciones, como el, Viejo Padre Tiempo. Ella dice que no hace falta poner un nombre a su alma ni, a la de él pues, -simplemente, se conocen-, pero, en el contexto de esta experiencia, ella le llama, Tiempo.

En su vida actual, siendo un alma inquisitiva en pleno proceso de aprendizaje, Yésica lee mucho; no es exagerado decir que devora los libros. Por tanto, no me sorprendió de que su guía, nombrado como, Tiempo, le llevara a la biblioteca, en la que pudo revisar tanto ésta  como otras vidas. Él guía estaba de pie, detrás de ella y a su izquierda, y le dijo, delicadamente; «Relájate y disfruta; no hay prisa”. Ella se tomó su tiempo, y descubrió muchas cosas. Dijo; «Me llegan imágenes y sensaciones del libro, no cuadros. La vida de la que vengo ahora, me indica que no debo forzar las cosas, porque ya he aprendido mucho. No tengo que esforzarme por enseñar a los demás; basta con seguir haciendo lo que hago ahora, y permitir que otros tomen sus propias decisiones”. Su guía, Tiempo, le recuerda, delicadamente, que ella no es responsable de las decisiones de otros, diciéndole; «Éstas llegarán en su momento, no en el tuyo”.

Yésica descubre en su libro una página en blanco. «Está aquí, para recordarme algo. Como he encarnándome desde hace tanto, la página en blanco me advierte de que puedo elegir. Si quiero volver después de esta vida física, tengo elección; puedo pasar a la etapa siguiente, si así lo elijo. De algún modo, esto está vinculado con el recordatorio de que no tengo que luchar. Formo parte del cambio, el increíble cambio que se está produciendo en el mundo. Es importante recordar que lo que hago no es para mí, es para el mundo. Las recompensas para la humanidad, por todo lo que hacemos, serán enormes”.

Antes de esta sesión, Yésica no había leído los libros del doctor Newton, pues prefería esperar para no comparar su experiencia con la de otros. Su guía la dirige hacia delante, y Yésica describe un pasillo abovedado, que conduce a una sala enorme. Reconoce adónde va; «Ah, sí, esto es el consejo”.
Entonces, comienza una visita aleccionadora al Consejo de Ancianos. Uno de los miembros es una mujer, vestida de verde. Yésica, se siente encantada al reconocer que este ser la ayuda y guía, cuando está con sus clientes, fortaleciendo su, «conocimiento», mientras trabaja. Otra miembro, que también irradia energía femenina, viste  túnica de lino natural, y responde a la pregunta de Yésica sobre, por qué siente, con tanta fuerza, la sabiduría femenina, en oposición al dogma religioso dominado por los hombres. Yésica se entera de que el mundo está cambiando, y que está volviendo la era de lo femenino; el mundo ha estado tan inmerso en una intensa energía masculina, que ha olvidado su equilibrio. Mi cliente dice; «Ella está aquí para representar la Tierra, que es lo más importante. Habrá un cambio significativo, por eso lo siento con tanta fuerza, y será durante mi vida. Su túnica de lino es para recordarme que me proteja usando cosas naturales; nada de artificio, sólo procesos naturales. Su mensaje consiste en recordarme que yo conozco el comienzo. Reconozco el equilibrio”.

Después de esta visita al Consejo de Ancianos, tan llena de información, Yésica pide visitar a su grupo de almas. Aquí, descubre a Sam, su marido actual. Y cuente lo siguiente; «Él me abraza; es un alivio, y me parece maravilloso. Aprendemos tanto juntos. Elegimos las vidas que deseamos; no hay duda de que continuaremos encontrándonos en el tiempo. Nota; en esta vida, Sam es el segundo marido de Yésica). Mi cliente continúa diciendo; “Sam me dice que sabe lo que tiene que aprender, y lo que ya se aprendió. Incluso se ha calzado botas embarradas para decirme que tiene los pies en la tierra y está, plenamente, enraizado”. Nota; (Este comportamiento de Sam sirve para reconocer, de manera especial, el amor que ambos sienten por el mundo natural, y por el cultivo de productos naturales.) En su actual encarnación, Sam ayuda a Yésica a recordar que necesita estar en el mundo natural y en contacto con la tierra, tal vez para equilibrar su tendencia a pasar más tiempo en el plano espiritual. La música es un intenso foco de atención compartido por ambos, y, en este punto, Sam le transmite una canción particular, que le recuerda su objetivo compartido. Como la elección de la música es algo privado, no la presiono para que me la identifique.

Entre tanto, Yésica ha seguido avanzando. Descubre que, junto con Sam, forman parte de un muy pequeño grupo de almas. Me dice; «Son muy callados, no reconozco a ninguno de ellos en mi vida actual, pero les conozco. Estamos desarrollándonos como grupo. Tengo la sensación de que Sam y yo somos exclusivos, y de que estas almas, se han unido a nosotros recientemente. Son de color translúcido; Sam es de color amarillo, y tiene las botas embarradas, y yo soy verde oliva, con un toque de amarillo”.

Según la investigación de Michael Newton, el color amarillo claro indica coraje y perseverancia, y la aparición del verde en el color nuclear de Yésica, indica sus dotes curativas.

De repente, algo se clarifica en la mente de Yésica, y se da cuenta de que ella y Sam son los profesores de este grupo y que, sus colores translúcidos, pueden indicar que se trata de almas jóvenes. Ella y Sam desempeñan un nuevo papel, y el grupo es nuevo; éste es un grupo de aprendizaje. De momento, ella no es consciente de todos sus deberes, sólo sabe que guardan relación con la energía. Entonces, gracias a su guía, nombrado como, Tiempo, recuerda que está aprendiendo a ser guía. Tiempo, da a Yésica una señal que permitirá a ésta reconocer que se encuentra presente en su vida. En la actual encarnación, ella nunca lleva  reloj de pulsera. El guía le muestra la visión de un reloj con una cadena, y si ella ve esto cuando dude entre actuar o no, sabrá que él le instiga a actuar. Esperaba que Yésica quisiera visitar el lugar de selección de la vida para descubrir más sobre su pequeño cuerpo, pero se negó. «Esto ya está completo. Puedo volver en otra ocasión, para descubrir más cosas, y también aprenderé en sueños”.

Yésica y yo nos hemos mantenido en contacto durante dos años, desde su experiencia. Compartimos muchos intereses, y he podido observar, de primera mano, su curación y sus capacidades como profesora. Inmediatamente después de la sesión, me dijo que su primera impresión era el amor, completo e incondicional, que existe en su Hogar del Alma. Estaba encantada con lo que entendió sobre sus hermanos, y sobre su relación con Sam, marido y pareja del alma. Había entendido cómo podía ayudar a Sam en esta vida, y confirmó su profunda sensación interna de que nunca tiene que dudar de él.

Durante el regreso, se mostró renuente a volver del estado de conciencia expandida y retomar las limitaciones de su cuerpo actual, y le resultó especialmente duro alejarse de un entorno en el que la comunicación es, puramente, telepática. Ésta es, claramente, su elección como alma avanzada. Pero sentía que la experiencia le había enseñado a no preocuparse tanto de las cosas físicas. Lo cierto es que, en su actual encarnación, ha llevado a cabo mucho de lo aprendido en nuestra sesión. En el momento de escribir esto, han pasado dos años y cuatro meses desde su sesión. Durante ese tiempo, ha estudiado reiki, alcanzando el grado de maestría, lo que le permite combinar las enseñanzas de su alma con la curación. Sus capacidades intuitivas se han expandido mucho, pues recibe ayuda de la guía verde, quien la acompaña cada vez que saca a pasear a su querido perro. Le ha encantado descubrir que sus capacidades curativas se extienden, también, a los animales, y ha creado una consulta, única en su zona, para perros y caballos. Su práctica del llamado, entrenamiento personal o, “cóuching”, en la denominación anglosajoa, se ha expandido para incluir la curación intuitiva, y la guía práctica. Durante mucho tiempo, se ha sentido interesada por la curación con cristales, y ahora ha formalizado su interés estudiando para obtener una titulación aceptada internacionalmente. Yésica, ha creado dos grupos de desarrollo personal, en los que su capacidad didáctica es muy apreciada. No se siente incapacitada, en sentido alguno, por el tamaño de su cuerpo, y está aprendiendo que sus alumnos escuchan y aprecian el contenido de sus enseñanzas. No necesita, digamos, «forzar» la situación.

Sin duda, fue un gran privilegio trabajar con este alma esclarecida y, lo que es más importante, ser testigo de su desarrollo subsiguiente, y compartirlo. La experiencia de Yésica, le proporcionó mucho entendimiento, herramientas, e indicadores valiosos, y tal vez lo más importante es que continúa aplicándolos en su vida diaria.

viernes, 22 de julio de 2011

CAPÍTULO 11. La vida al vuelo

Es interesante oir el capítulo si no eres sordo. Y leerlo, si no eres ciego.


Entre los numerosos y fascinantes descubrimientos que se han revelado a lo largo de años de realizar regresiones hipnóticas, está el hallazgo de la existencia de las llamadas, almas híbridas. En su libro, "Destino de las almas", el doctor Michael Newton las describe como aquéllas que tienen su «origen en encarnaciones mezcladas», y «tienen recuerdos de encarnaciones en mundos alienígenas, antes de venir a la Tierra». Las almas híbridas, a menudo delicadas, sensibles y más viejas, pueden tener dificultades para adaptarse a este planeta, y pueden haber elegido encarnarse en la Tierra para experimentar una situación difícil; pueden sentirse aisladas, diferentes, y tener problemas para establecer relaciones.
El relato siguiente trata de una de estas almas. Se trata de, Líndsay, persona que ha experimentado graves problemas de salud en su vida actual, junto con una sensibilidad, a veces dolorosa, hacia su entorno y las personas que le rodean. Gracias a la terapia, obtuvo claridad y comprensión. Desde que hizo esta sesión ha podido continuar con su vida con renovado propósito y mucha más comodidad.
    
CUANDO LÍNDSAY, de cincuenta y un años, contactó conmigo porque quería hacer terapia de vidas pasadas, le preocupaba si su fatiga extrema le permitiría participar plenamente en una sesión. Descubrí que había experimentado severos traumas natales, y que había estado batallando con su mala salud durante toda su vida. Había sentido dolor en la zona del bazo desde siempre, y constantemente, evitaba multitudes y lugares ruidosos, porque le hacían sentirse abrumada y enferma. Líndsay no había sido capaz de crear una conexión profunda con alguien porque se sentía diferente; de algún modo, estaba aislada. También, descubrí que, ocho años antes, mientras trabajaba en África en un proyecto de desarrollo internacional, le picó un insecto portador de cinco virus diferentes. Finalmente, los virus desaparecieron, pero ella se quedó en un estado postviral excepcionalmente malo; sufría el síndrome de fatiga crónica.
Ocho años antes, mediante el uso de terapias convencionales y holísticas, la salud de Líndsay mejoró  considerablemente. También había empezado a trabajar con la energía curativa sobre sí misma, y sobre otros, pero aún seguía padeciendo un insomnio empecinado y debilitante, que demostró ser resistente, tanto a los remedios convencionales, como a los alternativos.
Durante la primera sesión de regresión, exploramos varias vidas.
Ninguna de ellas estaba directamente relacionada con el insomnio, pero al entender las lecciones de esas vidas en el estado hipnótico, Líndsay descubrió paralelismos con su existencia actual. Me comentó que; En esas vidas no completé las cosas a mi satisfacción. En esta vida actual, tengo tanto trabajo que hacer, y sin embargo no puedo hacerlo. No puedo hacer mi trabajo estando enferma; mi cuerpo no puede llevarlo a cabo; transferir toda esa energía. Soy muy consciente del tiempo, el hecho de que el tiempo va pasando. Me resulta duro relajarme y permitir que se complete el proceso de curación. Hace que me sienta triste, a veces sin dirección, impotente y desconectada.

Pedí a Líndsay que fuera, directamente, a los orígenes de la sensación de tristeza, falta de dirección, impotencia e incapacidad de hacer el trabajo. Se puso muy emocional, y empezó a derramar lágrimas mientras relataba, entrecortadamente, lo siguiente; Tengo alas... Soy una especie de color amarillo dorado, con alas que se deslizan, sin aletear se deslizan..., y una cola... como un insecto, muy grande..., con forma de avispa o lagartija, pero mi cabeza es muy extraña. Vine a este planeta a hacer cierto trabajo energético, ¡y no puedo hacerlo! Es difícil..., está más allá de mi capacidad en este momento...; es una tarea demasiado difícil... Intento manipular la energía, pero no puedo, no tengo la capacidad. Está más allá de mi nivel de capacidad... Quiero hacer demasiado en muy poco tiempo. Todos estamos ansiosos por transformar el planeta...; orbitamos alrededor y trabajamos, y después descansamos. Aquí no necesitamos dormir mucho.

Le pregunté:
-Si te tómas un descanso ahora mismo, ¿qué ocurre?
Después de una larga pausa dijo:
-Es divertido..., me voy, y permito que el planeta evolucione por sí mismo, y lo está haciendo bien..., no necesito forzar tanto.
Cuando le vino este recuerdo, Líndsay se dio cuenta de que tampoco necesitaba esforzarse tanto en su vida actual. Debía enfocarse en su trabajo de sanadora, y empezar por curarse a sí misma.
Inmediatamente después de la sesión, Líndsay dibujó una imagen de sí misma siendo ese ser volador, y un par de días después me escribió una carta describiendo el cuerpo volador que había experimentado en su sesión de regresión.
Recuerdo ser un color amarillo, suave dorado, con dos alas, una cabeza y una especie de cola. Mi cabeza tenía rasgos sobresalientes en el lugar donde estaría la cara, pero no tenía ojos, orejas o boca. En cambio, tenía cuatro antenas de la longitud aproximada de mi cabeza y cuello combinados, que me salían desde lo alto de la cabeza. Las antenas se movían independientemente, una de otra, y eran aplanadas, con sección de corte en forma oval, en lugar de redonda. Mi piel (no tenía plumas), tenía una textura lisa, gomosa, parecida a la gelatina. Mis alas, situadas en mi parte anterior, se parecían a las de las gaviotas, con un ángulo posterior en su parte media; la parte posterior del ala no era lisa, sino que tenía una especie de bultos desiguales que se extendían un poco. La forma de mi cuerpo era, lejanamente, similar a la de una sepia, sólo que no tenía la larga aleta a lo largo del perímetro que muestras éstas; en cambio, tenía más bultos desiguales, parecidos a los de la parte posterior de las alas, (aunque en menor cantidad que en aquéllas).
Junto con muchos otros como yo, orbitaba un planeta muy pequeño, en sus primeras etapas de formación. El planeta estaba compuesto por una masa de gas, pesada y giratoria, de colores naranja y rojo, que se movía como si fuera líquido. Trabajábamos para hacer que el planeta evolucionara rápidamente. Usaba mis antenas para registrar los resultados de los cambios que intentábamos realizar y, con esa información, modificábamos, continuamente, la energía que enviábamos al planeta. Recuerdo que tenía dificultades en este trabajo; me estaba concentrando demasiado y, en cierta manera, interfería en mi propia labor. Al relajarme y quedarme en órbita durante un tiempo, descubrí que los diferentes elementos del planeta empezaron a ralentizarse, y a coligarse en estados más evolucionados; estaban empezando a formarse masas de tierra primitivas. También trabajo con este concepto de intención relajada en esta vida.

¡Nunca he visto a alguien tan ansioso y determinado para empezar una sesión! Líndsay, mujer alta, callada y sorprendente, llegó a mi consulta media hora antes del tiempo acordado, irradiando anticipación. Traía consigo una sensación de urgencia; no había tiempo que perder.
Durante la sesión, Líndsay recibió respuestas a todas las preguntas que le carcomían, y descubrió mucho, mucho más. Descubrió, que es un alma híbrida, madura, encarnada en el planeta Tierra, con la misión específica de llevar a cabo un trabajo planetario. Esto se hizo evidente ya desde el útero, porque, para preparar el terreno de esta importante misión, su alma se unió al feto en una etapa muy temprana. Con creciente comprensión, me contó las razones de ello:

--; Trabajo duro, no hay tiempo para vacaciones; hay mucho que hacer en esta vida. Tenemos que hacer muchas conexiones con la mente. La relación tiene que ser refinada, con todo el trabajo que tenemos que hacer. Quiero llegar a las pautas antes. Yo; nosotros; hacemos mucho trabajo inusual con esta mente.
-; ¿Como qué? Has dicho; «inusual».
--; ¡Oh!, es como cuando, en lugar de conducir un viejo coche familiar, conduces un deportivo de última generación. Los componentes son mucho más sofisticados y caros de mantener, pero seré capaz de hacer mucho más. Tengo que hacer mucho trabajo energético para este planeta. Tengo que ser capaz de ser más creativa; mi cuerpo tiene que ser receptivo casi, «jugar», con la energía; estar dispuesta a experimentar nuevas maneras de trabajar con la energía.
(Ahora habla el alma de Líndsay); Ella, (es decir, Líndsay), está trabajando con energías con las que no se ha encontrado nunca. Antes no había nadie que le enseñara. La comprensión vino a medida que fue teniendo más confianza. Ella tiene que ser capaz de escuchar, para poder hacer esto. Es un trabajo complicado, porque estamos trabajando con alto voltaje y podemos dañar el cuerpo, y no hay profesores. Podría ser peligroso; de modo que tenemos que estar bien sintonizados, y escucharnos mutuamente para hacer el trabajo. Es un esfuerzo en equipo, de modo que, en primer lugar, tengo que curar el cuerpo y soltar el equipaje de otras vidas; y hacerlo a tiempo, para poder hacer el «trabajo planetario». Tengo que hacer lo uno antes que lo otro, y no tengo mucho tiempo. He esperado mucho para esto.
-; Pregunto a Líndsay; ¿Cómo ha contribuido tu trauma natal al aprendizaje de tus lecciones en esta vida? ¿Por qué se necesitaba ese trauma natal?
--; Para que el cuerpo se viera obligado a trabajar con la energía, porque iba a ser la única cosa que ayudaría a curarlo, y esto haría que el nivel de interés aumentara lo suficiente como para poder seguir trabajando con él, hasta llegar a realizar el trabajo planetario.
-; ¿Tienes alguna experiencia de trabajar con planetas? Supongo que esta no es la primera encarnación en la que haces esta labor.
--; Sí. Esto me encanta; me gusta trabajar con los planetas, trabajamos con los elementos de los planetas; hacerlo es como, poesía, como una danza; ¡es tan hermoso combinar toda la energía con los elementos! Es como crear una especie de sopa cósmica, y hacer un planeta en el que la gente pueda vivir. ¡Es tan hermoso!; incluso si, ellos, no (prosperasen); es un lugar tan hermoso en el cielo.
-; Has hecho esto muchas veces antes, ¿cierto?
--; Sí, me dedico a esto.
-; ¿Dónde haces tu trabajo planetario?
--; Ésta no es la primera vez que trabajo en el planeta Tierra. Lo echaba de menos; echaba mucho de menos hacer esto. Y aquí se hace esto en forma diferente. Si vas a mi planeta, lo haces a distancia, estás lejos, sin tocar; pero aquí lo tocas todo y,
-; ¿«Aquí», significa, en la Tierra?
--; Sí, tienes que estar en ella; es como hacer una sopa y comérsela; tienes que experimentarlo al mismo tiempo; de esta manera, el trabajo es maravillosamente satisfactorio.

Después de esta información, y durante una visita a su consejo, al que se refería más como formado por colegas; Líndsay recibió la explicación sobre su insomnio.
-; Durante esta vida como Líndsay, ¿qué te enseña el insomnio? ¿Qué cosa te recuerda?
--; (Inmediatamente.) Ah; (Tiene un momento de comprensión, sonríe.)
-; ¡Lo has entendido!
--; Esto es tan bueno. (Riéndose.) Son muchas cosas; una es que me está enseñando que las cosas van a ser un poco críticas por aquí, en este tiempo. Tengo que relajarme más, y hacer todo lo que pueda porque, un planeta, tiene que evolucionar, y todo lo que puedo hacer es hacerlo lo mejor que pueda con el tiempo que tengo, y la relajación me permitirá seguir con ello durante el sueño profundo. Asimismo, en la otra encarnación, en la dimensión de mi hogar, no se duerme; de modo que es como si fuera un truco. El insomnio me permite...; ahora pienso; que estoy perdiendo el tiempo durmiendo aquí.
-; Entonces, a nivel subconsciente, ¿te sientes muy molesta por haber perdido el tiempo durmiendo?
--; Sí; porque no duermo, uso el tiempo para otras cosas. Tengo que recordar esto; que el sueño forma parte de la vida humana. Es una parte muy productiva, que permite al alma descansar cuando el cuerpo está durmiendo, y al cuerpo, curarse también; hay algo más. Dicen; estás en el buen camino, por las cosas que estoy haciendo y por resolver la cuestión del sueño.
-; ¿Cuál es el significado de que te haya picado un insecto en África?
--; ¿El significado de la picadura? Oh, eso ha sido de gran ayuda. Ese insecto me picó hace unos ocho años. Hace doce años empecé a recibir el trabajo energético, y aprendí a hacérmelo a mí misma y a otros.
Hice muchos progresos; durante los primeros años de trabajo energético me curé a mí misma y después, digamos que me equilibré; no pude cavar más hondo. Si hubiera necesitado este cuerpo para ir del punto A, al punto B, eso habría estado bien; pero tenía que ser capaz de hacer el trabajo planetario, de otro modo, la energía cambiaría, y por eso tenía que desmantelar todo completamente, repararlo y volver a ensamblarlo de nuevo. La única manera de conseguirlo era ponerme muy, muy enferma. Y ahí es donde entró el insecto.

Durante la sesión de curación que siguió, Líndsay descubrió los orígenes de su dolor crónico en el bazo.
--; Sí, siempre ha sido un área de tristeza; creo que es, quería venir a esta dimensión para aprender sobre la Tierra, y ha sido satisfactorio; la gente me ha ayudado tanto; eché de menos a mi grupo; lo hice, he sentido añoranza; la zona del bazo es donde llevo la tristeza de estar lejos de casa.

Creamos una conexión directa entre el bazo de Líndsay y su dimensión original, de modo que, simplemente, respirando hacia el bazo ella podría conectar con su hogar.
A medida que la sesión progresó, pregunté a Líndsay por qué necesitó experimentar la sesión de regresión en este momento de su vida.
--; Ella, es decir, (Líndsay), se había quedado atascada en algún nivel, y con el tema del insomnio se sentía entre la espada y la pared; tenía tanta falta de sueño, que no podía funcionar y progresar, y eso demostró ser una carga para su desarrollo. Tenía que superarlo, para seguir con su vida, porque ya no le funcionaba nada, absolutamente nada. Ah, y había tantas decisiones que dependían de ser capaz de dormir, y estar suficientemente lúcida como para reconocer el tipo de trabajo que hace, y la dirección que sigue con él.

A esta altura de la conversación, la comprensión de la paciente se hizo más profunda. Líndsay continuó;
--;Suena tan extraño esto, y ella conoce a muy poca gente que sepa quién es en realidad; apenas nadie; ella ya no es capaz de comentarlo con nadie, de modo que el hecho de crear esta comprensión interna, en este punto, es importante para poder seguir adelante con su labor, porque es la hora de avanzar mucho más rápido, (hay) tantas cosas pendientes; el rompecabezas tiene que estar en su lugar, y ella necesitaba esta ayuda para superar el «atasco».

Al final de la sesión, Líndsay estaba totalmente agotada, pero encantada. La terapia le había hecho entender quién era. Había clarificado su propósito, y le había dado ánimos, asegurándole que estaba en el camino correcto.
La sesión le dio la explicación de los sueños en los que volaba, y que podía recordar desde que fue niña. Y Líndsay no se sorprendida por esto, en absoluto. De hecho, se identificaba más con la encarnación de su cuerpo volador que con su encarnación humana actual.
Esto también explicaba muchas otras cosas. Por ejemplo, el porqué de sentirse siempre extremadamente incómoda y agobiada cuando estaba en medio de una multitud; el porqué de oír las voces de la gente a su alrededor como un ruido constante e invasivo y, casi sentir, como si hubiera estado absorviendo todo el dolor y la desesperación que la rodeaba. Ahora, también podía entender porqué nunca había sido capaz de conectar con alguien a nivel profundo.
Lo más impactante de la sesión era que, ahora, Líndsay era capaz de conectar con su historia. Había descubierto sus orígenes, los orígenes de sus habilidades únicas, y también, que había otros con habilidades parecidas, haciendo esfuerzos similares.
Líndsay observó; «Saber que soy de "otro lugar", me hace sentir como si fuera más "de aquí". Al apropiarme de quién soy, eso se proyecta hacia delante, y la gente se relaciona conmigo de otra manera.»
Ahora, un año después, su bazo está genial, y su insomnio va mejorando gradualmente. Líndsay está realizando un trabajo energético intensivo, soltando su carga, y curando a sí misma y a otros. Ha aprendido, y está aplicando esta importante lección; que primero debe curarse para poder hacer el trabajo que vino a hacer en la Tierra. Lo describe, en sus propias palabras, como «el trabajo planetario».
Como ya mencionamos, Líndsay descubrió la explicación de sus sueños de volar, que recordaba desde la niñez. Su experiencia en hipnosis profunda le dio explicaciones sobre muchas otras cosas, como la de sentirse extremadamente incómoda y agobiada en medio de la multitud, en donde ella absorbe toda la energía negativa, de dolor y desesperación, que la rodean; y porqué no ha podido conectar con alguien a nivel profundo. Durante la sesión, Líndsay me dijo que, según le había dicho su consejo, podría producirse algún cambio en su vida personal. Un hombre, de su dimensión de procedencia, podría unirse a ella en un año, o dos.
-¿Cómo sabré quién es él? -preguntó al consejo.
-Oh, es fácil, -le dijeron para animarla-. Tendrá los ojos más bondadosos, y la sonrisa más hermosa que hayas visto, además de unos zapatos estrafalarios; Sin duda lo sabrás.
Mientras escribía su historia, Líndsay me llamó para decirme que un hombre especial había entrado en su vida, tal y como predijo el consejo.