lunes, 29 de agosto de 2011

CAPÍTULO 31. Una relación, con un compañero del alma, que vuelve a estar en orden.




Cássi, es mujer casada, de treinta y seis años, sin hijos. Vino a una sesión para obtener más claridad y comprensión sobre su vida personal y profesional. Cássi explicó que estuvo casada con su pareja del alma, Santiago, durante tres años y medio y, aunque sabía que él era la persona adecuada para ella, con él tenían problemas de convivencia. La historia siguiente contiene muchos detalles personales necesarios para entender el impacto que la sesión tuvo en la vida de Cássi.

CÁSSI CONTÓ QUE, varios meses después de su primer encuentro, Santiago y ella se trasladaron, de una gran ciudad, a un entorno rural, en el que se casaron un año después. Como al principio no tenían trabajo ni amigos locales, surgieron problemas en torno a la soledad de Santiago. Al principio, pasaba, cada día, varias horas en el ordenador, intercambiando correos electrónicos con usuarios de los llamados, chats, mientras Cássi, estudiaba. Finalmente, él conoció a una mujer por internet. Cássi se enteró de este encuentro cuando, cinco meses después del traslado, encontró en la basura un documento de ordenador en el estaba impreso la conversación mantenida. Dicha conversación implicaba que no sólo se habían conocido en persona, sino que habían tenido un encuentro sexual. Cuando pidió explicaciones a Santiago, Cássi vió la culpa en sus ojos, pero él negó que hubiera ocurrido algo.
Anteriormente, Cássi había mantenido una relación con un hombre que la engañaba, y como mujer fuerte e inteligente que era, hizo voto de que eso nunca más le volvería a ocurrir. De niña, una pariente cercana había reforzado en ella la idea de que no se podía confiar en los hombres, y ello le provocaba una situación difícil en sus relaciones con aquéllos. Sentía, de veras, que Santiago era su pareja del alma; sin embargo, el miedo a que pudiera volver a engañarla no se disipaba.
En este tiempo, las relaciones sexuales de Cássi y Santiago se fueron espaciando. Como ambos trabajaban, ignoraron este aspecto de su matrimonio, aunque seguían siendo pareja cariñosa que siempre se besaba, abrazaba, reía, y Cássi sintió que esto era más importante que el coito mismo.
Cássi, también me contó que, una vez al mes, Santiago iba a casa de un amigo, y se emborrachaba. A ella no le gustaba, pero sentía que se mostraría demasiado exigente si le imponía condiciones. Después de algunas de estas juergas, ella le preguntaba si era infeliz con su vida, en algún aspecto, pues sentía que, beber de aquella manera, significaba que el bebedor escapaba de la realidad. Él decía que era feliz, y que nada le preocupaba.
Cássi había resuelto la mayoría de sus problemas infantiles, pero Santiago, no. Su infancia había sido muy traumática y difícil, y cuando surgían problemas, él los evitaba por miedo a lo que pudiera descubrir.
Había dicho anteriormente, que si Cássi no estuviera en su vida, no le merecería la pena vivir, y amenazó con suicidarse, algo que Cássi se tomó en serio.
Santiago era el primer hombre al que quería de verdad. Fue amor a primera vista; cuando le miró por primera vez a los ojos, tuvo que dar un paso atrás. Nadie le había abierto el corazón como él, ni hecho reír hasta llorar, ni le había ofrecido la libertad de expresarse plenamente. Pero, en los momentos de tranquilidad, la vida de Cássi, era un torbellino. Dudaba de quién era, de lo que creía saber, de su relación; en resumen, de todo. La vergüenza de creer que no era «suficiente para él», la culpa, por no creer a Santiago cuando le decía que cambiaría, la desconfianza hacia cualquier cosa que él dijera, y la turbación de «pasar por tonta», todo esto, era demasiado real para ella. Muchas veces, pensaba que lo más fácil sería dejarle y encontrar a otro, pero entonces, oía una voz que le decía; «Pero tú sabes que él es el hombre para ti».

A Cássi, le llegó el momento de hacer su sesión de regresión. Es persona muy quinestésica, sensible y emocional. Llegó a la sesión muy animada, con ganas de ver qué descubría. El viaje a su vida pasada, más reciente, fue una experiencia breve y emocional; la conciencia de su alma, experimentó la encarnación en un feto masculino, de nombre Tom, que fue abortado a las veintiséis semanas de gestación. Su madre se llamaba Yói, persona que, en su vida actual, es la abuela materna de Cássi.
Tom, es decir, Cássi en su vida inmediatamente anterior, se había unido al feto abortado para ayudar al crecimiento espiritual de Yói, quien entonces era una joven. Tom explicó lo siguiente; «Esto, es algo que el alma de Yói me había pedido, para aprender cómo es perder a un hijo.» Aunque él sabía que eso era lo que quería Yói, fue una experiencia muy triste; Tom expresó lo profundo que era el amor por su madre, y necesitó unos momentos para reconfortarla. Después de esa breve vida pasada como feto, su alma fue recibida por su guía, y las emociones que surgieron fueron abrumadoras. Cássi, se sentó allí, con la mano en el corazón; ríos de lágrimas corrían por sus mejillas a causa del amor que sentía al ser abrazada por su guía. Varias veces me dijo que esperara, o me silenció expeditivamente, cuando pregunté qué ocurría. Era evidente que, Cássi, quería disfrutar de ese momento, de modo que lo permití. A veces, ponía mi brazo sobre ella para darle seguridad, y pude sentir esos intensos momentos de amor.

Después del recibimiento de su guía, se presentó el alma de Santiago. Él es su principal compañero del alma, y ella describió que su actual vida era una, «vida de celebración», en la que los cuatro miembros de su grupo de almas, van a juntarse en una misma familia humana. Una de estas almas es la de Yói, -es decir, la madre de Tom, ahora abuela materna de Cássi-, y la otra, es la del sobrino de Cássi, llamado ,Chas, con quien tiene intensa afinidad.

Yói, recordemos que es su abuela materna, murió cuando Cássi era niña, y el alma de Cássi recibió la confirmación de que el alma de Yói iba a volver. En esta ocasión, como hija de Cássi y Santiago. Parte de la, «recompensa», que recibiría Cássi por haberse prestado a ocupar el cuerpo del no nato que fue Tom, era que, finalmente, encarnaría todo el grupo de almas como un grupo familiar humano. La última vez que todos habían encarnado en la misma familia se remontaba muy atrás en el tiempo. Aunque eran compañeros del alma, las de Cássi y Santiago, en ninguna vida reciente habían estado juntas porque su crecimiento espiritual exigía que trabajasen distintas áreas. Su amor espiritual compartido, no obstante, permanecía constante.
El alma de Cássi tuvo una reunión muy emocional con los tres miembros de su grupo de almas, y reiteró que, la actual encarnación de Santiago y Cássi, era una celebración por sus anteriores vidas de duro trabajo individual. Explicó que, tanto Santiago como Cássi, habían tenido comienzos difíciles en sus vidas actuales, para darles las habilidades y experiencias que necesitaban pero que, una vez que ese aprendizaje se hubiera completado, todo iría bien.
Realizamos varias paradas en el mundo espiritual, una de ellas en un lugar parecido a un laboratorio, donde el alma de Cássi trabajaba con la energía. El trabajo energético exigía combinar la energía emocional para la curación, utilizando una especie de ecuación; «La combinación de amor y risa, sana a la mayoría de la gente, pero distintos tipos de amor y cualidades de humor proporcionan distintos resultados curativos.» Esto encajaba, perfectamente, con la personalidad actual de Cássi, y también, con el hecho de que su grupo tuviera tanto que ver con la diversión, la risa y el placer, en los distintos proyectos que desarrollaban en aquel laboratorio.
En el reino espiritual, el alma de Cássi experimentó el lugar donde se seleccionan la próxima vida y cuerpo, e hizo dos visitas a su Consejo de Ancianos. Cada visita al consejo, nos permitió explorar las razones a las que respondían algunas líneas de desarrollo en su vida actual. Durante la terapia del ahora, el consejo aseguró a Cássi que estaba haciendo las cosas bien, que todo era como debía ser, y que lo único que necesitaba era amor y confianza. Cuando le pregunté si alguien del consejo exhibía algún objeto significativo, ella dijo que uno de los miembros llevaba puesto un medallón en el se veía a un puma rugiendo y sacando las uñas. Cuando le pregunté qué significaba, contestó; «Representa coraje; tengo que ser dura, tengo que ser fuerte y estar dispuesta a luchar si fuera necesario; a luchar por quien soy». Este símbolo del puma, ha inspirado y representado al alma de Cássi durante una serie de encarnaciones en la que ha tenido que luchar para defender, tanto su persona como sus creencias.

En el lugar donde se seleccionan las vidas y el cuerpo futuro, el alma de Cássi dijo que eligió el cuerpo de Cássi, con su potente intelecto y elevado estado emocional, para aprender a equilibrar cuerpo y mente. Éste era el cuerpo de mayor tamaño que había elegido hasta ahora, y lo hizo para mantenerse bien enraizada en el mundo físico, mientras aprendía a equilibrar sus emociones e intelecto. Finalmente, mi cliente entendió la razón por la que experimentaba esos extremos de calma y sobreexcitación.

Cássi, salió de la sesión muy recargada, llena de vida, amor, positividad, y de ese conocimiento maravilloso que acompaña a la verdad del alma en la experiencia . Cuando le miré a los ojos, vi que tenía una verdadera sensación de paz y calma, una experiencia que, según dijo, no había sentido antes.

Evidentemente, su alma decidió que, una vez que Cássi había experimentado la regresión, era hora ya de realizar un cambio rápido en su vida, principalmente, a nivel personal, cambio del que me habló cuatro meses después de la sesión. Desde que había confirmado que Santiago era su pareja del alma, que su relación, «tenía que ser», y que ésta, era una «vida de celebración», se relajó, y empezó a confiar más. Soltó el pasado, las cosas que él había hecho, y empezó a mirar hacia delante, hacia el futuro. Todo parecía perfecto, pero había más aprendizaje esperándola, y todo ello iba a ser posible por haber experimentado la perspectiva de su alma.

Dos meses y medio después de la sesión, Cássi descubrió más aparentes infidelidades de Santiago y, una vez más, tuvo que bregar con la adicción al alcohol de aquél. En esta ocasión, su reacción fue retirarse, tranquilamente, de la situación y del entorno que compartían. Aunque seguía preocupándole la posibilidad de que se suicidara, sentía una intensa sensación de calma y comodidad, y estaba segura de que, «todo es como es». Cuando le surgían pensamientos de ser demasiado cruel, los reemplazaba por una sensación de calma interna, y una profunda confianza en el proceso. A esto le acompañaba una sensación de estabilidad, y se le recordaba, constantemente, que había elegido este cuerpo, en concreto, para realizar, exactamente, ese papel. Rechazó un intento inicial de reconciliación por parte de Santiago, y eso le sorprendió, porque descubrió que podía hacerlo en paz y con amor, sin ira ni dolor. Parecía una intervención directa de su alma.

En cualquier caso, Cássi sentía cierta confusión porque en su experiencia de regresión, se le había dicho que ésta era una vida de celebración para ellos y, de momento, no tenía nada de eso! Se había quitado el anillo de casada, y había dejado de incluir a Santiago en sus planes de futuro.

Después de algún tiempo, Cássi se sintió suficientemente fuerte como para escribir una carta detallada a Santiago, animándole a explorar su infancia, y estableciendo unos límites estrictos para su relación. Ella expresó que, si él no quería afrontar sus problemas, y prefería seguir igual, estaba bien; pero entonces, no podría mantener esa relación con ella.

Se encontraron y hablaron sobre los límites que Cássi quería imponer en la relación, y Santiago añadió sus propios límites. Quería afrontar el hecho de que había sufrido abusos sexuales de niño, y dejar de emborracharse compulsivamente. Cuando Cássi expresó su miedo a que él intentara matarse cuando le abandonó, él describió que casi había muerto. La noche que intentó la reconciliación, él estaba en la ciudad con sus familiares, que tienen problemas de adicción. Como no quería seguir allí, porque eso formaba parte de una vida que ya no quería, se fue sin tener adonde ir. Era una noche de tormenta, y aparcó bajo un árbol. Poco después, miró hacia arriba, y vio el árbol tambaleándose. Su instinto le llevó a mover el coche. Mirando por el retrovisor, vio caer el árbol.

Con la mayor comprensión que le había dado su visita al reino espiritual, Cássi sintió que esto demostraba que Santiago, y su alma, habían elegido; había tenido la posibilidad de quedarse allí, y morir, o de moverse y seguir viviendo. Había elegido vivir, y a eso le acompañaba la elección de sanar sus traumas del pasado. Cássi sintió que el suicidio ya no era una opción para él; si hubiera querido acabar con su vida, ya lo habría hecho. Ella expresó su creencia de que ésa era la opción que él había elegido, y que si no trabajaba sus asuntos ahora, en otra vida futura volvería a tener problemas con el suicidio.

Cássi, también se dio cuenta de que, aunque se suponía que ésta era su vida de celebración, siempre interviene el libre albedrío. Santiago podía elegir entre afrontar sus problemas del pasado, o no hacerlo. Si elegía no hacer el trabajo que le conduciría al periodo de celebración, Cássi sabía que tenía que encontrar a otra persona con la que compartir su vida. Y también sabía, intuitivamente, que si no estaban juntos, su futura hija, es decir, la compañera de su grupo de almas, llamada Yói, no nacería de ninguno de ellos; Yói, sólo vendría a una vida de celebración en la que estuvieran juntos. Su alma aseguró a, Cássi, que todo estaría bien, que en último término, ambos estarían bien, independientemente de sus elecciones. El medallón con el puma se convirtió en un maravilloso recordatorio de que debía ser dura, fuerte y fiel a sí misma.

Cássi, dedicó tiempo a meditar, a conectar con su alma y confiar en las respuestas que había recibido. Reconoció, que todo encajaba perfectamente en el tiempo; estaban contemplando la posibilidad de iniciar una familia, y éste era un problema que tenía que resolverse antes de traer un hijo al mundo. Además, ella sabía que estos problemas habían surgido ahora porque Santiago se sentía seguro con ella. Hasta que se encontraron, él no había conocido la seguridad o el amor, y la relación con ella le había dado la oportunidad de analizar su confusión con la sexualidad. Los sentimientos que surgían cuando tenían momentos íntimos, (es decir, el placer del orgasmo vinculado con la culpabilidad y la vergüenza que sintió cuando sufrió abusos), le habían llevado, inconscientemente, a evitar la intimidad.

La comunicación directa con su alma, dio a Cássi una sensación de profunda calma y comodidad, y un profundo conocimiento de que todo era como era por una razón. Le ayudó a tomar distancia de su dolor humano, y a flotar por encima de él, mientras continuaba mirando al mundo con sus propios ojos, y se mantenía enraizada. Le sorprendía su confianza y su fuerza interna en un momento que, para la mayoría de la gente, habría sido devastador. Si todo esto hubiera ocurrido antes de su experiencia de regresión, Cássi creía que habría dejado a Santiago, se habría ido a otro lugar y habría comenzado de nuevo; definitivamente, una opción más fácil. La duda, la desconfianza y el dolor habrían superado cualquier esperanza de futuro. No obstante, el descubrimiento de que ésta era su vida de celebración, y el acceso directo a su alma, dieron a, Cássi, la fuerza para superar sus frágiles emociones humanas con tanto amor y tanta calma. Verdaderamente, fue una bendición.

Santiago ha vuelto con Cássi, mientras se somete a una terapia con especialistas en abuso sexual. Su relación continúa creciendo, lentamente, y Cássi está viendo emerger, progresivamente, al hombre que es Santiago. Su celebración ha empezado.