lunes, 29 de agosto de 2011

CAPÍTULO 26. Desbloquear un objetivo espiritual.




Esta notable historia es la de Benjamín. Es hombre alto, delgado y pálido y, a nivel físico, tiene cierta apariencia de debilidad. Aunque se muestra tímido, reservado y sin iniciativa, también es amable, bondadoso y muy inteligente. La sesión de regresión a vidas entre vidas de Benjamín, le permitió liberar de su cabeza bloqueos físicos que limitaban su vida. Tenía un bloqueo de energía crónico y doloroso en los senos, en la zona de las cejas y del tercer ojo, el punto de encuentro entre el nervio óptico y la glándula pituitaria. ¿Qué se escondía detrás de estos bloqueos, y a qué llevaría su eliminación? Veamos su historia.

Los PROBLEMAS EMOCIONALES de Benjamín hacían que fuera hombre reservado; incluso se mostraba emocional, y sexualmente, distante con su propia esposa. En el núcleo de su sufrimiento había una búsqueda inacabada, del propósito de su vida. Trabajé con él de manera intermitente, a lo largo de cuatro años, y después vino, regularmente, a psicoterapia durante dos años más. Usé con él diversas modalidades terapéuticas, como la de hablar, hipnoterapia, y las regresiones a vidas pasadas. En primer lugar, nos enfocamos en sus traumas infantiles y, con el tiempo, estas sesiones le proporcionaron profunda curación, pero fue un descubrimiento asombroso, realizado en una sesión de vida entre vidas, el que, finalmente, disolvió sus bloqueos y le llevó a tener una vida mucho más satisfactoria y motivada.

Actualmente, Benjamín tiene treinta años. La primera vez que le vi me di cuenta de la extraordinaria expresión que tenía en sus ojos; en mis treinta años de profesión, nunca había tenido un cliente con unos ojos tan oscuros, profundos y conmovedores. Me recordaban los retratos que hacen los artistas de los ojos de Jesucristo. Nunca le hablé de esto, pero más adelante, en este capítulo, leerá sobre su experiencia con Cristo.

Benjamín estudiaba cinematografía en la universidad. Vino a hacer psicoterapia porque se sentía frustrado por la vida académica y, en general, estaba desorientado. Después de hacer algunos progresos, se sintió inspirado para convertirse en profesional de la salud. Volvió a la universidad para estudiar osteopatía y naturopatía.
No obstante, en estas profesiones tampoco pudo encontrar su lugar de trabajo. A pesar de ser terapeuta titulado, no se dedicaba a curar, sino que trabajaba de conductor repartidor de alimentos naturales. Esto me resultó difícil de entender y de aceptar, especialmente porque, a estas alturas de su vida, estaba casado y tenía dos hijos pequeños. Era responsable de su familia, pero se sentía bloqueado, atascado. Ocho años después de haber completado la terapia regular, Benjamín concertó una cita para experimentar la terapia de regresión.
A la sesión, trajo muchas preguntas importantes para él. Algunas de ellas fueron éstas;
¿Qué parte de mí me impide vivir mi propio destino?
¿Qué me impide enfocar mis energías en mis objetivos?
¿Cuál es la causa de mi miedo a usar todas mis habilidades y energía, tanto para mí mismo como para los demás?
¿Qué puedo hacer para alcanzar esta comprensión esencial, y superar mis bloqueos?
¿Cómo puedo comunicar con el planeta, con la Tierra, a fin de entender lo que está ocurriendo aquí?
¿Hay una tarea específica para mi familia, en nuestro mundo cambiante?
¿Por qué no puedo sentir, y expresar, un amor pleno por mi esposa y por los demás?

Benjamín entró en trance profundo, fácilmente y con rapidez. A pesar de sus primeros traumas severos, también pudo recordar experiencias infantiles agradables. En el útero, sintió que su cuerpo era débil, pero resistente. Su alma «se deslizó dentro de su cuerpo» durante el segundo mes de embarazo porque, en sus propias palabras, «mi cuerpo me necesitaba para sobrevivir». Había elegido su cuerpo como un buen instrumento de canalización para conectar con el mundo espiritual, y sentía «fascinación por la percepción sensorial, y la belleza de la Tierra».
El momento de la encarnación, es decir, cuando su alma entró en su cuerpo, fue muy doloroso para su cerebro, hipersensible, y para su sistema nervioso, especialmente en la zona de la nuca, base del cráneo, y cerebro.
Cuando su madre se sentía tensa durante el embarazo, él la ayudaba enviándole luz y expandiendo su potente alma. Tuvo el entendimiento de que había venido a esta vida con el 85 por ciento de la energía de su alma, y hay momentos en los que cree que no la utiliza toda, adecuadamente.
Le guié para entrar en una vida pasada, donde se reconoció como un joven llamado, Agathos, que vivía en la comunidad que custodiaba un templo en la primera cultura mediterránea. No pudo especificar ni época ni región, pero sabía que mucha gente peregrinaba a aquel templo en busca de curación y conocimiento. Su trabajo se enfocaba en el empleo de técnicas para expandir la conciencia de los demás; su tarea, consistía en potenciar los efectos terapéuticos, concentrando sus pensamientos. Reexperimentó, y se sintió conmovido, por la felicidad de la vida comunitaria, y por el amor que sentía por su esposa e hijos. Se asombró ante todo lo que ocurría dentro del templo, y se alegraba de tener el precioso conocimiento que le permitía hacer tanto bien a tanta gente. Expresado en sus palabras; "Es una bendición".

De repente, vio una escena de terror; soldados romanos atacando el templo, matando a la gente. Prácticamente, toda la comunidad fue asesinada, incluyendo a su familia. Impresionado y atemorizado, logró escapar. Llevaba consigo un pergamino enrollado, muy valioso, que tenía que salvar. En el trance hipnótico no podía recordar el texto exacto del pergamino, sólo, que contenía algún conocimiento secreto para la humanidad. Mientras escapaba, temía que cayera en manos de personas inadecuadas, de modo que lo ocultó en una cueva de la montaña. Después, se trasladó al norte, estableciéndose, finalmente, en un pueblecito, donde trató de preservar y transmitir, a personas seleccionadas, los conocimientos adquiridos en el templo. No obstante, se sentía solo, dolido y temeroso. Posteriormente, fue capturado por sus enemigos, y torturado hasta que murió en prisión. No podía recordar los sucesos exactos, tan sólo que no había revelado el secreto del pergamino. Todos estos recuerdos surgían de su interior, mientras observaba las experiencias de agonía desde una distancia segura, como si fueran una película. Entonces, su alma abandonó su cuerpo, y nos unimos a él al comienzo de su viaje hacia la vida entre vidas.
Al hacerlo, contempla innumerables seres de luz a su alrededor, todos de diferentes formas, tamaños y cualidades. Los percibe como seres «angélicos». Recuerda que, anteriormente, fue uno de ellos, y siente que está unido a ellos por un antiguo e intenso vínculo. Ellos, cuidan del equilibrio de poder en el universo, e intervienen si alguien les pide ayuda desde la Tierra. El ser que tiene a su lado, es una luz azul violeta, en forma de pulsador; su nombre, impronunciable, significa; «Bienvenido con alegría burbujeante».
A continuación, aparece otro ser, con la apariencia de un gigante masculino, de pura energía roja. Siente sobre todo, la parte superior de ese cuerpo; se trata de un aspecto del arcángel, Uriel, Ese ser critica a Benjamín bondadosa, pero severamente.
A pesar de todos los esfuerzos de Uriel, a lo largo de muchas encarnaciones, por enviarle energía, Benjamín sigue negándose a aceptarla y a usarla. Ya es hora de que esto cambie, porque se trata de un regalo.
Hace mucho tiempo, este maravilloso ser, colocó un interruptor detrás del tercer ojo de Benjamín, que quedó atascando en la posición de, «desconectado». Superficialmente, esta desconexión fue provocada por una experiencia de la vida actual de Benjamín, en la que rechazó a un niño, agresivo, con una, «mirada de odio», intensificada por su tercer ojo, después de haber sufrido el acoso del joven. Atemorizado, el pequeño matón salió huyendo después de haber vislumbrado, en los ojos de Benjamín, la intensidad de su energía espiritual. No obstante, temeroso de su propio poder, Benjamín decidió no volver a usarlo en esta vida. ¿Cuántas veces hemos oído la frase; «Ten cuidado con lo que pides porque, sin duda, lo recibirás»? Podemos preguntarnos si era ésta toda la historia de sus bloqueos.

En realidad, las revelaciones continuaron cuando volvimos a reunirnos con Benjamín en su experiencia. Él, percibe a su propia alma como una luz con forma de gota, que contiene los colores violeta, azul, plateado y dorado. Se siente agotado, viejo, y lleno de las cicatrices de sus encarnaciones humanas. Al tomar conciencia de esto, inmediatamente recibe un revitalizador baño de luz blanca líquida. Los miembros del equipo que le dan este tratamiento, se parecen a barbados filósofos griegos. Seguidamente, le incitan a contemplar esta experiencia particular, más detenidamente.

Hace mucho tiempo, en una encarnación en la que Benjamín fue una mujer sabia, junto con otras personas de mentalidad similar a la suya, y con la mejor de las intenciones, experimentó con preservar nuestro planeta del vandalismo de la gente destructiva. Este grupo, intentó enfocar su poder mental al unísono pero, aparentemente, el tiro salió por la culata. Se produjo una implosión de energía telecinética, que quedó atascada de sus terceros ojos, y en las bases de sus cerebros, produciendo crisis nerviosas. El profundo miedo de Benjamín a no tener una mente funcional, dejaba su interruptor en la posición de, «desconectado». Este miedo específico, había surgido en incontables ocasiones durante la psicoterapia, y, por fin, por más sorprendente que pareciera, habíamos descubierto la causa.

Seguidamente, Benjamín recibe instrucciones de su «equipo de tratamiento», para retirar el bloqueo. Le aconsejan que entrene su tercer ojo, que cultive conscientemente el contacto con su guía espiritual, y que mantenga su poder espiritual a un nivel productivo que le permita recibir instrucciones regularmente. Ya es hora de abrir su corazón y, sobre todo, de perdonarse; de dar, y aceptar amor. En este momento, ve una forma brillantemente iluminada con ojos amorosos, una imagen que él percibe como Jesucristo o, tal vez, una proyección de su propio aspecto crístico. Las instrucciones que debe tener en cuenta, continúan; debo poner un cristal de roca, regularmente, sobre su tercer ojo, y beber agua infundida con la energía del cristal. Además, aprende que le es beneficioso estar en contacto con la naturaleza, usando la «percepción sensorial del momento». Puede sintonizarse cantando un tono específico, y recibe la receta de una cataplasma de hierbas que debe extender sobre su cuello, labios, tercer ojo, y chacra corazón.
El equipo de curación, le dice que su tarea en la vida es usar sus ojos para detectar las causas de las enfermedades de sus pacientes y, después, retirar la energía patológica y negativa con su mano izquierda, y transferir energía curativa al cuerpo enfermo con su mano derecha. A partir de ahora, recibirá recetas curativas de su guía espiritual. Debe dejar atrás su miedo a la destrucción de la Tierra, y tener más confianza en sí mismo, y en el mundo espiritual. A partir de este enfoque, y de esta confianza, las fuerzas positivas podrán ayudar a la humanidad. Y lo que es más importante, él será capaz de poner todo esto en acción, justo después de la sesión.
Después, vino la promesa de hacer una visita a chamanes de Sudamérica, una red de personas de mentalidad parecida, que como resultado de su conexión con Benjamín ampliarán su trabajo de curación. La misión de su alma es enriquecer el universo, con su sed de conocimiento, ganas de investigar, aprendizaje e integración.

Benjamín y su familia, son luces en la oscuridad, y el nombre de su alma, que suena como, Azurol, o, Azorel, le vincula con el elemento agua azul claro, o plateado.

Seguidamente, tiene una fugaz percepción de su primera encarnación, y entra en contacto con las rocas de otro sistema solar, fuera de nuestra galaxia. Encarnó allí, para tener conciencia de la materia densa, y sintió mucho placer al tomar conciencia de su unidad con todo. Su primera encarnación terrenal como humano, se produjo al comienzo de la Edad de Piedra, y en ella sintió una chispa divina en el centro de su cuerpo.

Así es, cómo llegó a su fin esta sorprendente, y cósmica, sesión de regresión a la vida entre vidas. Benjamín me contó lo siguiente:

"Algunos días después de la sesión que tuvimos, participé en un encuentro entre padres y profesores. Durante el mismo, pude ver, con precisión, una figura angélica sentada en el rincón de la sala. El fenómeno era tan claro e inequívoco, que casi tuve la impresión de que podía tocarlo, como si fuera una entidad material. Pasado un rato, este ser reveló la razón de su aparición en el grupo; me dijo que quería asegurarse del éxito de la reunión, para fortalecer la armonía en la escuela, y en la comunidad escolar. Además, quería que los asistentes fueran conscientes del amor de los niños. Este suceso reforzó mi aceptación de la omnipresencia de los espíritus. Ahora sé, que nunca estamos solos, o aislados, en la vida. Siento oleadas de alegría al pensar en la posibilidad de que la comunicación interdimensional se me abra.
Ahora sé, hacia dónde me lleva mi tarea en la vida. Si puedo superar el miedo a la intensa energía de Uriel que tiene mi guía del alma, y dejo que fluya libremente a través de mi cuerpo físico, esa energía actuará, directamente, sobre mí y sobre los cuerpos de las personas que trate. Con la energía de mis manos, empezaré a liberar los sentimientos bloqueados de mis clientes. Y, sobre todo, recibiré información que apoyará los tratamientos, mejorando, de inmediato, los síntomas y dolencias".

Parece, que el bloqueo de su tercer ojo dirigió a Benjamín a realizar su misión como vidente y sanador. Su ojo se ha ido abriendo gradualmente y, ahora, tiene una percepción psíquica potenciada, y está desarrollando capacidades curativas. A veces, ha experimentado dudas racionales con respecto a su proceso pero, finalmente, ha aceptado su don de «videncia» como un talento que debe emplear para curar. La energía dolorosa, acumulada en su cabeza, gradualmente se ha ido suavizando y disolviendo.
Desde su sesión de regresión, cada mañana, al despertar, Benjamín recibe energía curativa y prescripciones naturopáticas de Uriel, y de otros guías espirituales. Evidentemente, son para él, para los miembros de su familia, y para los clientes que trata.
Me escribió para contar que no le resulta fácil acostumbrarse a la poderosa energía de Uriel, y que tenía que aprender a dejar que fluyera a través suyo. Benjamín ha avanzado considerablemente en su consulta osteopática.
Por sus antecedentes, sé que Benjamín tenía poco que ver con los ángeles, o con el mundo espiritual, y que nunca fue persona religiosa. Cuando volví a verle, meses después de nuestra sesión, su personalidad era más vivaz y abierta y, a diferencia de su estado anterior, podía reírse con ganas. Ahora experimenta una íntima conexión con la naturaleza.

Esta historia muestra, a diversos niveles, las causas y los resultados de un trauma espiritual no, a saber; la reacción imprevisible del poder personal mal enfocado. Se consiguió una profunda curación en el cuerpo físico, en los campos emocional y mental, y en los planos energético, kármico y espiritual.
Benjamín tomó conciencia del medio ambiente emocional de su vida actual; las consecuencias de jugar con pensamientos destructivos, y los sentimientos de culpa resultantes. Recordó improntas de violencia de otras vidas, que le producían un miedo inconsciente a usar su poder para ayudar, curar, aprender e iluminar en su vida actual.
En el mundo espiritual, Benjamín pudo acceder al contexto kármico de su bloqueo, es decir, a su experimentación, terca e inmadura, aunque bienintencionada, con el poder creativo, lo que produjo una implosión desastrosa y una crisis nerviosa. Esta situación se reflejaba en el plano físico, en su cerebro y sistema nervioso como una intolerancia o renuencia a aceptar la intensa energía de su alma, que es muy alta, del 85 por 100). El bloqueo se manifestó en el área del tercer ojo como profundo miedo emocional, el miedo a dejarse abrumar por su poder psíquico, que podía ser usado para causar su propia ruina. No es ninguna sorpresa que, originalmente, se sintiera espoleado a estudiar cinematografía pero, ahora, tiene otras preferencias.
Le imagino trabajando con sus pacientes, quienes tienen ocasión de mirar esos ojos profundos, oscuros y conmovedores.

Aún sabemos poco sobre cómo se transfieren los problemas no resueltos a otras encarnaciones. En cualquier caso, en una sola sesión de regresión, Benjamín tuvo un entendimiento completo, y se le reveló la ayuda espiritual necesaria para resolver su bloqueo central. Los factores que contribuyeron a esta notable curación fueron; la apertura, el conocimiento, la comprensión, la integración, el perdón de sí mismo, el amor, y las bendiciones del mundo espiritual. En aquella sesión, todos estos factores se juntaron y produjeron una sinfonía de curación.

Tuve el placer, y la satisfacción, de ayudar a este joven a descubrir su tarea en la vida, aceptar sus dones, sintonizar con la energía de su alma, y usarla para beneficio de otros. Se podría argumentar que los cambios descritos hubieran ocurrido igualmente como efecto de una psicoterapia prolongada o, incluso, de forma espontánea. No obstante, hay una conexión cronológica y conceptual inequívoca entre la única sesión de regresión a vidas entre vidas, y los cambios que vivió Benjamín, dos años después de acabar la psicoterapia, justo después de esa única sesión. Se podría concluir, también, que la sesión fue chispa de ignición para que Benjamín tuviera una serie de entendimientos y avances continuados. Después de todo, la transformación y la curación raras veces son resultado lineal de una única causa; más bien, dependen de complejas interacciones y, también, de la gracia. Y, ciertamente, no todas las sesiones de regresión producen un desarrollo, y unos cambios, tan importantes. La experiencia de Benjamín, sin duda le abrió los ojos a muchos ámbitos pero, previamente, habíamos eliminado, juntos, lo que le impedía conseguir su objetivo espiritual.