viernes, 22 de julio de 2011

CAPÍTULO 11. La vida al vuelo

Es interesante oir el capítulo si no eres sordo. Y leerlo, si no eres ciego.


Entre los numerosos y fascinantes descubrimientos que se han revelado a lo largo de años de realizar regresiones hipnóticas, está el hallazgo de la existencia de las llamadas, almas híbridas. En su libro, "Destino de las almas", el doctor Michael Newton las describe como aquéllas que tienen su «origen en encarnaciones mezcladas», y «tienen recuerdos de encarnaciones en mundos alienígenas, antes de venir a la Tierra». Las almas híbridas, a menudo delicadas, sensibles y más viejas, pueden tener dificultades para adaptarse a este planeta, y pueden haber elegido encarnarse en la Tierra para experimentar una situación difícil; pueden sentirse aisladas, diferentes, y tener problemas para establecer relaciones.
El relato siguiente trata de una de estas almas. Se trata de, Líndsay, persona que ha experimentado graves problemas de salud en su vida actual, junto con una sensibilidad, a veces dolorosa, hacia su entorno y las personas que le rodean. Gracias a la terapia, obtuvo claridad y comprensión. Desde que hizo esta sesión ha podido continuar con su vida con renovado propósito y mucha más comodidad.
    
CUANDO LÍNDSAY, de cincuenta y un años, contactó conmigo porque quería hacer terapia de vidas pasadas, le preocupaba si su fatiga extrema le permitiría participar plenamente en una sesión. Descubrí que había experimentado severos traumas natales, y que había estado batallando con su mala salud durante toda su vida. Había sentido dolor en la zona del bazo desde siempre, y constantemente, evitaba multitudes y lugares ruidosos, porque le hacían sentirse abrumada y enferma. Líndsay no había sido capaz de crear una conexión profunda con alguien porque se sentía diferente; de algún modo, estaba aislada. También, descubrí que, ocho años antes, mientras trabajaba en África en un proyecto de desarrollo internacional, le picó un insecto portador de cinco virus diferentes. Finalmente, los virus desaparecieron, pero ella se quedó en un estado postviral excepcionalmente malo; sufría el síndrome de fatiga crónica.
Ocho años antes, mediante el uso de terapias convencionales y holísticas, la salud de Líndsay mejoró  considerablemente. También había empezado a trabajar con la energía curativa sobre sí misma, y sobre otros, pero aún seguía padeciendo un insomnio empecinado y debilitante, que demostró ser resistente, tanto a los remedios convencionales, como a los alternativos.
Durante la primera sesión de regresión, exploramos varias vidas.
Ninguna de ellas estaba directamente relacionada con el insomnio, pero al entender las lecciones de esas vidas en el estado hipnótico, Líndsay descubrió paralelismos con su existencia actual. Me comentó que; En esas vidas no completé las cosas a mi satisfacción. En esta vida actual, tengo tanto trabajo que hacer, y sin embargo no puedo hacerlo. No puedo hacer mi trabajo estando enferma; mi cuerpo no puede llevarlo a cabo; transferir toda esa energía. Soy muy consciente del tiempo, el hecho de que el tiempo va pasando. Me resulta duro relajarme y permitir que se complete el proceso de curación. Hace que me sienta triste, a veces sin dirección, impotente y desconectada.

Pedí a Líndsay que fuera, directamente, a los orígenes de la sensación de tristeza, falta de dirección, impotencia e incapacidad de hacer el trabajo. Se puso muy emocional, y empezó a derramar lágrimas mientras relataba, entrecortadamente, lo siguiente; Tengo alas... Soy una especie de color amarillo dorado, con alas que se deslizan, sin aletear se deslizan..., y una cola... como un insecto, muy grande..., con forma de avispa o lagartija, pero mi cabeza es muy extraña. Vine a este planeta a hacer cierto trabajo energético, ¡y no puedo hacerlo! Es difícil..., está más allá de mi capacidad en este momento...; es una tarea demasiado difícil... Intento manipular la energía, pero no puedo, no tengo la capacidad. Está más allá de mi nivel de capacidad... Quiero hacer demasiado en muy poco tiempo. Todos estamos ansiosos por transformar el planeta...; orbitamos alrededor y trabajamos, y después descansamos. Aquí no necesitamos dormir mucho.

Le pregunté:
-Si te tómas un descanso ahora mismo, ¿qué ocurre?
Después de una larga pausa dijo:
-Es divertido..., me voy, y permito que el planeta evolucione por sí mismo, y lo está haciendo bien..., no necesito forzar tanto.
Cuando le vino este recuerdo, Líndsay se dio cuenta de que tampoco necesitaba esforzarse tanto en su vida actual. Debía enfocarse en su trabajo de sanadora, y empezar por curarse a sí misma.
Inmediatamente después de la sesión, Líndsay dibujó una imagen de sí misma siendo ese ser volador, y un par de días después me escribió una carta describiendo el cuerpo volador que había experimentado en su sesión de regresión.
Recuerdo ser un color amarillo, suave dorado, con dos alas, una cabeza y una especie de cola. Mi cabeza tenía rasgos sobresalientes en el lugar donde estaría la cara, pero no tenía ojos, orejas o boca. En cambio, tenía cuatro antenas de la longitud aproximada de mi cabeza y cuello combinados, que me salían desde lo alto de la cabeza. Las antenas se movían independientemente, una de otra, y eran aplanadas, con sección de corte en forma oval, en lugar de redonda. Mi piel (no tenía plumas), tenía una textura lisa, gomosa, parecida a la gelatina. Mis alas, situadas en mi parte anterior, se parecían a las de las gaviotas, con un ángulo posterior en su parte media; la parte posterior del ala no era lisa, sino que tenía una especie de bultos desiguales que se extendían un poco. La forma de mi cuerpo era, lejanamente, similar a la de una sepia, sólo que no tenía la larga aleta a lo largo del perímetro que muestras éstas; en cambio, tenía más bultos desiguales, parecidos a los de la parte posterior de las alas, (aunque en menor cantidad que en aquéllas).
Junto con muchos otros como yo, orbitaba un planeta muy pequeño, en sus primeras etapas de formación. El planeta estaba compuesto por una masa de gas, pesada y giratoria, de colores naranja y rojo, que se movía como si fuera líquido. Trabajábamos para hacer que el planeta evolucionara rápidamente. Usaba mis antenas para registrar los resultados de los cambios que intentábamos realizar y, con esa información, modificábamos, continuamente, la energía que enviábamos al planeta. Recuerdo que tenía dificultades en este trabajo; me estaba concentrando demasiado y, en cierta manera, interfería en mi propia labor. Al relajarme y quedarme en órbita durante un tiempo, descubrí que los diferentes elementos del planeta empezaron a ralentizarse, y a coligarse en estados más evolucionados; estaban empezando a formarse masas de tierra primitivas. También trabajo con este concepto de intención relajada en esta vida.

¡Nunca he visto a alguien tan ansioso y determinado para empezar una sesión! Líndsay, mujer alta, callada y sorprendente, llegó a mi consulta media hora antes del tiempo acordado, irradiando anticipación. Traía consigo una sensación de urgencia; no había tiempo que perder.
Durante la sesión, Líndsay recibió respuestas a todas las preguntas que le carcomían, y descubrió mucho, mucho más. Descubrió, que es un alma híbrida, madura, encarnada en el planeta Tierra, con la misión específica de llevar a cabo un trabajo planetario. Esto se hizo evidente ya desde el útero, porque, para preparar el terreno de esta importante misión, su alma se unió al feto en una etapa muy temprana. Con creciente comprensión, me contó las razones de ello:

--; Trabajo duro, no hay tiempo para vacaciones; hay mucho que hacer en esta vida. Tenemos que hacer muchas conexiones con la mente. La relación tiene que ser refinada, con todo el trabajo que tenemos que hacer. Quiero llegar a las pautas antes. Yo; nosotros; hacemos mucho trabajo inusual con esta mente.
-; ¿Como qué? Has dicho; «inusual».
--; ¡Oh!, es como cuando, en lugar de conducir un viejo coche familiar, conduces un deportivo de última generación. Los componentes son mucho más sofisticados y caros de mantener, pero seré capaz de hacer mucho más. Tengo que hacer mucho trabajo energético para este planeta. Tengo que ser capaz de ser más creativa; mi cuerpo tiene que ser receptivo casi, «jugar», con la energía; estar dispuesta a experimentar nuevas maneras de trabajar con la energía.
(Ahora habla el alma de Líndsay); Ella, (es decir, Líndsay), está trabajando con energías con las que no se ha encontrado nunca. Antes no había nadie que le enseñara. La comprensión vino a medida que fue teniendo más confianza. Ella tiene que ser capaz de escuchar, para poder hacer esto. Es un trabajo complicado, porque estamos trabajando con alto voltaje y podemos dañar el cuerpo, y no hay profesores. Podría ser peligroso; de modo que tenemos que estar bien sintonizados, y escucharnos mutuamente para hacer el trabajo. Es un esfuerzo en equipo, de modo que, en primer lugar, tengo que curar el cuerpo y soltar el equipaje de otras vidas; y hacerlo a tiempo, para poder hacer el «trabajo planetario». Tengo que hacer lo uno antes que lo otro, y no tengo mucho tiempo. He esperado mucho para esto.
-; Pregunto a Líndsay; ¿Cómo ha contribuido tu trauma natal al aprendizaje de tus lecciones en esta vida? ¿Por qué se necesitaba ese trauma natal?
--; Para que el cuerpo se viera obligado a trabajar con la energía, porque iba a ser la única cosa que ayudaría a curarlo, y esto haría que el nivel de interés aumentara lo suficiente como para poder seguir trabajando con él, hasta llegar a realizar el trabajo planetario.
-; ¿Tienes alguna experiencia de trabajar con planetas? Supongo que esta no es la primera encarnación en la que haces esta labor.
--; Sí. Esto me encanta; me gusta trabajar con los planetas, trabajamos con los elementos de los planetas; hacerlo es como, poesía, como una danza; ¡es tan hermoso combinar toda la energía con los elementos! Es como crear una especie de sopa cósmica, y hacer un planeta en el que la gente pueda vivir. ¡Es tan hermoso!; incluso si, ellos, no (prosperasen); es un lugar tan hermoso en el cielo.
-; Has hecho esto muchas veces antes, ¿cierto?
--; Sí, me dedico a esto.
-; ¿Dónde haces tu trabajo planetario?
--; Ésta no es la primera vez que trabajo en el planeta Tierra. Lo echaba de menos; echaba mucho de menos hacer esto. Y aquí se hace esto en forma diferente. Si vas a mi planeta, lo haces a distancia, estás lejos, sin tocar; pero aquí lo tocas todo y,
-; ¿«Aquí», significa, en la Tierra?
--; Sí, tienes que estar en ella; es como hacer una sopa y comérsela; tienes que experimentarlo al mismo tiempo; de esta manera, el trabajo es maravillosamente satisfactorio.

Después de esta información, y durante una visita a su consejo, al que se refería más como formado por colegas; Líndsay recibió la explicación sobre su insomnio.
-; Durante esta vida como Líndsay, ¿qué te enseña el insomnio? ¿Qué cosa te recuerda?
--; (Inmediatamente.) Ah; (Tiene un momento de comprensión, sonríe.)
-; ¡Lo has entendido!
--; Esto es tan bueno. (Riéndose.) Son muchas cosas; una es que me está enseñando que las cosas van a ser un poco críticas por aquí, en este tiempo. Tengo que relajarme más, y hacer todo lo que pueda porque, un planeta, tiene que evolucionar, y todo lo que puedo hacer es hacerlo lo mejor que pueda con el tiempo que tengo, y la relajación me permitirá seguir con ello durante el sueño profundo. Asimismo, en la otra encarnación, en la dimensión de mi hogar, no se duerme; de modo que es como si fuera un truco. El insomnio me permite...; ahora pienso; que estoy perdiendo el tiempo durmiendo aquí.
-; Entonces, a nivel subconsciente, ¿te sientes muy molesta por haber perdido el tiempo durmiendo?
--; Sí; porque no duermo, uso el tiempo para otras cosas. Tengo que recordar esto; que el sueño forma parte de la vida humana. Es una parte muy productiva, que permite al alma descansar cuando el cuerpo está durmiendo, y al cuerpo, curarse también; hay algo más. Dicen; estás en el buen camino, por las cosas que estoy haciendo y por resolver la cuestión del sueño.
-; ¿Cuál es el significado de que te haya picado un insecto en África?
--; ¿El significado de la picadura? Oh, eso ha sido de gran ayuda. Ese insecto me picó hace unos ocho años. Hace doce años empecé a recibir el trabajo energético, y aprendí a hacérmelo a mí misma y a otros.
Hice muchos progresos; durante los primeros años de trabajo energético me curé a mí misma y después, digamos que me equilibré; no pude cavar más hondo. Si hubiera necesitado este cuerpo para ir del punto A, al punto B, eso habría estado bien; pero tenía que ser capaz de hacer el trabajo planetario, de otro modo, la energía cambiaría, y por eso tenía que desmantelar todo completamente, repararlo y volver a ensamblarlo de nuevo. La única manera de conseguirlo era ponerme muy, muy enferma. Y ahí es donde entró el insecto.

Durante la sesión de curación que siguió, Líndsay descubrió los orígenes de su dolor crónico en el bazo.
--; Sí, siempre ha sido un área de tristeza; creo que es, quería venir a esta dimensión para aprender sobre la Tierra, y ha sido satisfactorio; la gente me ha ayudado tanto; eché de menos a mi grupo; lo hice, he sentido añoranza; la zona del bazo es donde llevo la tristeza de estar lejos de casa.

Creamos una conexión directa entre el bazo de Líndsay y su dimensión original, de modo que, simplemente, respirando hacia el bazo ella podría conectar con su hogar.
A medida que la sesión progresó, pregunté a Líndsay por qué necesitó experimentar la sesión de regresión en este momento de su vida.
--; Ella, es decir, (Líndsay), se había quedado atascada en algún nivel, y con el tema del insomnio se sentía entre la espada y la pared; tenía tanta falta de sueño, que no podía funcionar y progresar, y eso demostró ser una carga para su desarrollo. Tenía que superarlo, para seguir con su vida, porque ya no le funcionaba nada, absolutamente nada. Ah, y había tantas decisiones que dependían de ser capaz de dormir, y estar suficientemente lúcida como para reconocer el tipo de trabajo que hace, y la dirección que sigue con él.

A esta altura de la conversación, la comprensión de la paciente se hizo más profunda. Líndsay continuó;
--;Suena tan extraño esto, y ella conoce a muy poca gente que sepa quién es en realidad; apenas nadie; ella ya no es capaz de comentarlo con nadie, de modo que el hecho de crear esta comprensión interna, en este punto, es importante para poder seguir adelante con su labor, porque es la hora de avanzar mucho más rápido, (hay) tantas cosas pendientes; el rompecabezas tiene que estar en su lugar, y ella necesitaba esta ayuda para superar el «atasco».

Al final de la sesión, Líndsay estaba totalmente agotada, pero encantada. La terapia le había hecho entender quién era. Había clarificado su propósito, y le había dado ánimos, asegurándole que estaba en el camino correcto.
La sesión le dio la explicación de los sueños en los que volaba, y que podía recordar desde que fue niña. Y Líndsay no se sorprendida por esto, en absoluto. De hecho, se identificaba más con la encarnación de su cuerpo volador que con su encarnación humana actual.
Esto también explicaba muchas otras cosas. Por ejemplo, el porqué de sentirse siempre extremadamente incómoda y agobiada cuando estaba en medio de una multitud; el porqué de oír las voces de la gente a su alrededor como un ruido constante e invasivo y, casi sentir, como si hubiera estado absorviendo todo el dolor y la desesperación que la rodeaba. Ahora, también podía entender porqué nunca había sido capaz de conectar con alguien a nivel profundo.
Lo más impactante de la sesión era que, ahora, Líndsay era capaz de conectar con su historia. Había descubierto sus orígenes, los orígenes de sus habilidades únicas, y también, que había otros con habilidades parecidas, haciendo esfuerzos similares.
Líndsay observó; «Saber que soy de "otro lugar", me hace sentir como si fuera más "de aquí". Al apropiarme de quién soy, eso se proyecta hacia delante, y la gente se relaciona conmigo de otra manera.»
Ahora, un año después, su bazo está genial, y su insomnio va mejorando gradualmente. Líndsay está realizando un trabajo energético intensivo, soltando su carga, y curando a sí misma y a otros. Ha aprendido, y está aplicando esta importante lección; que primero debe curarse para poder hacer el trabajo que vino a hacer en la Tierra. Lo describe, en sus propias palabras, como «el trabajo planetario».
Como ya mencionamos, Líndsay descubrió la explicación de sus sueños de volar, que recordaba desde la niñez. Su experiencia en hipnosis profunda le dio explicaciones sobre muchas otras cosas, como la de sentirse extremadamente incómoda y agobiada en medio de la multitud, en donde ella absorbe toda la energía negativa, de dolor y desesperación, que la rodean; y porqué no ha podido conectar con alguien a nivel profundo. Durante la sesión, Líndsay me dijo que, según le había dicho su consejo, podría producirse algún cambio en su vida personal. Un hombre, de su dimensión de procedencia, podría unirse a ella en un año, o dos.
-¿Cómo sabré quién es él? -preguntó al consejo.
-Oh, es fácil, -le dijeron para animarla-. Tendrá los ojos más bondadosos, y la sonrisa más hermosa que hayas visto, además de unos zapatos estrafalarios; Sin duda lo sabrás.
Mientras escribía su historia, Líndsay me llamó para decirme que un hombre especial había entrado en su vida, tal y como predijo el consejo.