lunes, 1 de agosto de 2011

CAPÍTULO 2. De la cabeza al corazón.

Es interesante oir el capítulo si no eres sordo. Y leerlo, si no eres ciego.



UN EJECUTIVO que conocí durante varios años antes de su sesión de regresión, tenía que afrontar problemas persona­les que afectaban a sus relaciones familiares, reflejándose ello, de dis­tintas maneras, en su entorno laboral. Vino a mi consulta para afrontar sus problemas.
Este respetado ejecutivo, que también es terapeuta musical innovador, especializado en el tra­bajo con niños autistas, tiene profundos impulsos agresivos que, en sus palabras; «ha­cen difícil que mi esposa y mis hijos se sientan seguros cuando se aproximan a mí». Ellos están, constantemente, preocupados por el momento en el que estallará su mal genio.
En mi consulta, me sumerjo profundamente en los comentarios iniciales del ejecutivo, para tener claras las preguntas que se plantearán durante la se­sión. Junto con su expresión de agresividad, indica lo siguiente; «No puedo soportar sentirme insultado. La perfección debe mantenerse, a toda costa.» Explica esto citando el siguiente ejemplo; «Cuando lle­go a casa del trabajo, y veo los platos sucios en el fregadero, me siento insultado. Es como si mi esposa y mi hijo mayor me trataran como un lavaplatos. Los platos están sin lavar; por tanto, la casa no está perfecta.» El ejecutivo lo resume diciendo; «Si lo de fuera no está a la altura de mis expectativas de perfección, me lo tomo personal­mente, y caigo en la costumbre habitual de sentirme rechazado y, por tanto, devaluado.»
Durante su sesión, se produjeron tres paradas en las que al ejecutivo se le dieron herramientas que había de integrar en su vida cotidiana. Las herramientas respondían a las preguntas que él mismo había plan­teado en esta ocasión, y a sus tendencias agresivas sin resolver. El pri­mer punto de importancia, surgió en la vida anterior del ejecutivo, en la que se encontró a sí mismo de pie, frente a la entrada de una cue­va, regañando, con vehemencia, a unas veinte personas. El siguiente extracto procede de un segmento de su última vida;

Le pregunto; ¿Cuál es tu posición en el pueblo?
El ejecutivo responde; Soy un profesor, gurú o eremita. En definitiva, la persona a la que acude la gente cuando buscan consejo, o necesitan aprender.
-; ¿Cómo recibes esa información, es decir, el hecho de que les riñas para que lo hagan mejor?
--; Están contritos; contrariados y callados. Soy muy consciente de mi pe­cho, una especie de corazón espiritual que siento allí. Desde ahí surgen mis palabras, el corazón espiritual, estoy enseñando desde el corazón.
-; ¿Hay algo más que describir, con respecto a ese corazón espiritual?
--; Soy poderoso, pero eso está bien, porque estoy en equilibrio y no me creo especial. El corazón espiritual es el lugar donde el po­der y el ego se equilibran.

Aquí, el ejecutivo ha conectado con una parte olvidada de sí mismo. Está empezando a recibir clarificación, y a tomar conciencia de que debe enseñar y guiar desde su corazón espiritual, el lugar donde debe vivir dentro de sí mismo. Hasta ahora, se ha relacionandoe con los demás desde la mente analítica, y dice; «me relaciona­ba desde la cabeza, y tenía algunas ideas fijas sobre lo que está bien, y lo que está mal.»
En otro momento posterior de la sesión, el ejecutivo dijo; «Estoy en mi burbuja, con mi grupo del alma.» Una de las preguntas im­portantes del ejecutivo para su grupo del alma se relaciona con los contactos sagrados, y se revela en el siguiente segmento del diálogo;
-; ¿Cómo te sientes en ese grupo?
--; Estoy muy contento de volver a verles. Y tengo una conexión especial con un alma llamada, Ahrr, porque le conozco bien en esta vida y, por tanto, me siento un poco asombrado.
-; ¿Puedes ampliar eso un poco más?
--; Bien, Ahrr, es un amigo muy querido, e importante para mí, en la vida actual, y ahora descubro que, también, es un importante com­pañero del alma. Como alma, él es paciente, consistente, constante, y muy perceptivo.
-; Una de tus preguntas está relacionada con los contratos sagra­dos; exploremos el propósito de tu contrato con, Ahrr.
--; En mi vida actual, su tarea es devolverme a mi camino, por­que estoy a punto de dejar atrás mi papel de bromista para enfocar­me en la espiritualidad. Cuando hablo con, Ahrr, tanto en esta vida como en el grupo del alma, siempre lo hacemos de su espíritu, o del mío. No hablamos de nada más. Él tiene este don, tanto en el grupo como en mi vida actual. Ocurra lo que ocurra, aunque sea
una errata en un corréo electrónico, él lo convierte en algo espiritual. Y siempre es muy preciso; tiene ese don. Me enseña, que hablar del es­píritu no tiene por qué ser algo árido. Puede ser muy ameno, y también divertido.
-; De modo, que su conexión contigo consiste, principalmente, en mantenerte encarrilado. ¿Forma eso parte del contrato sagrado del que hablamos, de tu vocación, y de la construcción de tu carácter?
--; Sí. Él me está mostrando eso. Conozco a, Ahrr, desde que tenía­mos veinte años, y yo era una persona confundida e indecisa. Él, me re­cuerda que, incluso a los veinte, tenía muchas ganas de estudiar la psi­que, la conexión entre el espíritu y la psique, y todo lo que tiene que ver con eso. Ahrr, me dice que tengo un don especial con las frecuencias sonoras. Tengo la capacidad espiritual, de entender los so­nidos y su significado, y me dice que lo use para curar. Dice que estoy en el buen camino en mi suposición de cuáles son las frecuencias correctas para curar, y que tengo que dejar de comprar música sobre este tema; que me dedique a buscar la frecuencia correcta, pues tengo que producir el sonido, yo mismo. Ahrr, me señala las frecuencias que he investigado en todo tipo de cosas; desde las frecuencias de las primeras partículas, hasta frecuencias de cé­lulas y sonidos musicales. Debo seguir desarrollando el camino que me he marcado y, después, debo publicar. Esa publicación tiene algo que ver con la psicología. Ahora mismo no sé cómo, pero incorporaré este estudio de las frecuencias sonoras a mi campo de trabajo.
-; ¿Cómo te sientes con lo que has recibido?
--; Tener a, Ahrr, en el grupo del alma es una cosa, pero saber que es un compañero que está cerca de mí, en mi vida física, es una gran ayuda que me ofrece mucho apoyo.

En el siguiente segmento de conversación sobre su encuentro con su grupo del alma, el ejecutivo describe a otra alma llamada, Ghor; «Este alma es una especie de líder del grupo, y yo la admiro. Él lucha por el grupo, y por nuestro avance espiritual.» La conversación con, Ghor, es importante, y pro­porciona al ejecutivo una herramienta clave para estar muy presente, y transmutar sus impulsos agresivos. La historia continúa desde aquí;
--; Ghor me dice, que cuando tengo sentimientos de rechazo, y no me siento valorado, es como si estuviera mirando dentro de un laberinto de espejos de una atracción de feria. No sé si me miro, o miro  a las personas que me devalúan. Es una tram­pa, y me pierdo en ella. Pregunto a, Ghor, cómo puedo salir. Él me dice que tengo que alejar mi atención de los que me devalúan. Tengo que enfocarme en mi espíritu, en el guía espiritual, o en el reino celestial. Es­toy demasiado distraído por la dimensión física. Me recuerda, que mire dentro, porque fuera es seguro que no conseguiré satisfacción. Cuando me conecto por dentro, entonces, estoy en el presente.
-; ¿Te ofrece una herramienta para hacer eso?
--; En primer lugar, tocarme la frente para llevar la atención ahí. Asimismo, Ghor, me anima a retomar la lucha con espada. La practiqué cuando era joven.
-; ¿Se refiere a ello como algo literal, o es simbólico?
--; A ambos aspectos. La lucha con espada alinea la dimensión física con la espiritual. Simbólicamente, el uso de la espada espiritual me manten­drá enfocado en lo relevante y esencial. Así, viviré de manera simple, y no me cargaré de distracciones. En particular, me dice que tengo que abandonar las citas con las personas que me agitan.
-; ¿Hay algo más que puedas describir sobre eso?
--; Sí. El miedo a ser rechazado, en realidad, es un arma muy bue­na. Me señala que, cuando estoy en el laberinto de espejos, es­toy con la gente equivocada y, por tanto, perdiendo el tiempo. De modo que, en realidad, esto es una señal, y un aviso. El miedo a ser rechaza­do es una herramienta espiritual excelente.

Al ejecutivo se le ofreció otra herramienta específica, y muy real, para mantener la agresión bajo control. Durante una parada impor­tante en el mundo espiritual, se encontró con su consejo. Lo que si­gue, es el diálogo que se mantuvo en esa sesión, en la que el consejo habla al ejecutivo de su arrogancia en esta vida;
--; Se me dicen, que no debería ser tan arrogante. No lo entiendo del todo.
-; ¿Hay una herramienta para ti, relacionada con la arrogancia, tal vez un lugar específico en tu cuerpo, o una actitud que puedan des­cribirte, para que lo entiendas mejor?
--; Ah, sí. Ya lo sé. Siempre llevo la energía a la cabeza, porque siento que tengo que saberlo todo. Pienso que, de esa manera, puedo controlar mi entorno. Pero, por supuesto, eso no es posible. Me dice que eso es arrogante, que es la definición esencial de la arrogancia. Pensar de esta manera, me mantiene en la cabeza en todo momento. Tengo que dejar eso atrás.
-; ¿Hay algún modo de guiarte a abandonar la arrogancia, o a salir de ella?
--; Sí. Tienen un método muy bueno. Sugieren que me ponga de rodillas, y friegue el suelo de la cocina. La energía circulará por todo mi cuerpo, en lugar de quedarse atascada en la cabeza. (Risas.) De acuerdo, ¡eso, sin duda, me hará bajar la cabeza!
-; ¿Sugieren con qué frecuencia?
--; Una vez por semana. Dos, por semana. (Risas.) Me han clavado. Pensaba que podría escapar de ésta. Lo dicen muy en se­rio. Verdaderamente, tengo que hacerlo.
-; ¿Algo más?
--; Esto es tan divertido, es muy divertido. Me indican que trabaje en la cocina. La mayor parte del tiempo debería lim­piar la cocina. Que mantenga la cocina limpia, como los chorros del oro. Si está así de limpia, no tengo que preocuparme de mi hermosa cabecita. Ellos no creen que sea tan diverti­do como yo intento hacerlo. Y veo, que mi intento de ser di­vertido en este tema es un intento de escaparme. Pero eso no es posible. Me lo dicien muy en serio.
-; ¿Sabes algo más sobre esta herramienta?
--; Sí. Tengo que enseñar a mi hijo a hacer lo mismo, a limpiar la cocina y el baño.

La sesión acabó poco después de este diálogo. El ejecutivo tenía mucho que procesar.
A lo largo de los meses siguientes, el ejecutivo tuvo la precaución de trabajar con las herramientas que le ofreció su grupo de almas. Aquí, describe el efecto enriquecedor de compartir, con su hijo, la disciplina de la espada, y cómo le ayuda a pasar, de los impulsos agresivos, a estar presente;

Practico la lucha con espada con mi hijo, de diez años, en el porche de mi casa. Al emplear las herramientas de lucha con mi hijo, él ha aprendido a expresar su agresividad sin tener miedo de mí. Ahora, los dos nos permitimos expresarla de una manera que favorece la relación. Afrontar este problema, e integrar la lucha con espada para lidiar mejor con él, ha mejo­rado nuestra relación, que es muy importante y querida para mí.
Un segundo efecto se expresa en mi trabajo de ejecutivo. En las reuniones, los demás ejecutivos expresan una gran cantidad de agresividad, y a menudo yo me encuentro en el extremo re­ceptor. El arte de la esgrima me ha enseñado a dividir la energía entrante en dos; la agresión dirigida hacia mí se divide en dos, y pasa de largo. En esos encuentros suelo visualizar una espada, y se me recuerda este concepto. Desde que inicié esta práctica re­gular, otros ejecutivos han comentado que estoy mucho más se­reno en las reuniones.
También he aprendido que puedo frenar mi agresividad to­cándome la cabeza. Este contacto, me lleva hacia dentro, y reo­rienta mi energía para que esté más presente.
Como resultado de haber seguido las recomendaciones del con­sejo, el ejecutivo me comentó, posteriormente lo siguiente;
Tomé conciencia, de que quería ayuda terapéutica es­pecializada para estos impulsos agresivos y sentimientos de re­chazo. Junto con eso, seguí la sugerencia del consejo, de fregar el suelo de la cocina cada semana, y eso me enseñó a ser humilde, una cualidad que no puede ser enseñada; sólo puede adquirirse y mantenerse.
Al fregar semanalmente, me di cuenta de que se me había dado una herramienta sagrada para mantener mi agresividad bajo control. Cuando llevaba un año fregando el suelo, mi esposa me dijo; «Estoy impresionada. Mantienes tu ira bajo control.»
Un año después, el ejecutivo dice que ha obtenido grandes bene­ficios de mantener un contacto mensual con, Ahrr, para honrar el contrato sagrado que descubrió en su grupo de almas. Lo describe así;

Después de varias conversaciones mensuales, me di cuenta de que, el contrato que, Ahrr, tiene conmigo en esta vida, es di­vertirse a mi costa. Al hacerlo, me saca de mi actitud perfeccio­nista, y de mis sentimientos de rechazo y devaluación. Tuve una comprensión esclarecedora; él es el único a quien permito que se burle de mi actitud, y éste, es un aspecto importante de nues­tro contrato sagrado.
Asimismo, los dos hemos llegado a darnos cuenta de que todos nosotros, como almas viviendo en el plano físico, estamos conectados universalmente. A la frecuencia de esta conexión le corresponde un sonido musical. Ahrr, como es típico en él, me retó a investigar esta frecuencia, a enseñarla y a publicarla en Europa, porque allí la antroposofía está muy aceptada.

Ahora, el ejecutivo usa los datos de esta frecuencia con los niños autistas, y con sus padres. Ha descubierto, que esta frecuencia sonora activa el procesamiento neural del lenguaje, y permite que, ciertos ni­ños autistas, digan algunas frases básicas, cuando antes eran incapaces de hacerlo. También está enseñando el uso de estos sonidos, para tra­tar algunas enfermedades físicas, como la esclerosis múltiple, la fi­bromialgia, y la apnéa del sueño. Mi cliente dice, que su conocimien­to de los armónicos le ayuda a ser humilde. Ahora, invoca las pautas armónicas existentes, y esto le permite, a su vez, enseñar y apoyar a sus clien­tes para que consigan sus objetivos en la vida. Siente, que ya no tie­ne que aparentar que es un poderoso sanador.
Como ejecutivo y director de departamento, introdu­jo cambios en la dinámica organizativa. Consiguió integrar y utili­zar el formato de la mesa redonda, presentado en su grupo de almas, como modelo para la organización de su departamento, y para las reu­niones de su equipo. Esta dinámica, produjo una mayor igualdad en­tre su propia posición y la de sus empleados, ofreciéndoles un entor­no seguro donde pueden expresarse, libremente, y dar sus opiniones sin miedo a las consecuencias. En las reuniones con el personal, él simplemente abre un tema y escucha las intervenciones, hasta que surge un consenso natural. Con este método, tan productivo y tran­quilizador, los directores ya no le ven como una amenaza, o alguien a quien tienen que obedecer. Cada vez se entregan más proyectos dentro de plazo y presupuesto asignado y, en su entorno laboral, hay un sentimiento auténticamente positivo.

En estos comentarios del ejecutivo sobre la sesión de regresión, podemos ver  la profunda, y oportuna información, que recibió del consejo, y cuando la llevó a su corazón y actuó a partir de ella,, tuvo un apreciable impacto en su vida cotidiana. Los datos también apuntan a un efecto positivo en las vidas de las personas vinculadas con él, tanto en su vida personal como laboral. El comentario final del ejecutivo resume el efecto último del viaje de su alma;

Vivir desde el corazón, en lugar de la cabeza, ha enrique­cido mi vida. Me ha llevado a un camino que tiene como fin ser más igualitario en mis interacciones con la gente. He dejado de considerarme más importante que los demás.

Como facilitador de la regresión espiritual, nunca sé dónde nos llevará el viaje del alma de un cliente, dónde acabará éste en su vida, ni cómo se resolverán los problemas y cuestiones que se plantean. No obstante, obtenemos consistentes informes de situaciones favorables, que reflejan los datos positivos, intuitivos, fortalecedores y fascinantes que los clientes reciben en sus viajes del alma. Parecem que una conexión más profunda con la vida del alma permite usar, e integrar, nuevas herra­mientas de manera fácil y eficaz. El reino espiritual es amistoso, ale­gre, fiel y benéfico para aquellos que están dispuestos a embarcarse en su profundo viaje interior.